jueves, octubre 24, 2024

PARA EL QUE ACABA DE NACER O ESTÁ POR LLEGAR


SON EL SOL, LA LUNA, LAS ESTRELLAS QUE OFRECEN LA LUZ, Y LOS ASTROS DE LA CREACIÓN PARA EL QUE PRINCIPIA ESTA MISIÓN.

NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS.

Dice el Maestro Allan Kardec en sus maravillosas Obras, que los espíritus son seres inteligentes que pueblan el Universo, y están en constante evolución. Se considera que cada espíritu tiene una Chispa Divina, y por ende, una conexión intrínseca con Dios. Esto coincide plena y coherentemente con la Enseñanza del Maestro Ismael Garzón Triana, de que los espíritus son partículas de Dios.

La evolución espiritual es un proceso gradual, donde los espíritus encarnan en diferentes cuerpos, en diferentes razas y en distintas cruzadas para aprender, experimentar; y a través de sus buenas elecciones y decisiones, desarrollar su luz interior; es decir, ganar luz para su espíritu hasta convertirse en estrella.

LA LUZ COMO SÍMBOLO DE EVOLUCIÓN.

La afirmación de que los espíritus que se convierten en estrellas es poderosa. Tanto en la Enseñanza del Maestro Ismael, como en la de los Maestros Allan Kardec y León Denis, la luz representa el conocimiento, la moralidad y la sabiduría que un espíritu acumula a lo largo de muchas vidas. Cuanto más avanza un espíritu en su camino de aprendizaje, más luz irradia. Así, la imagen de los espíritus como el Sol, la Luna y las Estrellas, puede interpretarse como un reflejo de su proceso evolutivo: Los espíritus puros emiten una luz tan intensa como las estrellas; mientras que otros, que están en etapas más tempranas de desarrollo, reflejan una luz más tenue como los luceros, y los más atrasados pierden hasta su colorido.

Desde tiempos inmemoriales, el Sol ha sido venerado como la fuente primordial de vida y energía. En muchas tradiciones simboliza el principio de la creación, la conciencia universal y el amor Divino. La luz del Sol es una perfecta alegoría que representa la claridad, la vitalidad y el propósito. A su vez, la Luna, con su luz suave y cambiante, nos recuerda la importancia de la introspección, la conexión con nuestras emociones y la sabiduría que brota del silencio.

Más aún; dice el Maestro Ismael en su Enseñanza: “En las noches calladas, cuando la Luna con su radiante luz nos cubre y da frescura a toda la creación; así como el Sol y como los otros Astros que forman cada cuerpo, y la Luz del Espíritu lleno de sabiduría”

Las estrellas dispersas en la vastedad del cielo, no solo son cuerpos celestes; son puntos de guía en nuestra existencia. Cada estrella puede interpretarse como un faro de esperanza, un recordatorio de que siempre hay algo más allá de lo que vemos. En el contexto de los espíritus y el espiritismo, estos cuerpos celestes no son meras entidades físicas, sino energías que influyen en nuestra vida espiritual. La idea de que estos astros ofrecen luz a quienes inician su misión en la vida, subraya el hecho de que cada nuevo comienzo está acompañado de apoyo espiritual.

El firmamento se ve estrellado de noche. En partes algunas, figuras hechas con estrellas. Estas figuras son un conjunto de amigos de igual categoría, que se regocijan. Los Luceros y las Estrellas son espíritus de Luz, que lucen de noche, y muestran a los bajos sus colores relucientes. Por lo cual se puede ver que estos se movilizan, aunque en el terrestre las gentes no creen, porque no le han puesto cuidado a la belleza que Dios extiende sobre los habitantes". Dijo el Maestro Ismael.

LA LUZ COMO CONOCIMIENTO.

En muchas tradiciones espirituales, la luz simboliza el conocimiento y la sabiduría. En el espiritismo, el Maestro Allan Kardec, enseña que el conocimiento es fundamental para la evolución del espíritu. A medida que un espíritu aprende y comprende las Leyes espirituales, y actúa de acuerdo a ellas, su luz interior se intensifica. Esto implica que el crecimiento espiritual está íntimamente ligado a la búsqueda de la verdad y la comprensión de uno mismo y del mundo que nos rodea. La luz, entonces, se convierte en una representación del avance intelectual y moral del ser.

LA LUZ COMO MORALIDAD Y ÉTICA.

Además del conocimiento, la luz representa la moralidad y la ética. En este sentido, las decisiones que un espíritu toma en sus encarnaciones impactan directamente en su nivel de luz. Las acciones altruistas, la compasión y el amor hacia los demás, son fuentes de luz que enriquecen al espíritu. Por otro lado, las decisiones egoístas o dañinas opacan esa luz. La evolución, entonces, se manifiesta en el desarrollo de un carácter ético, moral, y en la capacidad de actuar en beneficio de otros, lo que lleva a un mayor resplandor espiritual.

LA LUZ EN EL PROCESO DE REENCARNACIÓN.

El proceso de reencarnación es clave en el espiritismo. Cada vida proporciona al espíritu la oportunidad de aprender y crecer. La vida en la Tierra es un campo de pruebas y expiación, donde los espíritus pueden enfrentar desafíos y desarrollar virtudes. A través de experiencias, retos y relaciones, el espíritu puede ganar luz. La luz se incrementa no solo por el conocimiento adquirido, sino también por el aprendizaje a partir de los errores cometidos. Cada vida es una etapa en el viaje hacia la perfección, y cada experiencia ilumina el camino hacia una mayor comprensión y evolución.

La luz también simboliza la interconexión entre todos los seres. Cuando un espíritu evoluciona y emite luz, impacta a otros espíritus a su alrededor. La luz, en este sentido, se convierte en un vínculo que une a todos en un mismo camino de evolución. En el contexto del cosmos, cada estrella representa no solo a un espíritu evolucionado, sino también el efecto que su luz tiene en la comunidad espiritual. Este principio de interconexión sugiere que la evolución individual contribuye al bienestar colectivo.

LA LUZ COMO META FINAL.

La luz puede ser vista como la meta última de la evolución espiritual. En el espiritismo, se entiende que el propósito de la vida es acercarse a Dios, y eso implica convertirse en un ser de luz, reflejando la esencia Divina. La búsqueda de esa luz es un camino de transformación, donde el espíritu se despoja de limitaciones y se alinea con la naturaleza del espíritu Divino de Dios. La idea de convertirse en una estrella resuena con la aspiración de alcanzar un estado de pureza y plenitud absoluta.

La luz como símbolo de evolución abarca el conocimiento, la moralidad, el proceso de reencarnación, la interconexión y la búsqueda de la Verdad. A medida que los espíritus avanzan en su camino de desarrollo, su luz se intensifica, reflejando su crecimiento y transformación. Este concepto resuena profundamente en las maravillosas Obra de los Maestros Allan Kardec, de León Denis, y en la filosofía espiritual en general, subrayando que la evolución es un viaje continuo hacia una mayor comprensión, amor y conexión con Dios.

PROGRESO ESPIRITUAL.

El progreso del espíritu es un proceso continuo. Al encarnar, el espíritu comienza una nueva etapa de aprendizaje. Durante esta vida, enfrenta situaciones que le permitirán superar sus debilidades, corregir errores pasados y adquirir nuevos conocimientos. Por lo tanto, los espíritus son responsables de su propio avance, ya que sus acciones en vidas anteriores influyen en sus condiciones actuales.

LA MISIÓN DEL ESPÍRITU.

Cuando un espíritu principia su misión, se refiere a que inicia un nuevo ciclo de aprendizaje y contribución en el mundo físico. Cada encarnación puede tener un propósito específico, que puede estar relacionado con ayudar a otros, cumplir un papel social o desarrollar una habilidad particular. Así, cada vida es vista como una oportunidad para cumplir una tarea, una misión personal y colectiva.

LLEVANDO PARTICULA EN EL CORAZÓN, TEMPLO DE DIOS, ESTACIÓN DE SABIDURÍA.

EL CORAZÓN es considerado el asiento de las emociones, es también el hogar del espíritu. En este contexto, la partícula se refiere a la Chispa Divina presente en cada uno de nosotros, una representación de la conexión directa con Dios. Este Templo de Dios y Estación de Sabiduría, no es simplemente un espacio físico, sino también, un espacio interno donde reside nuestra esencia más pura. Aquí, cada pensamiento, cada sentimiento y cada acción se entrelazan formando un vínculo íntimo con el Universo Entero.

La orientación de que el corazón es una Estación de Sabiduría, enseña que el verdadero conocimiento emana del corazón; es decir del espíritu, que es profunda y trasciende las limitaciones de la mente racional. Es la sabiduría del amor, de la compasión y de la empatía que nos guía en nuestras relaciones y decisiones, aprendizaje de muchas experiencias en muchas cruzadas. Además, subraya la importancia de cultivar esta relación interna y espiritual.

El espíritu es inmortal y atraviesa múltiples existencias en su camino hacia la perfección. Esta partícula Divina no solo nos conecta con Dios, sino que además es responsable de nuestra evolución espiritual.

ESTACIÓN DE SABIDURÍA.

El verdadero conocimiento reside en el espíritu. El Maestro Allan Kardec enfatizaba que la sabiduría se manifiesta a través de experiencias y relaciones humanas, y que la empatía, la compasión, el amor y la Caridad son fundamentales para nuestra evolución, y estas cualidades emergen del corazón.

En resumen, el corazón como Templo de Dios y Estación de Sabiduría, refleja una profunda verdad espiritual: nuestra esencia más pura reside en nuestro interior y se manifiesta a través de la bondad, el amor y la comprensión. La sabiduría que emana del corazón nos guía en nuestro camino hacia la evolución y la conexión con el Universo. Cultivar esta relación con nuestro corazón y el espíritu que en él habita, es esencial para nuestro crecimiento personal y espiritual.

POR LO CUAL SE PIDE EN ESTE DÍA EL ÁNGEL GUARDÍAN O EL GUÍA.

Los Espíritus Superiores guían y asisten a los espíritus encarnados. Estos guías ayudan a las almas a recordar sus misiones, y les orientan en su desarrollo espiritual. La conexión con estos espíritus puede ser una fuente de inspiración y apoyo en el camino de cada individuo.

La invocación del Ángel Guardián es un acto de reconocimiento de la asistencia espiritual que nos rodea. Cada ser humano, desde su nacimiento, está acompañado por un Guía Espiritual que lo protege y orienta. Este Ángel representa la sabiduría acumulada de muchas vidas, un ser que ha transitado el camino de la evolución espiritual, y que ahora actúa como faro en nuestro viaje.

Al solicitar la presencia de este Guía, estamos abriendo nuestro corazón a la ayuda de Espíritus Superiores. Es un acto de humildad y de entrega, reconociendo que, aunque somos responsables de nuestro propio camino, no estamos solos en él. Este Ángel, en su amor incondicional, se convierte en un puente entre lo humano y lo espiritual, recordándonos que siempre podemos buscar ayuda y consejo en momentos de incertidumbre, de desamparo y persecución espiritual, que ante las acciones negativas o desequilibradas cometidas en vidas anteriores, generan consecuencias en la presente vida, donde cada acción tiene una repercusión, y cada alma debe enfrentar las consecuencias de sus propios actos.

Cuando un espíritu reencarna, trae consigo el bagaje de sus vidas pasadas; tanto sus virtudes como sus errores. Las faltas cometidas en el pasado pueden manifestarse en forma de COBROS ESPIRITUALES, colocando al espíritu deudor dificultades como agobios, perturbaciones, sufrimientos, persecuciones, enfermedades y dolor en la vida actual, que son pruebas o expiaciones que el alma debe enfrentar para aprender y evolucionar.

Muchos sufrimientos pueden significar, muchas deudas morales que debe resolver. Por ello, el Guía Espiritual, en estos casos, está presente para ayudar a que la persona no se pierda en el sufrimiento o el desánimo, y para que pueda tomar las decisiones necesarias para saldar dichas deudas y avanzar espiritualmente.

Un espíritu puede encarnar con mucha luz, lo que implica un grado elevado de evolución espiritual, y su misión puede ser más compleja, involucrando tareas de ayuda a los demás o contribuciones al bien común. Sin embargo, incluso los espíritus más avanzados pueden enfrentarse a la tentación o el extravío del camino si las circunstancias de la vida y el entorno los desvía de su misión. Aquí, el papel del Guía espiritual es crucial para mantener el alma en el camino correcto, recordándole su propósito y ofreciéndole apoyo para no perderse en las distracciones materiales.

Este espíritu protector no impide las dificultades, pero tiene el deber de ayudar al encarnado a superar estas pruebas brindándole inspiración y fuerzas para seguir adelante, pero sin interferir directamente en su libre albedrío. La guía que se ofrece es sutil, a través de intuiciones, sueños o sensaciones, que dirigen al alma hacia la reflexión y la corrección de sus errores; o en reafirmar en el caso de espíritus más evolucionados, su compromiso con la tarea o misión asignada.

En resumen, desde la perspectiva del espiritismo, las adversidades y pruebas que enfrentamos en la vida, son oportunidades para el crecimiento y la evolución espiritual. El Ángel Guía o protector está siempre presente para ayudarnos, ya sea que estemos pagando deudas del pasado o trabajando en una misión elevada. Sin embargo, el libre albedrío del espíritu encarnado es fundamental, y la guía se ofrece respetando siempre su capacidad de decisión. El objetivo final es que el alma logre aprender de sus experiencias y avance hacia una mayor comprensión y cercanía con la Ley Divina.

FLORECIENTE CRIATURA QUE DESEAMOS SEA DE LAS MÁS BELLAS...

La floreciente criatura evoca la imagen de un ser en constante crecimiento y evolución. Cada uno de nosotros tiene el potencial de florecer en belleza, no solo en lo físico, sino en lo espiritual y emocional. Esta belleza interior se cultiva a través de nuestras elecciones, nuestros actos de bondad y nuestro compromiso con el amor.

La expresión DE LAS MÁS BELLAS, no se refiere a un estándar superficial, sino a una belleza que irradia desde el interior, manifestándose en la autenticidad, la generosidad y la compasión. En este sentido, todos estamos en un proceso de transformación, donde cada desafío y cada alegría nos moldean, ayudándonos a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

El texto “FLORECIENTE CRIATURA QUE DESEAMOS SEA DE LAS MÁS BELLAS...” se refiere al anhelo profundo que muchas familias o personas espirituales pueden tener cuando reciben a un nuevo ser en su hogar, deseando que ese espíritu sea de gran luz, nobleza y belleza interior. Este deseo es natural y comprensible, especialmente cuando se entiende desde la perspectiva de la evolución espiritual, donde los espíritus encarnados buscan rodearse de seres que puedan contribuir al crecimiento y la armonía de su entorno.

En el contexto espiritual, el nacimiento de un hijo o la llegada de un nuevo ser a la vida de una familia, se ve como una oportunidad tanto para el espíritu que reencarna como para la familia que lo recibe.

La expresión floreciente criatura, puede entenderse desde varias perspectivas:

En un sentido literal, puede referirse al niño que acaba de nacer o está por llegar, lleno de potencial y posibilidades.

Desde una perspectiva espiritual, se refiere a un alma que está en un proceso de desarrollo, ya sea un espíritu más avanzado, lleno de luz y virtudes, o un espíritu que, aunque oscurecido por sus errores pasados, tiene la posibilidad de florecer; es decir, de aprender, rectificar, evolucionar y transformarse.

El concepto de belleza en este contexto, no se refiere necesariamente a una apariencia física, sino a la belleza espiritual, es decir, a la pureza, nobleza, bondad y elevación moral del ser. Se espera que esta nueva criatura traiga consigo esas cualidades, contribuyendo así a la paz, el amor y el bienestar del hogar que lo albergó.

El deseo de recibir a un espíritu noble, lleno de luz y virtudes, es natural en cualquier familia. En el espiritismo, se entiende que la luz interior de un espíritu se manifiesta en su bondad, su capacidad de amar y su disposición a contribuir al bien común. Un espíritu que ya ha avanzado en su evolución espiritual será más propenso a comportarse de manera armoniosa, justa y amorosa, lo que facilita la convivencia y el aprendizaje mutuo en un hogar. Sin embargo, también es importante recordar que no siempre se recibe a un espíritu que ya ha alcanzado un alto grado de evolución. Muchas veces, los espíritus que aún están en proceso de aprendizaje, con oscuridades y errores del pasado, reencarnan en hogares que pueden brindarles las condiciones adecuadas para superar sus defectos y crecer espiritualmente.

En el espiritismo, la reencarnación no es aleatoria. Los espíritus son asignados a los hogares más apropiados para su evolución, según las necesidades y pruebas que deben enfrentar. Si un espíritu oscuro o con deudas del pasado, llega a una familia espiritual, esa familia tiene la responsabilidad de acogerlo con amor y comprensión, sin rechazo.

El hogar, especialmente con conocimiento de las Leyes Espirituales, tiene la misión de servir como un refugio de luz y guía para ese espíritu en su proceso de evolución. Esto implica ofrecerle:

Educación moral y espiritual, enseñándole a reconocer y corregir sus errores pasados.

Amor incondicional, entendiendo que, aunque el espíritu esté oscurecido por sus faltas, es un hermano que necesita ayuda para encontrar el camino de la luz.

Paciencia y comprensión, sabiendo que el proceso de evolución espiritual es largo y requiere tiempo, esfuerzo y dedicación.

Cuando un espíritu oscurecido reencarna, lo hace con el propósito de corregir sus faltas pasadas, sanar sus heridas espirituales y aprender las lecciones necesarias para su evolución. Estas reencarnaciones pueden ser difíciles tanto para el espíritu que encarna como para la familia que lo recibe, ya que pueden presentarse desafíos como conflictos de carácter, dificultades emocionales o problemas de conducta. Sin embargo, desde la perspectiva del espiritismo, estos desafíos son oportunidades para todos los involucrados:

Para el espíritu que encarna, es la oportunidad de purificar su alma a través del aprendizaje, la experiencia y la superación de sus inclinaciones negativas.

Para la familia, es una oportunidad de practicar la Caridad, el Amor y la Fraternidad, cumpliendo con el mandato de ayudar a los demás en su evolución espiritual, sin juicios ni rechazo.

En cuanto al deseo de que el nuevo ser “SEA DE LAS MÁS BELLAS CRIATURAS”, también se refleja el anhelo de que su vida y su presencia en la Tierra estén llenas de propósito y significado. La belleza espiritual de un ser está relacionada con su misión de vida, que puede implicar la enseñanza de virtudes como la paciencia, la bondad, la empatía, el reconcilio y el perdón, tanto para sí mismo como para quienes lo rodean.

Incluso los espíritus que llegan con dificultades y cargas muy pesadas del pasado, pueden aprender a través de su proceso de evolución, y revelar una belleza interior que inspire y eleve a los demás. Cada ser humano en su camino hacia la perfección espiritual, tiene la capacidad de florecer, de transformarse y de contribuir a la creación de un mundo más justo y armonioso.

En conclusión, el anhelo de recibir una floreciente criatura que sea de las más bellas, refleja un deseo noble de rodearse de espíritus llenos de luz y virtud. Sin embargo, el verdadero desafío y deber como espíritas, es acoger con amor y comprensión a todos los espíritus que llegan a nuestras vidas, sean avanzados o estén en proceso de aprendizaje. La misión del hogar espírita es guiar, educar y ofrecer un ambiente de amor incondicional para que, independientemente de su estado espiritual, cada ser pueda florecer y avanzar en su camino hacia la perfección.

...Y QUE SOBRE ELLA IRRADIE LA LUZ DEL SOL, LA LUNA Y LAS ESTRELAS; ESCRITO ESTÁ, HIJO DE DIOS.

La luz ha sido, desde tiempos antiguos, un símbolo universal de la Sabiduría Divina, la verdad y la guía espiritual. En este contexto, la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, se refiere a la influencia Divina que ilumina el camino de cada ser, ayudándolo a encontrar su propósito y avanzar en su evolución espiritual.

El deseo de que esta criatura floreciente reciba la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, es una invocación de la conexión cósmica que todos compartimos. La luz en su esencia, simboliza la verdad, la iluminación y el amor de Dios. Esta irradiación de luz es inspiración, guía y protección. Además, encierra un significado profundo y espiritual, en el que se hace referencia a la Luz Divina que guía y acompaña a cada ser en su evolución. Este lenguaje metafórico utiliza la simbología de la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, así como la expresión “HIJO DE DIOS”, para transmitir conceptos elevados relacionados con la iluminación espiritual, la Guía Espiritual, y el destino de los seres humanos.

La afirmación “ESCRITO ESTÁ HIJO DE DIOS” enfatiza nuestra naturaleza Divina. Cada uno de nosotros tiene un lugar en el Universo y un propósito que cumplir. Al ser hijos de Dios, estamos llamados a expresar esa luz en el mundo, a contribuir al bienestar de otros y a vivir en armonía con el Universo entero.

En conjunto, este texto es un hermoso recordatorio de la interconexión entre el ser humano, el Universo y Dios. Nos invita a reconocer la luz que nos rodea y que habita en nosotros, a buscar la orientación de nuestro Ángel Guía, y a florecer en nuestra más pura esencia. La espiritualidad no es solo un camino de desarrollo personal, sino un viaje colectivo hacia la iluminación, donde cada uno de nosotros juega un papel crucial. Al vivir desde el corazón, guiados por la luz de los Astros y el amor de Dios, podemos contribuir a la creación de un mundo más bello y armonioso, donde todos podamos brillar en nuestra verdad.

EL SOL ha sido tradicionalmente asociado con la fuerza vital, la Conciencia Superior. En este contexto, se puede entender que la luz del Sol representa:

LA ENERGÍA VITAL que permite la vida en la Tierra; y espiritualmente, simboliza la Energía Divina que nos anima a todos.

LA CLARIDAD ESPIRITUAL: el Sol ilumina los aspectos más oscuros de nuestra alma, revelando nuestras sombras y permitiéndonos ver con mayor claridad las lecciones que debemos aprender.

LA PRESENCIA DE DIOS EN EL SER HUMANO: el Sol representa la presencia constante de Dios como fuente de luz, fuerza y dirección. Por lo tanto, cuando se dice que la luz del Sol irradie sobre un ser, un alma o una criatura, se desea que ese espíritu esté bendecido con la luz de la verdad, la sabiduría, y la claridad espiritual que lo guíen en su camino de evolución.

LA LUNA, en muchas tradiciones espirituales, simboliza el mundo emocional, la intuición y los ciclos de transformación. A diferencia del Sol, cuya luz es constante, la luz de la Luna cambia según sus fases, lo que refleja la naturaleza cíclica de la vida y las emociones humanas.

La Luna es la guía de la noche, iluminando los caminos más oscuros y ayudándonos a navegar por los momentos difíciles de nuestra vida.

También representa la intuición, aquella voz interior que nos guía cuando no podemos ver claramente con la razón o el intelecto.

Además, su relación con los ciclos nos recuerda que todo en la vida está en constante cambio, y que las dificultades o sombras son solo parte de un ciclo mayor que eventualmente traerá luz. “LAS GENERACIONES CAMBIAN Y LOS TERRENOS TAMBIÉN, ALGO QUIERO HACERLE COMPRENDER” Dijo el autor de esta hermosa Enseñanza.

Cuando se clama a Dios para que la luz de la Luna irradie sobre alguien, se puede interpretar como un deseo de que ese ser sea guiado por su intuición y encuentre equilibrio emocional, incluso en los momentos más oscuros o desafiantes de su vida.

Las Estrellas han sido vistas históricamente como fuentes de esperanza y orientación en la oscuridad. En la antigüedad, los viajeros utilizaban las estrellas para orientarse y encontrar su camino, y este simbolismo se traslada al plano espiritual.

Las estrellas representan los guías espirituales, las almas elevadas y los seres de luz que nos ayudan desde los planos superiores. También simbolizan la esperanza y la fe: al mirar las estrellas en la noche, somos recordados de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz y guía disponibles para nosotros.

Así mismo, cuando se clama ante Dios Todopoderoso Infinitamente Justo, para que la luz de las Estrellas irradie sobre un espíritu, implica un deseo de que ese ser esté rodeado de Guías Espirituales, de esperanza y de fe, para que nunca se sienta solo en su camino de crecimiento y transformación.

ESCRITO ESTÁ, HIJO DE DIOS.

Esta frase final, tiene un fuerte componente espiritual. “ESCRITO ESTÁ” hace referencia a la idea de un Plan Divino predeterminado, en el que cada ser humano tiene un destino trazado por Dios. En el espiritismo, en las Leyes Espirituales, se aprende que cada alma tiene una misión que cumplir, un propósito que ha sido delineado desde antes de su reencarnación.

Esta expresión también sugiere que todo lo que sucede en la vida de un ser está dentro del Plan Divino, y que nada ocurre al azar. Los desafíos, las pruebas, las alegrías y los sufrimientos, están todos alineados con un propósito mayor que ayuda al alma a evolucionar.

Desde la perspectiva del espiritismo, las almas, antes de reencarnar, eligen sus pruebas y desafíos en consulta con sus guías espirituales, con el objetivo de avanzar en su proceso evolutivo. El hecho de que esté escrito, no significa una imposición, sino una coordinación con las Leyes Espirituales.

La expresión HIJO DE DIOS, refuerza la creencia en la filiación Divina de todos los seres humanos. Desde una perspectiva espiritual, cada espíritu es un hijo de Dios, lo que significa que todos somos hermanos al compartir la Chispa Divina en nuestro interior, y que nuestro destino final es regresar a la Fuente Divina; es decir a la diestra del Padre Supremo.

Esta filiación Divina también implica que tenemos el potencial para alcanzar niveles superiores de conciencia y perfección, pues somos parte de un plan mayor que busca el bien y la armonía universal.

SÍNTESIS ESPIRITUAL.

El texto completo puede interpretarse como una bendición o deseo profundo hacia una criatura o ser, con la intención de que esté rodeado de luz y Guía Espiritual en su cruzada. Se desea que el Sol, la Luna y las Estrellas, símbolos del conocimiento, la intuición, el equilibrio emocional, la esperanza y el Ángel Guía, lo iluminen y protejan en su viaje espiritual.

Además, la afirmación “ESCRITO ESTÁ, HIJO DE DIOS” nos recuerda que este ser, al igual que todos los seres humanos, es parte de un Plan Divino predeterminado, y que su vida tiene un propósito más elevado. Como hijo de Dios, su misión es hacer parte de dicho plan para evolucionar espiritualmente, y así regresar a la fuente de todo amor y sabiduría.

Esta hermosa Oración, clamor o plegaria, como queráis llamarle, es una hermosa declaración de FE, DE ESPERANZA Y DE AMOR en proceso evolutivo de los espíritus. Expresa el deseo de que el ser al que se refiere, esté rodeado de la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, representando las Fuerzas Espirituales que lo guían, y le recuerda su conexión con Dios.

En resumen, es un llamado a que cada alma en su reencarnación y proceso de evolución, sea iluminada y guiada por las Fuerzas Supremas, siempre consciente de su condición como hijo de Dios, destinado a la perfección y la armonía espiritual.

El Maestro Ismael enfatiza sobre la responsabilidad del espíritu en su propia evolución. El hecho de que "depende de cada espíritu ganar o perder su luz" sugiere que las decisiones morales y éticas tienen consecuencias directas en su progreso espiritual. Esto se relaciona con el libre albedrío, que permite a los espíritus elegir su camino, aprender de sus errores y avanzar hacia una mayor comprensión y armonía.

La referencia a los cuerpos celestes como "el Sol, la Luna y las Estrellas" en la misión de los espíritus, puede interpretarse como un recordatorio de que el Universo entero es un reflejo de las leyes espirituales. En el espiritismo, se reconoce que todo en la creación está concatenado. La luz que emiten los astros puede verse como un símbolo de la luz espiritual que los seres humanos y los espíritus deben cultivar en sus vidas. Así, los astros no solo iluminan el cielo físico, sino que también sirven como guía y recordatorio de las posibilidades de evolución y crecimiento espiritual.

La conexión entre la Obra del Maestro Ismael Garzón Triana y el pensamiento del Maestro Allan Kardec y León Denis, son clara: Ellos enfatizan sobre la importancia del libre albedrío, la evolución moral y el papel de los espíritus en el vasto Universo. La luz, como símbolo de sabiduría y crecimiento, refuerza la idea de que cada ser humano, como Partícula Divina, tiene el potencial de brillar intensamente a través de sus decisiones y acciones. En última instancia, el viaje de cada espíritu es hacia la perfección, donde se convierte en una estrella, reflejando la luz de Dios en el Universo.

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-


miércoles, octubre 09, 2024

RESPETO, AMOR Y GRATITUD POR EL LEGADO DEL MAESTRO ISMAEL


 

Desde el pasado 29 de agosto, en un acto de profundo respeto y gratitud hacia el Maestro Ismael Garzón Triana, se ha dado inicio a una nueva forma de divulgación de su Obra, que busca simplemente honrar su legado sin abolir el derecho de ningún hermano. Es importante destacar que mi interpretación de estas enseñanzas no pretende en ningún momento imponerse como la única válida. Reconozco que cada hermano y hermana en esta comunidad puede poseer una luz y un entendimiento únicos, y que sus propias interpretaciones pueden enriquecer aún más la comprensión colectiva de la Obra del Maestro.

Este proceso no solo consiste en publicarla para darla a conocer, sino en explicarla para permitir que las Leyes Espirituales se integren en nuestra vida cotidiana. Al abordar cada segmento de su Obra, se busca crear un puente entre el conocimiento espiritual y la experiencia personal, reconociendo que cada uno de nosotros está en un camino único de evolución y comprensión.

Es fundamental recordar que el verdadero aprendizaje espiritual trasciende las palabras y conceptos; se manifiesta en nuestra forma de ser y en las decisiones que tomamos en el día a día. Así, al profundizar en la Obra del Maestro, cada lector puede encontrar su propia luz, resonando con los principios que él transmitió, y experimentar una transformación interna que refleje su autenticidad.

Este homenaje también invita a la reflexión sobre la importancia de la comunidad espiritual, donde el respeto y la comprensión mutua nos enriquecen y nos acercan. Al compartir esta maravillosa Enseñanza, nos abrimos a la posibilidad de crecer juntos, respetando las diversas interpretaciones y caminos que cada persona elige seguir. En esta labor, buscamos no solo preservar la esencia del Maestro, sino también cultivar un espacio donde el amor, la paz y la sabiduría puedan florecer, guiando nuestras vidas hacia un propósito más elevado.

Cada uno de nosotros está en un proceso personal de aprendizaje y evolución, y es a través del diálogo y el intercambio de experiencias que podemos profundizar en nuestra comprensión espiritual. Esta diversidad de perspectivas no solo es válida, sino que es esencial para el crecimiento de nuestra hermandad, ya que cada voz aporta un matiz que enriquece el conjunto. 

Al compartir mis reflexiones, lo hago con la intención de abrir un espacio para la introspección y el diálogo, donde cada uno pueda aportar su luz y sabiduría. Juntos, en esta búsqueda de verdad y autenticidad, podemos honrar el legado del Maestro Ismael de una manera que respete y celebre la pluralidad de pensamientos y experiencias en nuestro camino espiritual. Así, cultivamos un ambiente de amor, respeto y aprendizaje mutuo, donde todos podemos avanzar hacia una comprensión más profunda y significativa de su legado, salvaguardando por sobre todas las cosas la autenticidad y el sentir del autor, sin mirar ni aludir a quienes cumplan o no.

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-



martes, octubre 08, 2024

ORACIÓN A LOS GUÍAS O ÁNGELES DE LA GUARDA



Independientemente del entendimiento, la luz, la ignorancia y oscuridad de nuestro espíritu, cada uno tiene el derecho de acuerdo a su libre albedrío, de expresar, de exponer lo que comprende sobre la Leyes Espirituales y sobre esta hermosa Enseñanza del Maestro Ismael Garzón Triana; sin que espíritu alguno pueda llegar a imponer su opinión como la única verdad válida como explicación de la misma.

Por lo tanto, sin ansia de imponer a nadie mis palabras, os comparto respetuosamente mi opinión personal, que dista mucho de la interpretación que el Maestro Ismael dejó de su Obra. Pero mi gratitud y amor por el Maestro y su hermosa Enseñanza, me motivan cada día a estudiar y aventurarme a publicar mis elucidaciones.

La referencia que hacen los Maestros Allan Kardec y León Denis en sus Obras maravillosas, introduce un enfoque específico en el espiritismo, que enfatiza la existencia de Guías Espirituales para cada espíritu. Estas enseñanzas nos indican que todos tenemos un Ángel Guía y Espíritus Benefactores que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, proporcionando orientación, apoyo y fortaleza. Esta afirmación nos consuela ante el hecho de que no estamos solos en nuestro camino espiritual y que siempre hay una ayuda presente y disponible, incluso si no siempre es visible. 

Esta hermosa Oración del Maestro Ismael Garzón Triana, en la que se reconoce la existencia de Espíritus que actúan como intermediarios entre lo humano y lo Divino, y donde se menciona a los Ángeles y Arcángeles mensajeros de Dios, puros como el cristal invisible, quienes, por su gran amor a la humanidad y la moral de sus espíritus, se han hecho merecedores de portar y transmitir la Luz del Padre Supremo a sus hermanos; es decir, su conocimiento. Y como espíritus benefactores, nos ayudan en el trasegar de nuestras distintas cruzadas como espíritus encarnados.

Este inicio establece claramente la intención e importancia de la Oración: evocar a los Espíritus que son reconocidos como protectores y guías. Al dirigirse a los Ángeles y Arcángeles, el espíritu encarnado no solo busca asistencia, también reconoce su papel como Mensajeros de aquella Majestad Divina, quienes están siempre en disposición para ofrecer apoyo y orientación a la humanidad en nombre de Dios.

La referencia a los Mensajeros, enfatiza la función activa de estos espíritus hermanos en la vida espiritual del que tiene fe. Al ser considerados como enviados o Mensajeros del Padre Supremo y de nuestra Divina Madre, se establece una relación, una conexión directa entre lo humano y lo Divino. Este reconocimiento admite que hay una Fuerza Suprema que se manifiesta a través de ellos, y que su propósito es transmitir amor y protección. Esto no solo resalta su importancia, sino que además refuerza nuestra fe y confianza al sentirnos siempre rodeados y protegidos por ellos.

A LOS ÁNGELES, ARCÁNGELES Y DEMÁS GUÍAS DEL BIEN DE MI PADRE ME DIRIJO

Esta apertura es un llamado directo a los Espíritus Benefactores, resaltando la importancia de los Ángeles y Arcángeles como Protectores y Guías, tanto en la vida espiritual como en la corporal. Al incluir –y demás guías del bien de mi Padre- se amplía el espectro de apoyo espiritual, reconociendo que hay una miríada de espíritus que actúan en beneficio de toda la humanidad. Este reconocimiento crea un sentido de comunidad espiritual, donde diferentes fuerzas se unen en un propósito común: el bienestar y la evolución de cada uno de sus hermanos.

PORQUE MENSAJEROS DE MI PADRE Y DE MI DIVINA MADRE

Aquí se reafirma la función esencial de los Mensajeros de Dios. Al mencionar al Padre Supremo y la Divina Madre, se establece una conexión con lo Divino que es tanto paternal como maternal. Esto sugiere un enfoque equilibrado, armonioso y amoroso de las Leyes que rigen el Mundo Espiritual. Al considerarlos como Mensajeros, se enfatiza que traen mensajes de amor y sabiduría, guiándonos hacia un camino de luz y verdad.

TRAEN EL MENSAJE DE AMOR Y PROTECCIÓN A TODOS TUS HIJOS

Esta frase contiene la esencia de la función de los Ángeles y Guías, portadores de Luz, de amor y protección. La seguridad en que este mensaje es para todos los hijos del Padre Supremo, subraya un sentido de inclusión y universalidad. No se limita a unos pocos, sino que se extiende a toda la humanidad. Este enfoque en el amor y la protección resuena profundamente con el anhelo humano de sentirse respaldado y protegido en el viaje de la vida. Al hablar de amor, se menciona una fuerza poderosa que trasciende el tiempo y el espacio, ofreciendo consuelo y esperanza a los extraviados.

Este párrafo es una invocación profunda, poderosa, y además reverente a los Ángeles y Guías. Al reconocerlos como Mensajeros del Padre y de la Divina Madre, se establece un vínculo directo con lo Divino, enfatizando su papel como Protectores y portadores de Amor. La afirmación de que su mensaje es para todos sin excepción alguna, nos alienta, nos da fe y esperanza de seguir adelante, al saber que a pesar de nuestras faltas cometidas no hemos sido desheredados del amor ni de la misericordia del Padre Supremo, y que, por el contrario, todos somos merecedores de amor y protección. Este clamor de ayuda espiritual crea un espacio de apertura y conexión, donde el espíritu encarnado puede encontrar consuelo y apoyo en su camino.

Este reconocimiento genera, además, un sentido de esperanza al ser aceptados como parte de un Plan Divino; más, cuando siempre podemos recurrir a la protección espiritual. El amor es una energía transformadora que, al ser recibida, puede guiarnos y sostenernos en nuestras luchas.

La invocación de -amor y protección- enfatiza que los Ángeles son portadores de mensajes que transmiten Amor Divino, y que brindan asistencia a quienes los buscan. Esta enseñanza promueve la fe en la ayuda de Dios, especialmente en momentos de dificultad, aflicción o sufrimiento.

YO, HUMILDE SERVIDOR Y PEQUEÑA CRIATURA

La expresión de -humilde servidor- transmite una profunda actitud de respeto y veneración hacia Dios infinitamente Poderoso y Justo.

La humildad es una virtud fundamental en el camino espiritual; reconoce nuestras limitaciones y nos coloca en un estado de apertura para aprender y recibir. Al identificarse como -pequeña criatura-, el Maestro Ismael reafirma el conocimiento de las Leyes Espirituales y su lugar en el vasto Universo. Este reconocimiento no es un signo de debilidad ni de falsa modestia, sino de una poderosa e íntima conexión con Dios. Este discernimiento es fundamental en las Leyes Espirituales, ya que se entiende que el verdadero crecimiento espiritual comienza con la humildad y el reconocimiento de la grandeza de Dios y del Universo.

RINDO ESTE HOMENAJE A LAS FUERZAS SUPREMAS Y DIVINAS

La acción de rendir homenaje implica un acto de devoción y reconocimiento. Al hacerlo se establece un puente entre la materia y el Espíritu, entre lo humano y lo Divino. Este homenaje no solo es una forma de expresar gratitud, sino también un reconocimiento de aquellas Fuerzas Radiantes que guían y protegen a la humanidad. En el Espiritismo, rendir homenaje, es una forma de abrir el corazón, de entregarse a la luz que nos guía, y de acogerse al conocimiento que nos ayuda a trascender, que nos acompaña y orienta hacia el Camino Recto.

Estas respetables Entidades Espirituales a las que se refiere el autor en su maravillosa Enseñanza, son vistas y reconocidas como poderosas y benevolentes, responsables del orden y la armonía en el Universo. Las Fuerzas Supremas evocan una sensación de grandeza y majestuosidad, recordándonos que, a pesar de nuestras luchas y desafíos, hay una fuerza universal que actúa siempre en favor de nuestro crecimiento y bienestar. Al referirse a ellas como Divinas, se resalta su Naturaleza Indulgente y amorosa, invitándonos a confiar en su guía y protección.

Este párrafo, al unirse en un acto de humildad y devoción, nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con aquellas Fuerzas. Nos recuerda que, aunque somos pequeños en comparación con la vastedad del Universo, cada uno de nosotros tiene un lugar valioso en la creación. Al rendir homenaje a estas entidades nuestros verdaderos hermanos, expresamos nuestro anhelo de conexión, amor y protección, abriendo nuestro corazón para recibir la sabiduría y la luz que nos ofrecen. En este acto de entrega encontramos consuelo, y la certeza de que nunca estamos solos en nuestro viaje de evolución espiritual.

YO TENGO LA FE HACIA MI PADRE Y A MI DIVIA MADRE

La mención del Padre Supremo y la Divina Madre, hace eco de una relación con lo Divino. La figura de la madre representa la protección, la devoción y el amor incondicional. Por ello, Dios Todopoderoso Infinitamente Justo, ha asignado por su infinita capacidad de amar a sus hermanos, el rol de Madre Universal a aquel Espíritu Radiante y Puro, hermano de nuestro Espíritu, conocido como la Divina Madre. Este equilibrio entre lo masculino y lo femenino refleja un enfoque integral de la espiritualidad, donde ambos aspectos son importantes para el bienestar integral del alma.

Esta afirmación expresa una conexión personal y profunda con Dios. La fe es un pilar fundamental en el Espiritismo; representa confianza y entrega en algo más grande que nosotros mismos. Al mencionar al Padre y a la Divina Madre, se establece un equilibrio entre las energías masculinas y femeninas de lo sagrado, simbolizando el amor, la protección y la guía que representan. Esta relación no solo es una búsqueda de apoyo espiritual, sino también una invitación a experimentar el amor incondicional que emana de estas figuras Divinas, y transmitirlas a nuestros hermanos.

PORTADORES DE LA LUZ Y LA FE

Aquí se hace referencia a los Ángeles, Guías Espirituales, y Espíritus Benefactores como portadores de la Luz del Padre Supremo y la fe. La luz simboliza la verdad, la claridad y la iluminación espiritual; mientras que la fe es el vínculo que nos une a Dios, que no vemos, pero que sí sentimos su presencia en cada átomo de nuestro ser. Reconocer a estos Espíritus como portadores de estas cualidades destaca su papel crucial en nuestro viaje espiritual ayudándonos a mantener la esperanza y a guiarnos a través de la oscuridad. Este reconocimiento también fomenta una conexión más profunda al verlos como aliados y protectores en nuestro camino.

RECIBAN ESTE HOMENAJE QUE CON AMOR RENDIMOS EN ESTE DÍA LLENO DE LUZ Y ESPERANZA

El acto de rendir homenaje se convierte aquí, en un gesto de gratitud y reverencia. Al ofrecer este homenaje con amor, se refuerza la idea de que la verdadera conexión espiritual se basa en el amor genuino. Es un reconocimiento en el que, aunque los Guías y Ángeles están en un plano diferente, su influencia y apoyo son profundamente fundamentales. Este acto de entrega y agradecimiento nos permite abrirnos a recibir su luz y orientación.

La mención de un día lleno de luz y esperanza resuena con un sentimiento de renovación, anhelo y oportunidad para nuestros espíritus. Cada día es una oportunidad para elevar el pensamiento hacia Dios y experimentar el amor y la protección que nos brinda y que nos rodea. Este enfoque en la luz y la esperanza nos recuerda que, incluso en tiempos difíciles, siempre hay espacio para la alegría y la fe. Nos invita a cultivar una perspectiva optimista y a reconocer que la luz siempre está presente guiándonos en nuestro tránsito como espíritus encarnados en la Tierra.

Hermanos de mi espíritu, este párrafo es una celebración de la fe y la conexión con Dios. A través de la relación con el Padre y la Divina Madre, se establece un lazo profundo de amor y protección. Reconocer a los Ángeles y Guías como portadores de luz y fe, nos invita a confiar en su apoyo en nuestro camino de evolución espiritual. Al rendir homenaje con amor y gratitud, se abre un canal de comunicación y conexión que nutre nuestra alma. En un día lleno de luz y esperanza, encontramos la certeza de que, sin importar las circunstancias, siempre podemos recurrir a la Luz Divina para que nos acompañe.

A LA LUZ DEL UNIVERSO ME DIRIJO CON TODO AMOR

La frase -Luz del Universo- se refiere sin duda alguna al Padre Supremo, Verdad y Sabiduría Infinita. Al dirigirse a esta Luz, se expresa el empeño, la necesidad de recibir guía y fortaleza para seguir adelante con la misión encomendada. La luz simboliza la iluminación espiritual, el conocimiento y la verdad.

El Universo está iluminado, bañado por la Luz de aquella Inteligencia Divina que es Dios, Fuente Primaria de toda causa. Esta luz representa la guía y la sabiduría que emana de aquella Majestad Divina.

El amor es una de las fuerzas más poderosas en las enseñanzas espirituales. Se entiende como la energía que une a todos los seres y que permite el crecimiento y la evolución espiritual. Al dirigirse con todo amor, se sugiere una intención pura, un deseo de conexión y entendimiento con esa Luz del Universo.

Esta frase puede interpretarse como un reconocimiento de que, al buscar la verdad y la comprensión del Universo, uno se está dirigiendo hacia una realidad más elevada. Este viaje se realiza con amor, que es fundamental para el crecimiento espiritual.

En el espiritismo se enseña que la vida es un proceso de evolución y aprendizaje. Al dirigirse a la Luz del Universo, se abraza esta idea de evolución personal y colectiva. La búsqueda de la luz es, por lo tanto, la búsqueda de la verdad y del desarrollo moral y espiritual.

Al dirigirse a la Luz del Universo, se reconoce que cada espíritu, chispa radiante ha emanado de Dios. La conexión con la luz implica también la responsabilidad de contribuir al sustento, al cuidado de toda su creación. El amor se convierte en el medio a través del cual se pueden construir puentes hacia los demás y hacia el Universo.

En resumen, -A la Luz del Universo me dirijo con todo amor- responde a una profunda intención de conexión espiritual, crecimiento y responsabilidad. Refleja la creencia en la existencia de una Fuerza Divina que guía y sostiene a todos, y subraya la importancia del amor como vehículo para alcanzar esa luz. Esta frase puede servir como un recordatorio constante de la búsqueda de la verdad y el desarrollo personal dentro del marco del amor y la comprensión universal.

PORQUE EN MI CORAZÓN NO HAY FRONTERAS

Esta afirmación es un poderoso y significativo compromiso que no debería de pronunciarse a la ligera si no hay la verdadera voluntad de cambio. La idea de que -no hay fronteras en el corazón- sugiere paz interior y una visión de unidad y conexión con todos los seres y la Naturaleza. En un mundo, a menudo marcado por divisiones, esta declaración invita a trascender esas limitaciones. Se trata de una apertura hacia la empatía y el amor incondicional, donde el corazón se convierte en un espacio inclusivo y acogedor, capaz de abrazar la diversidad, las experiencias de los demás, incluyendo a los enemigos.

LO QUE HAY ES FE Y AMOR HACIA LAS MARAVILLAS DE MI PADRE ETERNO

El reconocimiento de que en el corazón hay -fe y amor- resuena con la esencia del espíritu. La fe es la fuerza que nos sostiene en momentos de incertidumbre, mientras que el amor es la energía que nos conecta con todo lo que nos rodea. Al dirigir esta fe y amor hacia las maravillas del Padre Eterno, se hace alusión a la belleza y la grandeza del mundo espiritual y físico, Creación de Dios. Esta visión de asombro y gratitud hacia la Universo y hacia el mundo que nos sustenta, fomenta un sentido de reverencia, admiración y respeto por la Creación y la vida en todo sentido.

HACIA LOS GUÍAS, DIVINOS MENSAJEROS DE MI PADRE Y DE MI DIVINA MADRE ME DIRIJO

Aquí se reafirma la conexión con los Guías Espirituales quienes son vistos como Mensajeros del Padre Supremo. Al dirigir la Oración a ellos, se expresa un deseo de recibir orientación y apoyo en nuestro camino. Esta conexión con los Guías nos afirma que no estamos solos en nuestra travesía; siempre hay Espíritus Benefactores que nos acompañan y nos protegen, brindando luz en momentos de oscuridad.

Y HAGO LLEGAR ESTA FRASES EN ORACIÓN.

El acto de -hacer llegar estas frases en Oración- simboliza la entrega de intenciones y deseos hacia Dios. La Oración se convierte en un canal de comunicación que nos permite expresar nuestro anhelo de conexión, amor y guía. Este gesto también representa la apertura de nuestro ser para recibir la Luz y la protección que se nos ofrece Dios Todopoderoso Infinitamente Justo, Creador de todo cuanto se encuentra en el Universo

Este párrafo contiene la esencia de la búsqueda espiritual y la conexión con Dios. Al dirigirse a la -Luz del Universo-, se expresa un deseo de conexión profunda y amorosa con la esencia de la creación. La afirmación de que, en el corazón no hay fronteras, fomenta un espíritu de unidad y amor incondicional, mientras que la fe en las maravillas del Padre Eterno, enriquece nuestra experiencia de vida. Al invocar a los Guías y Mensajeros Divinos, se reconoce su papel en nuestro viaje, reforzando la idea de que siempre estamos acompañados. La Oración entonces, es un acto de entrega, esperanza y confianza en la Luz y el Amor del Padre Supremo.

Tema de estudio y esclarecimiento para mañana miércoles 9 de octubre con el grupo EL CAMINO RECTO.


Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-



sábado, octubre 05, 2024

ALOS ESCRITORES Y FILÓSOFOS


Bajo ningún punto de vista, ésta opinión mía pretende imponerse como la explicación única, auténtica, absoluta ni definitiva sobre el texto de Los Escritores y Filósofos que a continuación os compartiré; pues grande sería el error y la ignorancia, si considerara por un instante que la mente mía puede esclarecer una Obra entregada desde la altura. Sin embargo; me asiste el derecho como estudiante de la Enseñanza del Maestro Ismael, intentar comprenderla, discernirla a pesar de la oscuridad que cubre mi espíritu, ya que es una oportunidad de encaminarme por la senda de la Luz y Verdad, al ser una Obra para el bien de la humanidad.

LOS ESCRITORES Y FILÓSOFOS a los que se refiere el Maestro Ismael en su Enseñanza, son aquellos Espíritus Genios, Egregios al servicio Espiritual del Padre Supremo, quienes a través de sus distintas cruzadas alcanzaron la luz para sus espíritus por esfuerzo propio; y hoy como mensajeros, asisten a la humanidad como guías y espíritus benefactores, ofreciéndonos su ayuda en el estudio y la búsqueda de la verdad, pilar central y fundamental del espiritismo.

El reconocimiento de la ayuda de los espíritus guías está en consonancia con las enseñanzas del espiritismo, que indica que hay entidades -espíritus desencarnados- que ofrecen orientación y apoyo en nuestro camino de aprendizaje. Este aspecto demuestra la conexión entre el mundo de los vivos y de los que han fallecido corporalmente, y donde el conocimiento no solo proviene de fuentes humanas sino también de los habitantes de nuestra verdadera patria, la espiritual.

PUERTAS ABIERTAS:
Desde el punto de vista espiritual, esta frase indica que el estudiante de las Leyes de Dios se encuentra dispuesto a recibir el conocimiento; es decir, el Maestro llega cuando el alumno está preparado, permitiendo la apertura a la sabiduría; y al reflejar en sus acciones respeto, humildad y deseo de servir a sus hermanos, los Escritores y Filósofos al encontrar un terreno abonado y fértil en el corazón del aprendiz, -Templo de Dios, estación de sabiduría- siembran en éste, la semilla; es decir, el conocimiento. Al abrir las puertas del corazón nos despojamos del ego de pretender saber todo, y reconociendo que no sabemos nada, invitamos a la sabiduría a entrar, permitiendo que cada enseñanza se convierta en un peldaño hacia una existencia más consciente y significativa. En última instancia, el viaje del estudiante es un viaje hacia el interior, donde el verdadero conocimiento se encuentra en armonía entre el corazón y el espíritu.

CORAZÓN:
Al entender que el corazón es un Templo, y que en él habita el espíritu, comprenderemos la profunda relación entre el aprendizaje, la conducta y la espiritualidad. Este Templo que representa nuestra capacidad de amar, comprender y evolucionar, es un lugar sagrado que debemos cuidar y nutrir.

El concepto de templo, alude al espacio sagrado y personal donde se cultivan las virtudes. El corazón del estudiante se convierte pues, en este Templo, lugar donde irradia el espíritu partícula de Dios, y en el que resuena la búsqueda del entendimiento y la trascendencia. Al referirse al corazón, indica entonces que el aprendizaje no es simplemente intelectual; se trata sí, de una experiencia corporal, pero con un deseo profundo de crecimiento espiritual. Este Templo no es solo un lugar físico; es un espacio sagrado en el que se entrelazan el conocimiento, las emociones y la espiritualidad. Al afirmar que el corazón es un Templo, se nos invita a considerar, cómo este órgano que bombea vida a nuestro ser, también alberga nuestra esencia más profunda, el espíritu.

El corazón, en muchas tradiciones espirituales ha sido visto como el centro del ser, donde residen no solo nuestras emociones, sino también nuestro espíritu. Este Templo es un refugio, un lugar de encuentro con lo Divino y lo trascendental. Cuando hablamos de abrir las puertas de este Templo, nos referimos a la disposición de recibir sabiduría y amor en su forma más pura. Es aquí donde el aprendizaje se convierte en una experiencia transformadora con cada lección que resuena en lo más profundo de nuestro ser.

Dentro de este Templo-corazón, habita el espíritu, que representa nuestra verdadera esencia. El espíritu es eterno, está en constante evolución, y busca a través del conocimiento que adquiere en sus experiencias de sus distintas cruzadas, crecer en luz.

Al reconocer y aceptar que el espíritu reside en nuestro corazón, comprendemos que el aprendizaje no es solamente una acumulación de datos o información, sino, además, un viaje hacia el autoconocimiento y la conexión con Dios. Cuando los estudiantes abren su corazón, están creando un espacio de receptividad para las enseñanzas de los espíritus guías. -En este caso los Escritores y Filósofos al servicio de Dios- Este acto de apertura permite que el conocimiento fluya y se integre, nutriendo no solo la mente sino también el espíritu. En este sentido, el corazón se convierte en un portal hacia la sabiduría universal donde cada idea, cada reflexión puede elevar nuestra vibración y enriquecer nuestra existencia corporal.

LA TÓNICA DE LA VIRTUD:
Indica que la educación y el aprendizaje son caminos que conducen hacia el crecimiento personal y la evolución espiritual. He ahí cuando la virtud se convierte en el eje central de la formación del individuo, alineando su desarrollo con los principios éticos y morales. La educación no se limita a la adquisición de conocimientos; se trata también de formar el carácter y cultivar la moralidad. La virtud en este contexto, actúa como un faro que guía nuestras acciones y decisiones. El Maestro Allan Kardec y León Denis resaltan en sus maravillosas Obras que, el verdadero conocimiento va acompañado de una responsabilidad ética. Aprender implica no solo entender el mundo y la Naturaleza, sino también actuar con integridad y compasión hacia los demás.

La tónica de la virtud resuena fuertemente en este clamor espiritual, porque al igual que un Templo que se mantiene en pie gracias a la solidez de sus bases, así mismo el corazón del estudiante se mantiene firme para no confundir a Dios por otra cosa, al cultivar valores éticos y morales. La virtud actúa como un guardián del Templo, asegurando que las enseñanzas que allí se reciben no solo sean entendidas, sino que también se traduzcan en acciones compasivas y justas. Al integrar la virtud en nuestra vida, honramos tanto a los maestros terrenales como a aquellos guías espirituales que nos acompañan en nuestro camino.

Hay que recordar que, En el corazón hay una partícula de Dios, y que allí está la sabiduría, y la luz no hay que dejarla tapar por sombra alguna. Dijo el Maestro Ismael.

DÍA DE VISITA FLORESCENTE:
Bien puede interpretarse como un momento de iluminación donde la llegada de nuevas ideas y enseñanzas, enriquece el espíritu y la mente. El día de visita florescente simboliza momentos de revelación y claridad que emergen cuando el corazón está abierto y receptivo. En estos momentos, la luz del conocimiento penetra en el Templo iluminando el camino del espíritu. Esta iluminación no solo se trata de adquirir información, sino de permitir que esa luz transforme nuestro ser, guiando nuestras decisiones y ampliando nuestra comprensión del propósito de la vida.

Este término también sugiere crecimiento, renovación y el florecimiento del conocimiento en el espíritu. El día de visita florescente evoca una sensación de renovación y crecimiento. Este momento de claridad y luz representa oportunidades para el aprendizaje, donde nuevas ideas y comprensiones pueden florecer. En cada interacción con el conocimiento y la sabiduría, el estudiante tiene la oportunidad de expandir su conciencia y profundizar su entendimiento del mundo y de sí mismo. Es un recordatorio de que cada día presenta la posibilidad de un nuevo comienzo, una nueva lección y una nueva conexión con el mundo espiritual.

Este clamor es un claro homenaje a los escritores y filósofos que, a lo largo de la historia han iluminado el camino del conocimiento y la espiritualidad. Su influencia perdura en las vidas de los estudiantes, quienes, al abrir las puertas de su corazón y mente, permiten que estas enseñanzas penetren y transformen su ser. Este acto de apertura es fundamental, ya que refleja una disposición a recibir no solo información, sino también amor y sabiduría. Nos anima también a abrir nuestro corazón y mente, a recibir la influencia de aquellos que han trasegado el camino del conocimiento antes que nosotros, y a reconocer la ayuda de guías espirituales en nuestra cruzada. La educación entonces, se convierte en una danza entre lo físico y lo espiritual, donde cada paso hacia el conocimiento es también un paso hacia la virtud. Al reconocer y honrar a estos maestros y guías, contribuimos a la construcción de un mundo más iluminado donde el amor y la sabiduría son los cimientos de nuestro crecimiento colectivo.

En todos los tiempos ha habido mensajeros, todos quiero recordar para que no nos dejen de amar. Dijo también el Maestro Ismael.

En conclusión, el escrito A LOS ESCRITORES Y FILÓSOFOS, nos invita a una reflexión sobre la búsqueda del conocimiento como un acto espiritual, donde el corazón del estudiante actúa como un templo abierto a la luz de la sabiduría y el amor, tanto de los maestros terrenales como de aquellos que guían desde el más allá.

Explicación entregada, analizada y estudiada, el día 4 de octubre del año 2024, al grupo de estudio EL CAMINO RECTO.


Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-

martes, octubre 01, 2024

ANTE DIOS


Esta hermosa Oración que nos ha legado el Maestro Ismael en su Obra, refleja la necesidad, y un profundo deseo de acercarse a Dios, así como un reconocimiento de la propia condición espiritual. Cada frase está impregnada de profundos conocimientos que vibran al unísono con las Leyes Espirituales.

Cuando el Maestro Ismael se describe a sí mismo como un "pequeño siervo del huerto del Padre Supremo", lo que evoca, es una imagen de humildad, agradecimiento y dedicación; con lo cual enseña que cada individuo tiene un papel en la Obra de la creación, y que la verdadera grandeza se encuentra en el servicio a los demás, y no en el resultado mismo. Este sentir está alineado con la Ley Espiritual, de que somos en esencia, espíritus en evolución, y que nuestra misión es aprender para ayudar a otros en su camino.

La humildad es un valor fundamental en la Enseñanza de los Estudios Astrales Espirituales Ante Dios, donde la vanidad y el orgullo son obstáculos en el desarrollo espiritual. Al presentarse como un "pequeño siervo", el Maestro reconoce su lugar en el vasto universo espiritual, enfatizando que todos somos parte de un todo mayor.

La Oración se centra en el amor y la fe; dos conceptos esenciales en el espiritismo. El amor es considerado la fuerza primordial que une a todos los seres. El Maestro León Denis en sus obras, subraya que el amor es la esencia de la vida espiritual y la clave para la evolución. Luego, la expresión de “sólo siento ese amor hacia mi Padre Celestial y hacia mis hermanos que muy extraviados están" evidencia en el Maestro, un gran entendimiento de la Ley Espiritual, y el vínculo que debe de haber entre todos los espíritus, hijos del Padre Supremo Creador; pero, ante todo, denota agradecimiento ante Dios, porque sin agradecimiento no es posible que nazca el amor, y sin amor no puede haber en el corazón benevolencia ni comprensión ante las faltas de nuestros hermanos

La fe, por otro lado, se presenta como una Esperanza en el Plan Divino y en la bondad que Dios extiende para todos sus hijos. La frase "mi esperanza ha de llegar hacia tus pies" sugiere un deseo de entrega y confianza en aquella Majestad Divina. Esta fe es vital en el camino espiritual, ya que permite al individuo superar las adversidades y avanzar hacia su perfección.

El anhelo de Luz y Evolución Espiritual, es el deseo "de regresar a la diestra del Padre Supremo" y "participar de su Luz Divina". En el espiritismo, la luz es un símbolo de conocimiento Espiritual y verdad. El Maestro Ismael enseña que, el conocimiento es esencial para la evolución del Espíritu, por lo que enfatiza en su sugerencia, estudiar palabra por palabra. Por lo tanto, conocer, comprender, pero, sobre todo, actuar de acuerdo a las Leyes Espirituales, nos permite transitar por el camino recto, y nos brinda la oportunidad de evolucionar.

El amor hacia Dios, es la fuerza motora que impulsa y permite al espíritu escalar los diferentes planos a través de sus distintas cruzadas hasta llegar "ante las plantas del Supremo Dios Infinitamente Poderoso y Justo" para postrarse ante Él y agradecer su bondad perenne. Esta búsqueda de la luz es un viaje que cada espíritu debe emprender enfrentándose a sus propias sombras y limitaciones. La Oración se convierte entonces en una súplica donde se clama al Padre Supremo la fortaleza física, mental y espiritualmente para mantenerse firme a pesar de las persecuciones y de los encantos del terrestre, y poder así elevar la mentalidad hacia el Padre Eterno.

La mención de los "hermanos extraviados" indica en el Maestro, sensibilidad y preocupación por el sufrimiento de sus hermanos. El espiritismo enfatiza sobre la importancia de la solidaridad y la caridad. SIN CARIDAD NO HAY SALVACIÓN, dijo el Maestro Allan Kardec; porque el reconocimiento de que otros pueden estar en un estado de confusión o sufrimiento, implica una invitación a la acción; es decir, a extender la mano al hermano que se encuentra en el fango.

La Oración Ante Dios, no sólo es un acto personal, si no un llamado a la Compasión, a la Solidaridad, a la Benevolencia; entre otros, a la acción de contribuir al bienestar de toda la humanidad, ayudando a aquellos que están perdidos en su camino, incluso al del propio enemigo.

Este aspecto de la Oración, resuena con nitidez, al esclarecer que, el bienestar de uno está intrínsecamente ligado espiritualmente al bienestar de todos. La evolución no es solo un proceso individual, sino también colectivo; cada acto de amor y compasión contribuye al avance de la humanidad en su conjunto; porque amar a nuestros hermanos, es amar a Dios.

Por lo tanto, el agradecimiento es un tema fundamental en la Enseñanza del Maestro Ismael, porque expresa en todo momento el deseo de "dar gracias por todo el bien recibido".

Este reconocimiento de las bendiciones y de las enseñanzas que nos brinda la vida, es fundamental en el desarrollo espiritual, porque la gratitud nos acerca a Dios, permitiéndonos reconocer la sabiduría en cada experiencia, ya sea positiva o negativa. Si es positiva, bien para el espíritu porque cumple su tarea; si es negativa; igualmente es bien para él, porque las vicisitudes, las aflicciones, las persecuciones etc., son deudas que se van pagando, y a la vez, son enseñanza para el espíritu.

El acto de orar y agradecer es en sí mismo, una práctica espiritual que fomenta la humildad. Al centrar la atención en los demás y en lo que se ha recibido, se aleja el egoísmo y se cultiva una actitud de amor y Caridad hacia todos.

En suma; ANTE DIOS, es una hermosa expresión de la búsqueda espiritual del ser humano que se alinea perfectamente con las enseñanzas del espiritismo. A través de la humildad, el amor, la fe, la esperanza, la solidaridad y el agradecimiento, el autor de esta Enseñanza, síndico espiritual, manifiesta un deseo firme, auténtico y genuino de acercarse a Dios, ayudando a sus hermanos en el camino.

El espiritismo nos recuerda que la vida es un viaje de aprendizaje y evolución, donde cada oración, cada acto de amor y cada momento de gratitud son pasos hacia la luz y la verdad. Esta hermosa Oración es una página del Espíritu del Maestro Ismael Garzón Triana, donde nos invita a toda la humanidad a reflexionar sobre su propia relación con Dios y con los demás, recordando que al final, todos somos hijos de un mismo Padre Supremo, Creador de todo cuanto se encuentra en el Universo.


Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-