La Voz del Desierto

No os asustéis; esta es la verdad

Es grato para mi espíritu, tener la oportunidad a partir de este día, de compartir con todos vosotros una Gran Obra Espiritual, la cual considero un verdadero bien para la humanidad.
Capítulo tras capítulo iréis evidenciando que cada palabra, cada párrafo plasmado en LA VOZ DEL DESIERTO del Maestro Viveka, es una enseñanza profunda que os permitirá  la comprensión sobre el mundo espiritual, fundamental en el esclarecimiento de las mentalidades que deseen encaminarse en el sendero de la Luz para regresar a la diestra del Padre Supremo.   

Vuestro hermano, amigo y servidor,
-Héctor Fabio Cardona- 

INTRODUCCIÓN
Armonía y silencio interiores - La humildad, verdadera grandeza - Respeto a los seres vivientes - saber escuchar - La propia conciencia: único Juez - Gratitud hacia el Maestro - La pureza y el silencio, fuentes de la verdad – Paz profunda y libertad.

Amigo mío, pon tu mano en tu corazón y como un niño delante de su madre, escúchame y responde:

¿Tienes algún rencor?
¿Tienes odios?
¿Hablas mal de las personas?
¿Quieres vengarte?
¿Estás impaciente?

Si así fuere, entonces cierra por un momento este libro, ponte en armonía con todos los seres; irradia hacia ellos un pensamiento de amor, y cuando te hayas reconciliado contigo mismo, tómalo de nuevo entre tus manos y escucha en el silencio de tu templo interior.

Amigo mío, transmuta el orgullo en humildad y entonces serás Grande.

Amigo mío, escucha con cariño e interés a cualquiera que te hable, no importándote su condición o su linaje, y entonces encontrarás algo interesante en ese ser que te envía la vida; tal vez algo nuevo descubrirás en él, o tendrás la oportunidad de darle el bálsamo del consuelo o la palabra que ilumine su sendero.

Amigo mío, no juzgues a nadie y nadie te juzgará. Solo la Conciencia debe ser el Juez; y por lo tanto, el único Juez que juzgará a cada uno de los seres encarnados y desencarnados, será su propia Conciencia.

Amigo mío, profundiza y practica las enseñanzas hasta que estas se hagan sangre de tu sangre, y cuando adquieras el conocimiento de la Divina Ley, enséñalo a tus hermanos, no seas desagradecido con tu Maestro y colabora con Él.

Amigo mío, limpia tu corazón y tu mente porque en la pureza reside el secreto de la Verdad. Solamente en un corazón y en una mente limpios puede reflejarse el pensamiento puro de los excelsos espíritus que pueblan el Universo, y ese debe ser tu mayor anhelo.

Amigo mío, medita en el silencio porque solo en el silencio de tu alma podrás oír la voz de la verdad.

Amigo mío, que la paz profunda te envuelva y te dé la quietud completa donde no llegan las pasiones; y así, sintiéndote libre, tu pensamiento podrá elevarse a las Alturas donde solamente fluyen las corrientes del Espíritu Divino.

Fraternalmente,
-Viveka-


CAPÍTULO I


El espíritu, tu verdadera esencia - El Gabán dorado - Todos somos hermanos - La amistad sincera es sagrada - Viajero de los mundos siderales - Ley de Causa y Efecto - La presunción de ignorancia - La verdadera fe, una fuerza viva - El peor enemigo del hombre: el miedo - ¡Sé libre!... ¡Libre! ¡Libre!... - Ten valor y purifícate.

Debo prepararte amigo mío, para que conozcas un poco de tu propia y verdadera esencia, porque tú tienes una falsa creencia de lo que en realidad eres. ¡Tú eres Espíritu, y no polvo! Ahora, el planeta que habitas te ha prestado un «vestido» para que lo uses mientras lo visitas. ¡Tu verdadera esencia es luminosa, es diáfana y radiante!

«Pero... - me dirás tú-, ¿Dónde está esa esencia que no puedo verla?».

Y yo te respondo: Así como cuando al entrar de visita a una casa dejas tu abrigo colgado en el ropero, para ponértelo a la salida, así también al llegar a la Tierra dejaste en el ropero del misterio tu "dorado abrigo" que te espera a la salida para el regreso a tu casa.

amigo mío; comprende que te trato como a espíritu que eres, y, por lo tanto, para mí no tienes sexo ni color. Ya seas hombre o mujer, blanco, negro o amarillo, a ti, que me lees, te llamo hermano, es decir, te llamo con la palabra que santificó Cristo en el Calvario: Todos somos hermanos. La amistad es sagrada si es sincera. Así pues, escucha mi palabra que es sincera como el amor.

Sí, ¡Eres Espíritu!
-Pero, ¿Qué hago aquí en el planeta Tierra? me preguntarás.

Yo te respondo: Tú eres un antiguo viajero de los mundos siderales, que -en el camino de tu evolución- necesitas pasar por ciertas experiencias, y por tu propia voluntad te encuentras en el estado actual de tu existencia.
- Pero si yo no estoy satisfecho con mi vida actual, ¿Cómo pude haber escogido este género de vida?
Yo te contesto: Tu ignorancia te hace sufrir, más te daré un rayo de luz para que ilumine tu conciencia. Existe una Ley Eterna, inmutable como el mismo Dios: La Ley de Causa y Efecto. Lo que estás recogiendo en este momento de tu Eternidad lo sembraste tú mismo en vidas anteriores, o quizás en esta misma vida. Por eso te dije: «Aquí te encuentras por propia voluntad», ya que ahora eres el resultado de lo que fuiste antes; pero al encerrarte en el cuerpo físico que ahora vistes, un velo cubre tu pasado. Este es un secreto del Padre Celestial, quien, de este modo, en su Infinita Sabiduría, te evita un retroceso en el progreso de tu marcha evolutiva, ocultándose algo que quizá te llenaría de espanto.

Ahora, amigo mío: ¡Que la Luz sea contigo!

Yo invoco de las Alturas las corrientes de armonía, justicia, fe y amor, para tu espíritu abatido.

¿He dicho «abatido»? Sí, porque tu misma ignorancia te llevó a ese estado pesimista en que te hayas.

¡No te rías! ¡No te creas sabio! Que, si te digo la verdad, podrás sonrojarte, pero deberás afrontarla con valentía. Tú estás obligado a apreciar la vida por medio de tus sentidos físicos, por lo imperfectos que son, sujeto al engaño y a la ilusión. Cuando te crees «rico» porque posees bienes terrenales, quizás eres más pobre que un mendigo. Cuando te crees en posesión de la verdad, andas tal vez con el error codo a codo. Cuando has visto algo ciertamente sobrenatural, crees que son alucinaciones, cuando en realidad son efectos de tu mente débil, crees haber visto espíritus. Y así, cuando te encuentres en el peor de los estados, nada sabes de lo que realmente hay detrás de ti.
Pasea tu mirada, amigo mío, con serenidad, a tu alrededor y verás, cuando menos lo esperaste, a ti mismo o a uno de tus amigos, sumidos en profunda pena y sin saber qué hacer, súbitamente os aconteció algo que cambió en forma definitiva el rumbo de vuestro destino.

Pero... ¡ten fe! Mas, preguntarás tú: «¿y qué es fe?». Y yo te respondo: no es aquello que nos obliga a creer en algo sin ser visto. La verdadera fe es una fuerza viva que, puesta en movimiento, produce un efecto positivo, real, palpable, porque «la fe es la fuerza de la vida». Se trata de una Ley de la Naturaleza o Ley Divina, que pocos conocen y que, ejercitada a conciencia, es un tesoro de incalculable precio. Es una fuerza como lo es el Amor, el Odio, el Valor, la Electricidad.

Ejercítala hasta el límite y serás grande.

Recuerda amigo mío, que hablo a tu espíritu; por consiguiente, abre tu oído interno para que oigas, y despierta tu ojo espiritual para que veas.

Yo te ayudaré para que encuentres en ti mismo la razón de tu existencia, pero a condición de que arrojes fuera de ti todo el pasado lleno de prejuicios y de errores. Ten presente que debes ser como un niño delante de su madre: tierno en el sentir y limpio de corazón.

La mente es un brioso corcel: ¡Hay que dominarla para que obedezca al verdadero hombre, nuestro espíritu!

El miedo es el peor enemigo del Hombre.

El miedo persigue a los débiles. Ante los fuertes retrocede. Déjalo a un lado, amigo mío, para que pueda brillar en ti el Sol de la Verdad en todo su esplendor. Cuando el Espíritu rompa las cadenas que lo atan al ambiente adverso en donde tuvo que luchar por razones de nacimiento, será Libre y no conocerá el miedo. El miedo es una fuerza negativa, pero tú puedes transmutarla por otra fuerza mucho más potente: el Valor, que es fuerza positiva. Llénate de Valor, de Optimismo, de Alegría y de Ambición Noble. Tu miedo se convertirá en estas corrientes positivas, engrandeciéndote día a día.

En verdad te digo amigo mío; el miedo, ese temor infundado al «qué dirá la sociedad» si descubre que eres espiritualista sincero, si se informa que ya has trascendido el camino que trazaran tus antepasados, si sabe que has roto definitivamente los lazos que te ataban a toda clase de aberrante fanatismo, ese miedo retrocederá derrotado por tu Valor, y ya nunca más te impedirá Conocer la Verdad.

Sí amigo mío, recuerda siempre, que tú no dependes de nadie en la Tierra. Por ti mismo puedes penetrar «aquello que se te oculta». Rompe de una vez con el antagonismo de tu herencia racial.

libre... Libre... Libre... y despierta a la razón. ¡Atrás el miedo!

amigo mío, toma sin temor en tu mano el cautiverio de la Razón y quema las llagas aún vivas que restan de tu pasado. Así purificarás tu Mente, como hace el médico cuando cauteriza con fuego la gangrena que amenaza destruir el Cuerpo Físico. Mira tus llagas y cúralas: ¡Purifícate! Dignifica tu Yo interior y la Divinidad que mora en ti se manifestará.

Maestro -Viveka-


CAPÍTULO II

Conócete a ti mismo

Medita Y asimila las Enseñanzas - Conócete a ti mismo - Sinceridad íntima - El Sol interior. La fuerza oculta - Levántate y anda - El reverso de la medalla - El dolor, nuestro mejor Maestro – salda tu cuenta y vendrá la Revelación.

¿Quieres amigo mío, encontrar el camino de la felicidad? ¿Quieres gozar en las regiones superiores, donde el azul celeste de la Pureza envuelve al espíritu en jubilosa armonía, en claridades no soñadas.

Yo te mostraré el sendero. Si en verdad tú lo quieres, marcharás por él y sin duda llegarás a la meta. Pero medita y asimila todo cuanto te diga.

No hagas como el fariseo.
Sé sincero contigo mismo.
Acepta o rechaza.
Que obre tu corazón.

Empieza por conocerte a ti mismo, por conocer tu real y verdadero ser. Cuán fácil parece esto; pero en realidad es lo más difícil. Ya te estoy mirando internamente, dentro de tu corazón, y de este sale una corriente vibrante de sinceridad, que la oculta esa otra escéptica que genera tu cerebro. Deja seguir el impulso de tu corazón y oye su voz, síguela sin titubeos. No permitas al enemigo oculto, a tu viejo hábito agazapado en un rincón del subconsciente y siempre listo para hacerte desviar, que con encantos aparentes arroje sobre tu corazón, un disimulo engañoso. Tu Corazón debe mandar: ¡Obedécele!

Analízate sin contemplaciones, como si fueras un extraño, como si fueras otra persona distinta a ti. Procura limpiar tus llagas frotándolas duramente con la esponja de la razón, humedecida con el agua milagrosa de la verdad. Deja que corra la sangre arrastrando hacia afuera sus impurezas. Mírate cara a cara, y entonces tu rostro se iluminará.

No seas hipócrita, deja ese camino torcido del disimulo y la falsedad. En Juan el Bautista tienes el ejemplo de la sinceridad intima. Como él, vete al desierto, es decir, solo con tu conciencia, y azótate y permite que el Sol abrasador de la verdad tueste tus sentimientos con los rayos del amor y del conocimiento, con la perfecta sabiduría.

Te hablo amigo mío, del Sol que reside en ti mismo; de esa Chispa Divina que es necesario soplar con las brisas del bien, de la Moral, de la Justicia, para que forme una llamarada que crezca hasta confundirse con la llama Eterna del Dios Universal.

La voluntad de ese Gran Guía debe acompañarte para que puedas permanecer en el «Desierto", a la intemperie, resistiendo las tempestades de las pasiones humanas. Ellas soplarán más y más fuerte sobre ti y tratarán de doblegarte como a la palmera el huracán; pero entonces, eleva el pensamiento y afírmate en ti mismo, en tu voluntad de acero, como lo hiciera el espíritu recto y justiciero del Bautista.

Combate contra ti mismo, te conviene transmutar tus viejos hábitos viciosos en acciones nobles, pues aquellos son hijos de una misma fuerza, aunque diferentemente encauzada. Pero tú, de ahora en adelante, como dueño y señor de tu destino, la encaminarás por la senda del bien.

Amigo mío, ¿Cuál es la razón que te asistió para haber cometido adulterio? ¿Por qué hiciste daño a quien te quiso? ¿Qué motivo tuviste para tomar lo que no te pertenecía? ¿Por qué romper la armonía entre personas que se aman? ¿De dónde brota ese egoísmo que te sujeta a la envidia con ceguera funesta? ¿A qué se debe ese deseo de venganza?... ¿Y por qué se cometen tantos crímenes que abaten al espíritu encarnado, sumiéndolo en la degradación, desde la mentira sin importancia aparente hasta el delito brutal?

Tal vez no sabías que todo esto procede de una misma fuerza oculta, y que es indispensable transformarla. Es una misma la corriente que en algunos casos va saturando de bondad la senda por donde pasa, y en otros, al revés, va dejando una estela de perversión y de ignominia.

Sin embargo, amigo mío, ahondando en el conocimiento espiritual, encontrarás que es cierto lo que te digo. Todo es uno en el Universo. El Gran Espíritu de Dios lo abarca todo: desde la hoja que el viento arrastra, o desde el átomo diminuto e imperceptible, hasta la estrella gigantesca que tus ojos interrogan en el firmamento.

El secreto de los que triunfan estriba en la acertada aplicación de este conocimiento. Saben que en todas las acciones humanas (pensamiento, palabra o acto) es una misma la fuerza que actúa, empleada para el bien o para el mal, tal como si aplicaras la corriente eléctrica que circula por un alambre conductor para iluminar tu alcoba, o para quitarle la vida. Empleas la misma fuerza. pero con fines diferentes. Así ocurre con la fuerza espiritual que todo lo sostiene y anima, La fuerza volitiva de los que tuvieron éxito en la vida es la misma fuerza del espíritu, enfocada plena y eficazmente hacia un fin determinado con miras grandes. ¡En ti está esa fuerza! ¡Cambia tu destino! ¡Tú puedes dominarlo! ¡En ti está todo! ¡Conócete! ¡Levántate como un nuevo Lázaro de la sepultura fétida de tus pasiones y debilidades, y sal a respirar el aire puro de la virtud, que te ofrece un panorama distinto, hermoso, pleno de abundancias morales y de satisfacciones! Ven conmigo de la mano, y pasearemos juntos por los jardines floridos de la eternidad, gozando del paraíso.

Esto no es Ilusión: ¡Es la realidad! Es el reverso de la medalla, es lo que se te oculta por tu carencia de deseos y de fuerzas conscientes para penetrar en el sendero del espiritualismo. Pero cuando abras los ojos internos, te convencerás; y entonces sufrirás por aquellos espíritus rezagados, carentes de voluntad para abandonar el sudario de la muerte, de las pasiones y los vicios. Para ellos también resplandecerá la Gloria de Dios, cuando adquieran por propio esfuerzo el Conocimiento, y puedan ver con los ojos del espíritu.

Pero mientras tanto, amigo mío, para el «ciego» habrá dolor; y a fuerza de dolor alzará la vista y se regocijará. El dolor, cuando penetra las fibras íntimas de tu corazón, tiene la virtud de elevarte por encima de lo que te hace daño. Te indica el camino, pero entonces no trates de rebelarte contra ese bienhechor. ¡No lo maldigas! ¡Deja que te haga el milagro de la resurrección! Es otro camino, infinitamente más corto, aunque lleno de espinas, que te conduce al mismo sitio. No reniegues de las horas amargas. Aprovéchalas y comprende que es la Ley que se está cumpliendo, es la compensación (la Ley de Causa y Efecto) que busca el Equilibrio obligándote a pagar lo que debes. Salda tu cuenta, aun cuando quedes arruinado, y entonces recibirás con creces la fortuna de la satisfacción en una conciencia limpia, superior, gozosa de su propia validez. ¡Tu futuro se ampliará... y vendrá la revelación!

Maestro Viveka...

CAPITULO III



Sígueme - Define tu carácter - Materia y espíritu- El orden en todo y para todo - Prudencia y justicia en el hablar - Cuida tu cuerpo físico- vive feliz y adquiere hábitos sanos - Meditación y reflexión- Búsqueda de la verdad - Anhelo de superación.

Ya te dije amigo mío, que te ayudaría para que encuentres el camino que ha de conducirte a la meta. ¡Sígueme!

Comprende esto que te digo: Amigo mío, define tu carácter para siempre.

Una persona sin carácter está sujeta al capricho de los demás seres, encarnados y desencarnados. Es un maniquí, un títere, y no un hombre. Pero, ¿Qué entiendes tú por carácter?

Es no ser caprichoso o terco. El capricho o la terquedad, en cualquier grado, es una aberración que conduce al error. El carácter es la luz que lleva a un ideal determinado, definido y claro; que en horas de tribulación conduce al hombre hacia adelante, victorioso y alegre, sin aferramientos, pero con firmeza y seguridad.

El carácter se forma de multitud de actos conscientes ejecutados diariamente, que se transforman en hábitos correctos, modelando así la personalidad a fuerza de paciencia, voluntad y acción.
He aquí el Carácter: La resultante de tus acciones conscientes y elevadas, dirigidas unas veces a tu cuerpo y otras a tu espíritu; armada de la razón golpea incesantemente ora en el mundo de la materia, ya en el mundo de los éteres. El equilibrio entre los dos te dará el verdadero carácter: las pasiones y los sentimientos sometidos a tu voluntad.

De lo expuesto, amigo mío, se deduce fácilmente que hay necesidad de separar los anhelos de la materia y los verdaderos del espíritu. Tienes una parte animal que debes atender con sumo cuidado. Ese vestido que te oculta el Yo superior, ese tu cuerpo físico, requiere llevar impreso el sello indeleble de tu personalidad, de tu Carácter.

Pero escucha de nuevo con tu oído interno, porque a quien hablo es a tu espíritu. Recuerda cuando te dije que te encontrabas en el planeta Tierra pasando por ciertas experiencias. Una de estas -y de las más importantes- es la formación de tu carácter. Es el emblema del triunfo que mostrarás con beneplácito cuando regreses con tu «vestido dorado» a los dominios de tu Espíritu.

Amigo mío, luchando contra circunstancias difíciles y hasta adversas, es como se educa el carácter. Si en esos momentos de lucha careces de carácter, irás al fracaso y te costará caro levantarte.

Debes adquirir la noción del orden en todo y para todo. Observa la Naturaleza y verás que el primer ejemplo que te brinda es el de un orden perfecto. Solamente el hombre sin carácter introduce el desorden donde reina el Orden Universal. Abusa del equilibrio mismo de su cuerpo introduciendo el caos, sencillamente por falta de carácter. Contrae enfermedades por causa del desorden, por no tener carácter para imponer su voluntad.

El desordenado es como la pluma sujeta al capricho de los vientos. Revela que no se ha detenido a contemplar, a observar ni a obedecer el ritmo de la Ley Eterna del orden en donde reina Dios. El orden es belleza, es armonía, es luz. Entonces, amigo mío, crea a tu alrededor el orden, imprimiéndolo en todas las cosas, desde lo más pequeño hasta lo que consideres de máxima importancia y magnitud. Recógete a ti mismo y repítete: -Soy el orden». Adquiérelo por hábito, pues es de tanta importancia esta cualidad en tu personalidad, que debes considerarlo como la base misma para la construcción sólida del edilicio de tu carácter.

Procura amigo mío, en cada momento de actuación, pensar que debes ser honesto, honrado, justo y equitativo. No adules ni maldigas. No reniegues ni repitas palabras sin sentido, tendenciosas o dañinas. Que todo lo que salga de tu boca sea como las notas armoniosas y dulces de un piano perfecto en manos de un artista genial.

No olvides que debes a tu cuerpo físico el aseo diario, el acicalamiento sobrio y decente, el vestir correcto y limpio, pero sin ostentación ni lujo, y el alimento moderado y apropiado para su sostenimiento y renovación. El baño cotidiano es algo que reclama la dignidad de tu cuerpo, Templo del Espíritu Divino. No lo envejezcas, no lo envenenes, no lo mates lentamente. No abuses de él en ningún sentido. Sé moderado. Ten presente que el instrumento más preciado con que cuenta tu espíritu en el mundo de la materia densa es tu cuerpo físico. Cuanto más saludable, más limpio, más rejuvenecido y más a tono lo mantengas dentro de las Leyes Naturales, tanto mejor responderá.

Es muy importante que des a tu cuerpo físico aire puro, agua abundante entre una y otra comida, y ejercicios moderados y diarios, afirmando siempre tu carácter en cada cosa que ejecutes por pequeña que ella parezca.

Amigo mío, ¿Y qué decir de aquellas facultades superiores que son del gobierno de tu alma?

Un ambiente de armonía, de paz y de recta moral, propicia enormemente el desarrollo normal de tales facultades. Al mismo tiempo, tu alma crece y se fortifica en la luz espiritual y en la verdad, que son la vida en si. Rodéate de buenos amigos y de buenos libros. Forma en ti el hábito de leer a diario, aun cuando sea unos pocos minutos; de escuchar música escogida; de aprender alguna cosa útil, en que la mente se recree; de jugar sanamente; de reír, de gozar, de ser feliz y de pensar. Estudia la Naturaleza. Medita en sus misterios. Estúdiala con atención y arráncale el secreto del carácter. Allí está impresa la huella de Dios, de su carácter.

Medita y reflexiónalo todo. No obres al impulso de una sugerencia amiga, sin antes meditar y resolver por ti mismo el paso que vas a dar. Ten carácter y no te dejes influenciar por tu entorno, cuando tú sabes que no debe ser así. Cada día que pasa deberá ser para ti un motivo más para esforzarte en la búsqueda de la verdad, del conocimiento, haciendo un riguroso estudio de los acontecimientos
transcurridos ese día, y enfocando aquellos detalles en que fuiste débil u obstinado; en que te faltó carácter para una correcta determinación. Así irás formando tu carácter y no dejarás transcurrir los días sin resultado efectivo.

Amigo mío, ¡Sé alegre! ¡Sé dichoso! ¡Sé feliz en cada día que te muestre un nuevo Sol! Es una nueva oportunidad que debes aprovechar con júbilo para engrandecer tu carácter. Que tu carácter sea tan firme como ese Sol que te alumbra.

Amigo mío, te repito que no tienes sexo para mí, hombre o mujer. ¡Eres espíritu! ¡Eres fuerza constructiva! ¡Enciende dentro de ti el anhelo verdadero de la superación moral, de la formación de tu carácter! Esculpe en tu mundo denso, en tu mundo mental y en tu mundo espiritual, el legítimo sello de tu carácter, y... ¡Serás libre!

Maestro Viveka...






ESPERAD HERMANOS MÍOS LOS PRÓXIMOS CAPÍTULOS 



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