sábado, octubre 05, 2024

ALOS ESCRITORES Y FILÓSOFOS


Bajo ningún punto de vista, ésta opinión mía pretende imponerse como la explicación única, auténtica, absoluta ni definitiva sobre el texto de Los Escritores y Filósofos que a continuación os compartiré; pues grande sería el error y la ignorancia, si considerara por un instante que la mente mía puede esclarecer una Obra entregada desde la altura. Sin embargo; me asiste el derecho como estudiante de la Enseñanza del Maestro Ismael, intentar comprenderla, discernirla a pesar de la oscuridad que cubre mi espíritu, ya que es una oportunidad de encaminarme por la senda de la Luz y Verdad, al ser una Obra para el bien de la humanidad.

LOS ESCRITORES Y FILÓSOFOS a los que se refiere el Maestro Ismael en su Enseñanza, son aquellos Espíritus Genios, Egregios al servicio Espiritual del Padre Supremo, quienes a través de sus distintas cruzadas alcanzaron la luz para sus espíritus por esfuerzo propio; y hoy como mensajeros, asisten a la humanidad como guías y espíritus benefactores, ofreciéndonos su ayuda en el estudio y la búsqueda de la verdad, pilar central y fundamental del espiritismo.

El reconocimiento de la ayuda de los espíritus guías está en consonancia con las enseñanzas del espiritismo, que indica que hay entidades -espíritus desencarnados- que ofrecen orientación y apoyo en nuestro camino de aprendizaje. Este aspecto demuestra la conexión entre el mundo de los vivos y de los que han fallecido corporalmente, y donde el conocimiento no solo proviene de fuentes humanas sino también de los habitantes de nuestra verdadera patria, la espiritual.

PUERTAS ABIERTAS:
Desde el punto de vista espiritual, esta frase indica que el estudiante de las Leyes de Dios se encuentra dispuesto a recibir el conocimiento; es decir, el Maestro llega cuando el alumno está preparado, permitiendo la apertura a la sabiduría; y al reflejar en sus acciones respeto, humildad y deseo de servir a sus hermanos, los Escritores y Filósofos al encontrar un terreno abonado y fértil en el corazón del aprendiz, -Templo de Dios, estación de sabiduría- siembran en éste, la semilla; es decir, el conocimiento. Al abrir las puertas del corazón nos despojamos del ego de pretender saber todo, y reconociendo que no sabemos nada, invitamos a la sabiduría a entrar, permitiendo que cada enseñanza se convierta en un peldaño hacia una existencia más consciente y significativa. En última instancia, el viaje del estudiante es un viaje hacia el interior, donde el verdadero conocimiento se encuentra en armonía entre el corazón y el espíritu.

CORAZÓN:
Al entender que el corazón es un Templo, y que en él habita el espíritu, comprenderemos la profunda relación entre el aprendizaje, la conducta y la espiritualidad. Este Templo que representa nuestra capacidad de amar, comprender y evolucionar, es un lugar sagrado que debemos cuidar y nutrir.

El concepto de templo, alude al espacio sagrado y personal donde se cultivan las virtudes. El corazón del estudiante se convierte pues, en este Templo, lugar donde irradia el espíritu partícula de Dios, y en el que resuena la búsqueda del entendimiento y la trascendencia. Al referirse al corazón, indica entonces que el aprendizaje no es simplemente intelectual; se trata sí, de una experiencia corporal, pero con un deseo profundo de crecimiento espiritual. Este Templo no es solo un lugar físico; es un espacio sagrado en el que se entrelazan el conocimiento, las emociones y la espiritualidad. Al afirmar que el corazón es un Templo, se nos invita a considerar, cómo este órgano que bombea vida a nuestro ser, también alberga nuestra esencia más profunda, el espíritu.

El corazón, en muchas tradiciones espirituales ha sido visto como el centro del ser, donde residen no solo nuestras emociones, sino también nuestro espíritu. Este Templo es un refugio, un lugar de encuentro con lo Divino y lo trascendental. Cuando hablamos de abrir las puertas de este Templo, nos referimos a la disposición de recibir sabiduría y amor en su forma más pura. Es aquí donde el aprendizaje se convierte en una experiencia transformadora con cada lección que resuena en lo más profundo de nuestro ser.

Dentro de este Templo-corazón, habita el espíritu, que representa nuestra verdadera esencia. El espíritu es eterno, está en constante evolución, y busca a través del conocimiento que adquiere en sus experiencias de sus distintas cruzadas, crecer en luz.

Al reconocer y aceptar que el espíritu reside en nuestro corazón, comprendemos que el aprendizaje no es solamente una acumulación de datos o información, sino, además, un viaje hacia el autoconocimiento y la conexión con Dios. Cuando los estudiantes abren su corazón, están creando un espacio de receptividad para las enseñanzas de los espíritus guías. -En este caso los Escritores y Filósofos al servicio de Dios- Este acto de apertura permite que el conocimiento fluya y se integre, nutriendo no solo la mente sino también el espíritu. En este sentido, el corazón se convierte en un portal hacia la sabiduría universal donde cada idea, cada reflexión puede elevar nuestra vibración y enriquecer nuestra existencia corporal.

LA TÓNICA DE LA VIRTUD:
Indica que la educación y el aprendizaje son caminos que conducen hacia el crecimiento personal y la evolución espiritual. He ahí cuando la virtud se convierte en el eje central de la formación del individuo, alineando su desarrollo con los principios éticos y morales. La educación no se limita a la adquisición de conocimientos; se trata también de formar el carácter y cultivar la moralidad. La virtud en este contexto, actúa como un faro que guía nuestras acciones y decisiones. El Maestro Allan Kardec y León Denis resaltan en sus maravillosas Obras que, el verdadero conocimiento va acompañado de una responsabilidad ética. Aprender implica no solo entender el mundo y la Naturaleza, sino también actuar con integridad y compasión hacia los demás.

La tónica de la virtud resuena fuertemente en este clamor espiritual, porque al igual que un Templo que se mantiene en pie gracias a la solidez de sus bases, así mismo el corazón del estudiante se mantiene firme para no confundir a Dios por otra cosa, al cultivar valores éticos y morales. La virtud actúa como un guardián del Templo, asegurando que las enseñanzas que allí se reciben no solo sean entendidas, sino que también se traduzcan en acciones compasivas y justas. Al integrar la virtud en nuestra vida, honramos tanto a los maestros terrenales como a aquellos guías espirituales que nos acompañan en nuestro camino.

Hay que recordar que, En el corazón hay una partícula de Dios, y que allí está la sabiduría, y la luz no hay que dejarla tapar por sombra alguna. Dijo el Maestro Ismael.

DÍA DE VISITA FLORESCENTE:
Bien puede interpretarse como un momento de iluminación donde la llegada de nuevas ideas y enseñanzas, enriquece el espíritu y la mente. El día de visita florescente simboliza momentos de revelación y claridad que emergen cuando el corazón está abierto y receptivo. En estos momentos, la luz del conocimiento penetra en el Templo iluminando el camino del espíritu. Esta iluminación no solo se trata de adquirir información, sino de permitir que esa luz transforme nuestro ser, guiando nuestras decisiones y ampliando nuestra comprensión del propósito de la vida.

Este término también sugiere crecimiento, renovación y el florecimiento del conocimiento en el espíritu. El día de visita florescente evoca una sensación de renovación y crecimiento. Este momento de claridad y luz representa oportunidades para el aprendizaje, donde nuevas ideas y comprensiones pueden florecer. En cada interacción con el conocimiento y la sabiduría, el estudiante tiene la oportunidad de expandir su conciencia y profundizar su entendimiento del mundo y de sí mismo. Es un recordatorio de que cada día presenta la posibilidad de un nuevo comienzo, una nueva lección y una nueva conexión con el mundo espiritual.

Este clamor es un claro homenaje a los escritores y filósofos que, a lo largo de la historia han iluminado el camino del conocimiento y la espiritualidad. Su influencia perdura en las vidas de los estudiantes, quienes, al abrir las puertas de su corazón y mente, permiten que estas enseñanzas penetren y transformen su ser. Este acto de apertura es fundamental, ya que refleja una disposición a recibir no solo información, sino también amor y sabiduría. Nos anima también a abrir nuestro corazón y mente, a recibir la influencia de aquellos que han trasegado el camino del conocimiento antes que nosotros, y a reconocer la ayuda de guías espirituales en nuestra cruzada. La educación entonces, se convierte en una danza entre lo físico y lo espiritual, donde cada paso hacia el conocimiento es también un paso hacia la virtud. Al reconocer y honrar a estos maestros y guías, contribuimos a la construcción de un mundo más iluminado donde el amor y la sabiduría son los cimientos de nuestro crecimiento colectivo.

En todos los tiempos ha habido mensajeros, todos quiero recordar para que no nos dejen de amar. Dijo también el Maestro Ismael.

En conclusión, el escrito A LOS ESCRITORES Y FILÓSOFOS, nos invita a una reflexión sobre la búsqueda del conocimiento como un acto espiritual, donde el corazón del estudiante actúa como un templo abierto a la luz de la sabiduría y el amor, tanto de los maestros terrenales como de aquellos que guían desde el más allá.

Explicación entregada, analizada y estudiada, el día 4 de octubre del año 2024, al grupo de estudio EL CAMINO RECTO.


Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-

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