sábado, noviembre 09, 2024

SAMAEL ARCÁNGEL



Ante la petición realizada, no por duda, sino ante la convicción y profundo respeto hacia el ARCÁNGEL SAMAEL, de mi muy apreciada hermana y amiga de mi espíritu, JULIANA VARGAS MUÑOZ, de estudiar, investigar, y profundizar sobre aquello que se le atribuye en desobediencia, ambición, maldad y oscuridad al ARCÁNGEL SAMAEL; luego de meses y muchas horas de trabajo, de indagaciones, consultas y comprobaciones en textos antiguos y modernos que cito puntualmente en el transcurso de este documento, os comparto con regocijo y amor en mi corazón, el fruto de un estudio profundo, serio y libre de pasiones o fanatismos, sin llegar en ningún momento a afirmar, que lo que aquí expongo sea la absoluta verdad, pues es esa una cuestión que está más allá de mi juicio, de mis capacidades humanas, intelectuales y espirituales, para asegurar tal cosa. Sin embargo, sí puedo decir que este trabajo será un punto importante de partida para aquellos que, impulsados por el anhelo de sus espíritus en profundizar, no solo sobre el ARCÁNGEL SAMAEL, sino, sobre todo aquello que no resuene en armonía con las Leyes Espirituales y el espíritu mismo, puedan un día dejar a un lado las especulaciones que tanto daño causan a una Enseñanza Espiritual.

Os pido disculpas por el largo tiempo trascurrido desde vuestra petición hasta mi respuesta, pero la prudencia de vital importancia, obró en mi juicio, pudiéndoos entregar un resultado claro, verificable y respetuoso con las tradiciones y creencias de nuestros hermanos.

NOTA ACLARATORIA:

No soy experto en textos sagrados antiguos ni modernos, ni en la Cábala ni en el Tanaj, ni en la Gnosis ni en teología, pero mis pesquisas me condujeron hasta estas Enseñanzas maravillosas, documentándome respetuosamente con su contenido. Así mismo, no es mi intención poner en duda ni desacreditar aquella verdad, sino obtener los elementos de juicio que me permitan comprender un poco, lo que mi espíritu anhela descifrar.

Tened paciencia, no os desesperéis hermanos míos sino entró inmediatamente en materia, pero el tema a tratar es tanto trascendental como delicado, por lo que no puede exponerse ligeramente; por el contrario, se hace necesario e indispensable investigar, seguir el rastro, ampliar, profundizar, explicar cada palabra, cada frase y párrafo contenida en cada obra de donde ha emanado tal afirmación, para constatarla con las Leyes Espirituales y determinar la procedencia de los hechos y argumentos que permitan separar la alegoría de la realidad, de aquello que se ha presentado a la humanidad como una verdad.

ORIGEN Y NOMBRE

SAMAEL, es un nombre que proviene del hebreo "סמאל", que puede traducirse como “Veneno de Dios” o “Dios ha ocultado”.

En muchas interpretaciones, Samael es visto como un Arcángel caído en la tradición judía, cristiana, y sobre todo dentro de las enseñanzas de la Cábala y otras corrientes esotéricas.

¿QUE ES LA CÁBALA?

La Cábala (o Kabbalah) es una tradición esotérica y mística que tiene sus raíces en el judaísmo, aunque también ha influido en diversas corrientes filosóficas y espirituales occidentales. Su principal objetivo es ofrecer una comprensión profunda y mística de la naturaleza de Dios, del Universo y del alma humana. La palabra Cábala, proviene del término hebreo Qabbalah, que significa recepción o transmisión, haciendo referencia a una enseñanza esotérica transmitida de maestro a discípulo.

LA NATURALEZA DE DIOS

En la Cábala, Dios (llamado Ein Sof, que significa el Infinito) es visto como un ser trascendente que se manifiesta en el mundo de formas y procesos accesibles a la mente humana. Uno de los principales textos cabalísticos, el Zohar, describe a Dios como una realidad inabarcable que se expresa a través de la creación.

EL ÁRBOL DE LA VIDA:

El Árbol de la Vida es una de las representaciones más importantes en la Cábala. Es una estructura simbólica que consta de diez sefirot (esferas o atributos Divinos) a través de las cuales Dios interactúa con el mundo. Estos sefirot se distribuyen en tres columnas (de la Misericordia, de la Severidad y de la Armonía) y reflejan diferentes aspectos de la creación, la espiritualidad y la divinidad.

EL PROPÓSITO HUMANO

En la Cábala, el ser humano tiene el objetivo de elevar su alma purificarla y unirse con Dios. Para ello, el estudio de los textos sagrados, la meditación y la práctica espiritual son esenciales. A través de la Cábala se busca comprender, cómo la humanidad puede lograr una unión con lo Divino.

LA INTERPRETACIÓN ESOTÉRICA DE LAS ESCRITURAS

Los cabalistas creen que la Biblia (especialmente el Tanaj, el texto sagrado judío) contiene significados ocultos y profundas enseñanzas espirituales que solo pueden ser comprendidas a través de un enfoque místico. El método cabalístico de interpretación es conocido como gematría, que implica el análisis numérico de las palabras hebreas para descubrir significados más profundos.

HISTORIA DE LA CÁBALA

La Cábala tiene sus orígenes en la antigüedad, pero se desarrolló de manera más formal entre los siglos XII y XIII en España y el sur de Francia, con figuras clave como ISAAC LURIA y MOSES DE LEÓN. Aunque inicialmente estuvo reservada para los sabios judíos, a lo largo de los siglos, la Cábala ha influido en diversas tradiciones y movimientos, tanto judíos como no judíos.

INFLUENCIA FUERA DEL JUDAÍSMO

La Cábala no solo se ha quedado dentro del contexto judío. Con el paso del tiempo, sus ideas y símbolos fueron adoptados y reinterpretados por diversas corrientes esotéricas y filosóficas, como el rosacrucianismo, la alquimia, el hermetismo y el misticismo cristiano. En los siglos XVI y XVII, la Cábala se convirtió en un campo de estudio para pensadores occidentales como Giordano Bruno y Johannes Reuchlin, y más tarde fue popularizada entre pensadores del Renacimiento y la Ilustración.

En la actualidad, la Cábala es estudiada tanto por personas interesadas en el misticismo como por aquellos que buscan comprender mejor las conexiones entre la espiritualidad y la ciencia; o bien, como una forma de autodescubrimiento y crecimiento personal.

PAPEL EN LA TRADICCIÓN JUDÍA Y EN LA CÁBALA

En la Cábala, el ARCÁNGEL SAMAEL es una figura compleja y ambigua. A menudo se le presenta como un Ángel de la justicia y muerte, relacionado con el Juicio Divino. En algunas versiones de los textos cabalísticos, el ARCÁNGEL SAMAEL se asocia con el Sephirot de Gevurah (justicia, severidad) y Binah (entendimiento), dos de las esferas del Árbol de la Vida que representan aspectos de disciplina, poder y control.

EL ÁNGEL DE LA MUERTE

En la tradición judía, el concepto del ARCÁNGEL SAMAEL no es tan claro ni uniforme como podría ser en otras figuras angelicales. Aunque el ARCÁNGEL SAMAEL aparece en algunos textos cabalísticos, su rol y naturaleza son interpretados de manera muy diversa.

AQUÍ ES DONDE SE ENCUENTRAN MUCHAS DE LAS ATRIBUCIONES SIN EVIDENCIA CLARA

ÁNGEL DE LA MUERTE Y DE LA JUSTICIA

En el pensamiento cabalístico el ARCÁNGEL SAMAEL, a menudo se asocia con el Ángel de la Muerte, quien es responsable de tomar las almas al final de su vida física. Es descrito como un ser que representa la severidad de Dios, su capacidad para ejecutar la Justicia Divina. En esta función, el ARCÁNGEL SAMAEL es considerado impersonal, simplemente llevando a cabo la Voluntad de DIOS sin motivaciones propias, y no necesariamente como un ser malévolo.

Sin embargo, no existe prueba histórica o teológica sólida que indique que el ARCÁNGEL SAMAEL en su rol de Ángel de la muerte, esté destinado a matar o causar sufrimiento. La interpretación de su rol se basa más en alegorías relacionadas con la muerte como un proceso necesario para la transformación espiritual, lo que puede verse como un símbolo de liberación más que de destrucción.

EL VENENO DE DIOS

El título del ARCÁNGEL SAMAEL, “Veneno de Dios”, refleja una interpretación de que él es tanto un instrumento de la misericordia de Dios al permitir la transición de las almas, como también una manifestación de la severidad Divina. El “veneno” no debe entenderse de forma literal, sino como una metáfora de su capacidad para purgar, sanar o disolver lo que ya no es necesario para el Plan Divino.

El término “veneno” en el nombre de SAMAEL, que en hebreo puede interpretarse como “veneno de Dios”, ha generado una gran cantidad de especulaciones. Algunas interpretaciones lo describen como un ARCÁNGEL que utiliza este veneno de forma metafórica, entendiendo que el veneno no es literal sino una alegoría de la purificación o la transformación. El veneno sería entonces lo que permite a las almas morir a su ego, sus pasiones y sus limitaciones para alcanzar una elevación espiritual. Sin embargo, esta idea de “veneno divino” ES ALGO MUY AMBIGUO PORQUE NO HAY BASES PARA SOSTENER QUE SAMAEL SEA UN ARCÁNGEL MALICIOSO O DESTRUCTIVO. Es una interpretación mística que busca ilustrar la paradoja de cómo algo que parece negativo, -la muerte, el veneno- puede ser parte de un proceso necesario para el crecimiento espiritual. Esta visión de “veneno” ha sido tema de debate porque no tiene una base en fuentes religiosas explícitas, sino que es más bien una alegoría mística adoptada en las corrientes esotéricas posteriores.

EL ARCÁNGEL SAMAEL EN LA TRADICIÓN CRISTIANA
-El SamaelDemoníacoen las Tradiciones Gnósticas y Cristianas-

En el cristianismo, el ARCÁNGEL SAMAEL aparece en algunos textos apócrifos y en algunas interpretaciones gnósticas. En la tradición gnóstica, el ARCÁNGEL SAMAEL tiene una visión más negativa; se le presenta a veces como un Ángel caído o incluso una figura malévola que, al igual que el dios del Antiguo Testamento, no es completamente benevolente. En estas visiones, el ARCÁNGEL SAMAEL es más bien un demonio o una figura que limita el conocimiento verdadero, como una especie de “dios menor” que está en oposición al Dios Supremo, el cual sería visto como un ser de luz y sabiduría infinitos.

El ARCÁNGEL SAMAEL en estas tradiciones, sería ese dios menor que crea el universo material, y por lo tanto sería responsable de la ignorancia y la oscuridad espiritual del mundo. Esta visión es muy negativa porque presenta al ARCÁNGEL SAMAEL como un ser que no facilita el crecimiento espiritual, sino que lo obstruye. Sin embargo, estas ideas son teorías gnósticas que no tienen fundamento histórico ni bíblico en la tradición judeocristiana, sino que emergen de corrientes místicas posteriores que reinterpretaron la narrativa religiosa.

EL ARCÁNGEL SAMAEL Y EL CONOCIMIENTO PROHIBIDO

Otro punto interesante de la tradición gnóstica es la asociación de Samael con el conocimiento prohibido o el despertar de la conciencia humana a través de la serpiente en el Edén. En algunas versiones de esta historia, Samael es identificado con la serpiente que otorga el conocimiento (la sabiduría) a Adán y Eva. A pesar de que esta serpiente es tradicionalmente vista como el agente de la tentación y la caída en las corrientes gnósticas, esa “caída” no se considera un pecado sino un despertar a la realidad de que el conocimiento es liberador.

Esta visión reconfigura completamente la historia bíblica del Edén, sugiriendo que el acto de desobedecer a Dios (comer del árbol del conocimiento) es un paso hacia la liberación espiritual. Esta interpretación, sin embargo, no es universalmente aceptada, y se trata de una reinterpretación esotérica que no tiene respaldo en la teología cristiana ortodoxa.

ANGEL CAÍDO YDIOS MENOR”:

En algunos círculos gnósticos, el ARCÁNGEL SAMAEL es considerado una especie de “dios menor” o "ángel caído", a menudo vinculado con la figura del Demiurgo. El Demiurgo en la cosmología gnóstica es un ser que, aunque inicialmente creado por Dios, se convierte en el creador del mundo material y el carcelero del alma humana. El Demiurgo está relacionado con el concepto de un dios autoritario que mantiene a las almas atrapadas en cuerpos materiales, impidiéndoles alcanzar el conocimiento verdadero.

¿QUÉ ES UN DEMIURGO?

El término demiurgo proviene del griego demiourgos (δημιουργός), que significa artífice o trabajador. En el contexto filosófico y religioso, el demiurgo es una figura que se asocia generalmente con la creación y el orden del Universo.

EN LA FILOSOFÍA PLATÓNICA

En la obra de Platón, especialmente en el Timeo, el demiurgo es un ser divino o una inteligencia cósmica que modela el mundo a partir de una materia caótica preexistente. Platón describe al demiurgo como un artesano racional que organiza y da forma a la realidad según principios ideales y perfectos, pero no crea el universo ex nihilo; es decir, no crea de la nada, sino que trabaja con la materia existente.

EN EL GNOSTICISMO

En las tradiciones gnósticas, el demiurgo adquiere una connotación más negativa. Se le ve como un ser inferior o incluso maligno, que crea el mundo material de manera imperfecta en contraste con el mundo espiritual que es considerado la verdadera realidad. En este contexto, el demiurgo suele ser visto como una especie de obstáculo para la salvación del alma, ya que su creación terrenal es vista como una prisión para los seres humanos.

EN EL PENSAMIENTO MODERNO

El término también se ha utilizado en filosofía y literatura contemporánea para referirse a cualquier figura o fuerza que actúe como creador o regulador del orden del mundo, aunque la connotación y el contexto varían dependiendo del autor y la tradición.

El demiurgo es el creador o artífice del universo, pero su papel y su naturaleza dependen mucho del sistema de creencias en el que se inserte.

CONTINUEMOS

Dentro del esoterismo, el ARCÁNGEL SAMAEL también está vinculado a la idea de la serpiente cósmica o el fuego serpentino, lo que puede relacionarlo con otros arquetipos como el de la serpiente en el árbol del conocimiento en el Edén, la serpiente que da la sabiduría, pero a un alto precio.

INTERPRETACIONES DEL ARCÁNGEL SAMAEL EN LA ALQUIMIA ESPIRITUAL

En la gnosis y en la alquimia espiritual, Samael tiene un papel relevante en la transformación del alma. El trabajo alquímico en este contexto no solo busca transformar metales en oro, sino la transmutación de los elementos internos del ser humano; sus pasiones, deseos y pensamientos. El ARCÁNGEL SAMAEL es un símbolo de la muerte al ego o a la personalidad inferior, la cual debe ser disuelta para alcanzar una conciencia superior.

RELACIONES CON OTRAS FIGURAS

Samael también es mencionado en algunas tradiciones como el esposo de Lilit, una figura mítica asociada con la independencia y la rebelión. Esta relación refuerza su asociación con la energía destructiva y al mismo tiempo con la creación de nuevas formas a partir de lo que muere o se destruye.

¿QUIÉN FUE LILIT?

Lilit o Lilith, es una figura mítica que proviene de diversas tradiciones religiosas y mitológicas, principalmente en la mitología judía, aunque su figura ha sido interpretada de diferentes maneras a lo largo de la historia. En algunas versiones de las leyendas, Lilit es descrita como la primera esposa de Adán, antes de Eva, aunque esta parte de la historia no aparece en la Biblia canónica, sino en textos apócrifos y en el Alfabeto de Ben Sira (siglo X). Su relación con Samael, el Arcángel caído, proviene principalmente de la Cábala y de tradiciones esotéricas posteriores donde se desarrolla su rol como una figura demoníaca y peligrosa.

ORÍGENES Y SIGNIFICADO DE LILIT

Lilit tiene orígenes en las tradiciones mesopotámicas, donde se le vinculaba con espíritus nocturnos y demonios. Su nombre en sumerio, Lillu, hace referencia a una figura demoníaca o espíritu nocturno. En la mitología hebrea y la Cábala, Lilit es una figura compleja que encarna la independencia, la sensualidad, y a menudo la rebelión contra la autoridad masculina, lo que la convierte en un símbolo de empoderamiento o amenaza, dependiendo de la interpretación.

LILIT Y EL ARCÁNGEL SAMAEL

En la tradición cabalística y en ciertos textos místicos judíos, Samael es considerado un Arcángel de la destrucción y uno de los principales Ángeles caídos. En algunas versiones de la leyenda, Lilit es la esposa del ARCÁNGEL SAMAEL, y juntos gobiernan sobre aspectos del mal y la oscuridad. Samael y Lilit tienen una relación simbólica en la que ella es vista como una figura poderosa y peligrosa, una representación de la mujer rebelde que se aparta de las normas tradicionales.

En algunos textos se dice que Lilit y el ARCÁNGEL SAMAEL fueron expulsados del paraíso juntos, en parte porque ella rechazó la sumisión a Adán en su vida anterior, y no aceptó ser una esposa subordinada. Esta narrativa refleja el concepto de que Lilit es una mujer autónoma, que no se somete a las normas establecidas por la creación tradicional, y que, en su asociación con Samael encarna tanto el peligro como la liberación.

EL ARCÁNGEL SAMAEL EN EL TAROT

En el Tarot, el ARCÁNGEL SAMAEL es a menudo asociado con la carta de la Muerte. Esta carta no debe interpretarse literalmente, sino como un símbolo de los finales que abren la puerta a nuevos comienzos. El arcángel Samael en este contexto, sería el Ángel que facilita el proceso de transformación profunda y purificación, indicando que una etapa de la vida está llegando a su fin para dar paso a algo nuevo.

El ARCÁNGEL SAMAEL es una figura extremadamente compleja y multifacética. Mientras que en la tradición judía y cabalística se le considera un agente de justicia y muerte, en otras corrientes esotéricas se le ve más como una energía cósmica transformadora que permite el renacimiento y la transmutación espiritual. El ARCÁNGEL SAMAEL puede ser considerado tanto como un Ángel severo, como un maestro que nos enseña a trascender las limitaciones de nuestro ser material para alcanzar la sabiduría y el entendimiento Divino.

A menudo, los textos religiosos y esotéricos incluyen visiones sobre Samael que no tienen una base verificable, sino que dependen más de mitos, alegorías y simbolismos. A través de estas interpretaciones, el ARCÁNGEL SAMAEL se ha convertido en un personaje ambiguo que en ocasiones se presenta como un ser luminoso de sabiduría y otras como una figura oscura y destructiva.

LO QUE NADIE HA PROBADO SOBRE EL ARCÁNGEL SAMAEL

Este segmento aborda la figura del ARCÁNGEL SAMAEL desde una perspectiva crítica, señalando su complejidad simbólica y la falta de evidencia verificable sobre las múltiples atribuciones que se le han hecho a lo largo de la historia.

Vamos a desglosarlo, contextualizarlo y profundizar un poco más en los elementos que aquí se mencionan.

La figura del ARCÁNGEL SAMAEL es compleja porque se ha convertido en un símbolo multifacético dentro de diversas tradiciones.

El ARCÁNGEL SAMAEL es una figura que aparece en varias tradiciones religiosas y esotéricas y en su representación, varía considerablemente dependiendo de la escuela de pensamiento que lo interprete. En el judaísmo, el nombre Samael, a menudo se asocia con un Ángel que tiene roles contradictorios; es tanto un Ángel de la muerte como una figura que actúa bajo la voluntad de Dios, a veces como ejecutor de castigos.

En el misticismo judío, particularmente dentro de la Cábala, el ARCÁNGEL SAMAEL puede estar relacionado con la severidad y el juicio, contrastando con otras figuras más benevolentes, como el Arcángel Rafael.

En el cristianismo, el ARCÁNGEL SAMAEL no es una figura comúnmente conocida, pero en algunos textos gnósticos y esotéricos se le ha relacionado con una especie de Ángel caído o una representación de un principio negativo que se opone a la luz divina. De hecho, en algunas tradiciones esotéricas, el ARCÁNGEL SAMAEL es considerado una figura que conecta la sabiduría oscura con la luz, lo que le otorga un carácter ambiguo y simbólico, a menudo relacionado con la transformación espiritual a través de la oscuridad o el sufrimiento.

En el esoterismo moderno, especialmente dentro de la Teosofía o de la Antroposofía, el ARCÁNGEL SAMAEL a veces es visto como un ser que guía al individuo a través de procesos de purificación interna, a menudo implicando una comprensión de la dualidad entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Sin embargo, muchas de las atribuciones sobre él carecen de pruebas verificables.

Este punto destaca la dificultad de verificar prácticamente las historias o enseñanzas sobre el ARCÁNGEL SAMAEL debido a que muchas de ellas provienen de textos místicos y esotéricos, los cuales no se adhieren a los criterios convencionales de evidencia histórica o teológica. Las tradiciones místicas y esotéricas, por lo general, se basan en la experiencia personal o colectiva de lo Divino, a menudo envuelta en simbolismo y en revelaciones que no pueden ser confirmadas a través de métodos científicos o históricos tradicionales.

Por ejemplo, en la Cábala, el ARCÁNGEL SAMAEL es descrito como un Ángel que puede estar relacionado con aspectos del mal o la sombra del alma humana, pero esta descripción se basa en interpretaciones filosóficas y místicas más que en pruebas reales, por lo tanto, su autenticidad histórica o teológica es cuestionada.

Gran parte de la información proviene de textos místicos y esotéricos que interpretan y reescriben historias religiosas sin evidencia empírica o teológica directa.

La tradición mística, esotérica o gnóstica se caracteriza por REINTERPRETAR, ADAPTAR y expandir las enseñanzas en formas que no siempre son verificables o coherentes con los textos sagrados convencionales. Esto no implica que las enseñanzas esotéricas carezcan de valor, sino que pertenecen a una tradición de conocimiento oculto o escondido, destinado a ser comprendido solo por aquellos que buscan una experiencia directa de la verdad espiritual.

Este es el riesgo que se corre al traer o llevar, fusionar e imponer creencias a una Obra, distinta a sus preceptos y corriente espiritual.

El misticismo, por ejemplo, suele ser más subjetivo y enfocado en la experiencia directa de lo Divino, y las descripciones de seres como el ARCÁNGEL SAMAEL pueden ser interpretadas de forma alegórica, simbólica o incluso al margen de la realidad histórica. Esto crea una brecha entre la interpretación teológica tradicional y la mística.

El ARCÁNGEL SAMAEL de la Cábala, no es simplemente un ser celestial con una misión específica, sino una representación de la acción de la divinidad que incluye la destrucción y la creación, un principio que reside en las fuerzas Cósmicas de la Justicia Divina.

EL ARCÁNGEL SAMAEL Y SU RELACIÓN CON LA TEOLOGÍA TRADICIONAL

El ARCÁNGEL SAMAEL en la tradición judía, a menudo se le describe como el Ángel de la muerte, pero esta figura es en sí misma paradójica; Mientras representa la destrucción, también tiene un papel esencial en el ciclo cósmico de la vida y la muerte. En algunos textos de la Cábala se le asocia con el Sephirá de la severidad (Gevurá), la cual es la energía cósmica vinculada con el juicio y la disciplina. En este sentido, el ARCÁNGEL SAMAEL no es un demonio por sí mismo, sino una fuerza que tiene la tarea de equilibrar la creación con la destrucción, un principio necesario para el orden del universo.

Este enfoque más dualista, de luz y sombra, es típico en muchas tradiciones esotéricas, donde los seres celestiales no son simplemente buenos o malos, sino que juegan roles complejos en un juego cósmico de equilibrio. Esta ambigüedad y riqueza simbólica han convertido al ARCÁNGEL SAMAEL en una figura fascinante para los estudiosos del misticismo y el esoterismo, aunque no se puede verificar su existencia o las historias asociadas a él desde un punto de vista real.

Esto resalta la dificultad que existe al tratar de comprender al ARCÁNGEL SAMAEL en términos históricos y teológicos convencionales debido a la naturaleza subjetiva y alegórica de la información proveniente de tradiciones esotéricas y místicas. El ARCÁNGEL SAMAEL se presenta como una figura compleja que desafía las categorías tradicionales del bien y el mal, y su interpretación depende en gran medida de la visión espiritual o esotérica de quien lo examine. Esta falta de pruebas verificables de la oscuridad que se le atribuye, no invalida su existencia como símbolo o arquetipo dentro de ciertas tradiciones, pero sí confunde y limita su comprensión dentro del marco teológico y empírico más amplio.

La idea del ARCÁNGEL SAMAEL como un Ángel caído o un Demiurgo, ES COMPLETAMENTE ESPECULATIVA, y pertenece a la tradición gnóstica. El concepto del ARCÁNGEL SAMAEL como el “veneno de Dios” también es una alegoría mística que depende de la interpretación subjetiva y no de una base teológica estricta.

El ARCÁNGEL SAMAEL es, por tanto, un símbolo potente de transformación, muerte y renacimiento espiritual, pero muchos de los detalles de su figura están impregnados de metáforas y creencias no verificadas que varían de una tradición a otra.

UNA PREGUNTA APROPIADA

Si los arcángeles han crecido espiritualmente en luz por medio de sus múltiples existencias y a través de sus acciones enmarcadas en el sentido más alto de la moral, que se han desligado de toda atadura, vicio y sentires propios del plano terrenal, ¿Cómo es que puede considerarse siquiera, que el ARCÁNGEL SAMAEL quiso superar a Dios, y que después de ser el de mayor luz, hoy se mire como un espíritu oscurecido? ¿Qué contradicción e incoherencia con respeto a las Leyes Espirituales es ésta?

El hecho de que el ARCÁNGEL SAMAEL, un ser de Luz haya sido visto como un ser que se oscurece o cae en su intento de superar a Dios, se refiere a una narrativa que no es parte de todas las tradiciones religiosas, sino más bien se encuentra en ciertas ramas esotéricas y místicas, especialmente dentro del gnosticismo y algunas corrientes de la religión cabalística.

EL CONCEPTO DE LA CAÍDA DEL ARCÁNGEL SAMAEL

En algunas tradiciones esotéricas, Samael es visto como un ser de gran luz que, por un acto de soberbia o deseo de poder, desafió el orden Divino y buscó ocupar el lugar de Dios, lo que le llevó a una caída. Este relato no es el único en las religiones o filosofías que tratan sobre la caída de seres espirituales, pues hay varios relatos sobre Ángeles o seres celestiales que caen en su lucha contra el orgullo o la vanidad.

Este relato tiene resonancias con la caída de Lucifer en la tradición cristiana, quien, según algunas interpretaciones desafió a Dios con su orgullo y fue expulsado del cielo convirtiéndose en el Diablo o Satanás. En algunos sistemas esotéricos, esta misma narrativa se aplica al ARCÁNGEL SAMAEL, quien, al igual que Lucifer, pierde su conexión directa con la Divinidad al intentar asumir un poder Divino por sí mismo.

Sin embargo, esta interpretación no es universal en todas las religiones ni en todas las corrientes esotéricas ni en todas las Filosofías Espirituales. Dependiendo de la tradición, el ARCÁNGEL SAMAEL puede ser considerado un Ángel caído, un ser que todavía tiene un propósito en el plano terrenal, o incluso una figura que desempeña un rol importante en la restauración del equilibrio cósmico.

LA PARADOJA DE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

Una de las características que hace compleja la figura del ARCÁNGEL SAMAEL en las tradiciones esotéricas, es la paradoja que representa. Si se considera que un Arcángel como Samael ha alcanzado un nivel muy elevado de luz, pero luego cae en la oscuridad debido a su deseo de superar a Dios o a su lucha con el orgullo, esto parece entrar en contradicción con la idea de que un ser espiritual perfecto no debería tener esos sentires o deseos que pertenecen al plano terrenal.

AQUÍ ES DONDE ENTRA EN EL TERRENO DE LA PARADOJA ESPIRITUAL

Muchas tradiciones místicas y esotéricas postulan que incluso los seres más elevados tienen la capacidad de caer debido a sus propias elecciones espirituales. En algunas enseñanzas, la caída de un ser de luz como el ARCÁNGEL SAMAEL, es vista como una lección para los seres humanos, un recordatorio de que, incluso los seres divinos pueden perder su camino si se dejan llevar por el ego, el orgullo o el deseo de poder.

Un Arcángel de gran luz cayendo debido a su deseo de superar a Dios, no es tanto un error o incoherencia dentro del marco de estas corrientes esotéricas, sino más bien una forma de expresar la dualidad que también se encuentra en la naturaleza humana; la capacidad de ascender hacia la perfección, pero también el riesgo de caer debido al ego, la arrogancia y la soberbia.

PREGUNTA: ¿Qué religión dio origen a esta incoherencia espiritual?

RESPUESTA: Esta narrativa no pertenece a una religión en sentido estricto, sino más bien a ciertas interpretaciones esotéricas dentro de tradiciones más amplias como el gnosticismo y las enseñanzas cabalísticas que han sido influidas tanto por el judaísmo, el cristianismo, como por la filosofía helenística. En estos sistemas las historias de caídas espirituales, luchas entre la luz y la oscuridad, y los deseos de poder de los seres divinos o angelicales son usadas para ilustrar lecciones espirituales sobre el libre albedrío, el ego y el propósito de la vida.

Este tipo de relatos no es parte de las enseñanzas dogmáticas de religiones como el cristianismo ortodoxo, el judaísmo o el islam, sino más bien de interpretaciones místicas y alegóricas que buscan dar una explicación más profunda a la lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, y el papel del ser humano en el cosmos.

La figura del ARCÁNGEL SAMAEL tiene sus raíces en las tradiciones gnósticas y esotéricas más que en las religiones principales. En estos sistemas el Arcángel o ser Divino que cae debido a su arrogancia y deseo de superar a Dios, es un símbolo de la lucha interna que todos los seres espirituales, incluso los de mayor luz pueden enfrentar. Esta narrativa no refleja una incoherencia inherente en la religión misma, sino más bien una interpretación simbólica o mística que busca explicar las dinámicas del libre albedrío, la caída espiritual y la dualidad del ser.

PREGUNTA: Si este relato se creó con la intención de ilustrar a las personas sobre el orgullo, sobre el bien y el mal, sobre la luz y la oscuridad; ¿No es razonable pensar, que eso resultó contraproducente, ya que, si un Arcángel puede caer en la oscuridad, que motivación podría tener el ser humano para avanzar en su evolución? Además; ¿Cuánta confusión e incredulidad sembraron sobre las Leyes Espirituales y sobre el mismo ser del Arcángel Samael, con esta incoherente alegoría? ¿Por qué valerse de una mentira para enseñar la Verdad?

RESPUESTA: Ciertamente, si se utiliza el relato de un ser como el ARCÁNGEL SAMAEL o la caída de un ser de luz para ilustrar el peligro del orgullo, la soberbia o el deseo de poder, podría resultar contraproducente, especialmente si se interpreta de manera que el ser humano; es decir, un espíritu encarnado, sienta que su esfuerzo por avanzar espiritualmente es inútil o insignificante debido a la posibilidad de caer, incluso si aspira a la perfección…

EL PROPÓSITO DE ESTAS NARRATIVAS

Muchos relatos místicos, cabalísticos o gnósticos sobre la caída de los Arcángeles o seres elevados como Samael, no pretenden que el ser humano se desanime. Más bien, su objetivo es ilustrar el libre albedrío y las consecuencias de las decisiones equivocadas, pero también ofrecer un espacio para la redención y la evolución continua. En este sentido, la figura del Arcángel caído puede ser vista como una advertencia que señala que el proceso de evolución espiritual no es lineal ni está exento de riesgos. Sin embargo, la historia de la caída también abre la posibilidad de aprendizaje y transformación, sugiriendo que el camino espiritual es un proceso dinámico, lleno de desafíos y lecciones, donde los errores pueden llevar a la redención o al reencuentro con la luz.

¿CÓMO PUEDE SER ÚTIL ESTA NARRATIVA PARA LA MOTIVACIÓN HUMANA?

La motivación para el ser humano no necesariamente tiene que basarse en una visión idealizada de la perfección espiritual sin obstáculos, sino en la superación personal constante. Aquí hay algunas maneras en las que la historia del arcángel caído, si es interpretada correctamente, puede servir como motivación:

EL LIBRE ALBEDRÍO COMO FUERZA TRANSFORMADORA

Aunque la historia de la caída del ARCÁNGEL SAMAEL muestra los riesgos del ego, también muestra el poder del libre albedrío: la capacidad de elegir el camino que uno sigue. Un Arcángel como Samael, por ejemplo, no cae porque sea una figura predestinada al mal, sino porque en un momento ejerció su libertad de elegir mal. Esto sugiere que cada ser, incluso el más elevado, tiene la capacidad de elegir, y la caída no es una condena definitiva, sino una lección sobre la importancia de elegir correctamente.

LA POSIBILIDAD DE REDENCIÓN Y APRENDIZAJE

Un aspecto clave en muchas tradiciones espirituales es que, aunque la caída puede ocurrir, también existe la posibilidad de recuperación y de aprendizaje a partir del error. La narrativa del ARCÁNGEL SAMAEL y otros seres caídos puede ser vista en este contexto como un recordatorio de que incluso cuando uno cae, hay espacio para el perdón, la transformación y la evolución espiritual. Esto podría ser un incentivo para las personas a seguir luchando por su evolución, sabiendo que el error no es el final, sino una oportunidad para aprender y crecer.

LA IMPORTANCIA DEL EQUILIBRIO Y LA HUMILDAD

Si los seres espirituales más elevados pueden caer debido al orgullo y la arrogancia, esta es una invitación a trabajar en la humildad y en la autoconciencia. En lugar de desmotivar al ser humano, el relato puede servir como un recordatorio de que la evolución espiritual no está garantizada sin esfuerzo. Es un llamado a la autodisciplina y a la reflexión constante sobre nuestras propias motivaciones.

EL CAMINO COMO UNA SENDA DE CONSTANTE TRANSFORMACIÓN

En lugar de presentar la evolución espiritual como un camino recto hacia la perfección, la narrativa de la caída podría mostrarse como una historia de lucha y de proceso. Es decir, el ser humano no necesariamente va a ser perfecto de inmediato, pero sí puede avanzar paso a paso, aprendiendo de sus errores. Las caídas y los fracasos se convierten en parte integral del camino hacia la iluminación.

EL ENFOQUE POSITIVO

Si tomamos una perspectiva de espiritualidad positiva, el relato del ARCÁNGEL SAMAEL o de cualquier Arcángel caído, podría reinterpretarse para enfocarse más en el potencial de crecimiento continuo. El ser humano no tiene por qué ver en estas historias un motivo para rendirse, sino una invitación a adaptarse, a aprender de los errores y a seguir avanzando, siempre con la humildad de saber que el camino espiritual es largo y no siempre fácil, pero que cada paso adelante es valioso.

LA VISIÓN INTEGRAL DE LA ESPIRITUALIDAD

Muchas corrientes espirituales como el budismo y algunas teologías progresistas, sugieren que la verdadera evolución espiritual no está exenta de dificultades, pero es el proceso mismo lo que cuenta. La caída de un Arcángel no tiene que ser el fin de su historia. De hecho, podría verse como un recordatorio de que en la vida humana también habrá desafíos, pero que, a través del aprendizaje y la transformación personal podemos superar incluso las adversidades más grandes.

Destacar un Arcángel que cae, especialmente uno que ha alcanzado grandes niveles de luz, puede resultar desmotivadora si se interpreta de manera literal o fatalista. Sin embargo, cuando se enfoca de forma correcta, como un símbolo del libre albedrío y una lección sobre la importancia de la humildad y la evolución espiritual, esta narrativa puede servir de advertencia, pero también de inspiración. El ser humano no tiene por qué ver en estas historias un destino inevitable de caída, sino una oportunidad constante para aprender, crecer y transformarse.

La caída no tiene que ser el final; más bien, puede ser el comienzo de un proceso de transformación hacia un mayor entendimiento y una mayor luz.

EL RIESGO DE LA NARRATIVA DEL ARCÁNGEL CAÍDO

En las tradiciones esotéricas o místicas que abordan la caída de los Ángeles, y en especial la caída de seres tan elevados como los Arcángeles, se presenta una PARADOJA. Por un lado, los relatos sobre caídas espirituales como la de Samael, Lucifer o incluso el propio Adán y Eva en la tradición judeocristiana, se utilizan para advertir sobre los peligros del orgullo, el ego y la desviación del camino recto. Sin embargo, cuando un ser que es descrito como de luz perfecta o casi divino, cae en la oscuridad, eso puede generar una serie de preguntas e inquietudes, que pueden ser contraproducentes para el avance espiritual de los seres humanos.

Si un Arcángel que ha alcanzado una enorme cercanía a Dios gracias a su perfección, puede perder su camino, esto podría hacer que las personas se sientan desmotivadas, inseguras o incluso temerosas de intentar avanzar espiritualmente, ya que parecería que nadie, ni siquiera los seres más elevados están a salvo de caer. De hecho, podría generar una sensación de desesperanza al pensar que el esfuerzo humano por la perfección es frágil e incierto, especialmente cuando se muestra que incluso los seres más poderosos y elevados tienen la posibilidad de sucumbir al mal.

Ahora, si bien esta narrativa puede tener un valor simbólico como advertencia contra el orgullo y la arrogancia, y como lección sobre la importancia de la humildad, se hace necesario crear un matiz, un antídoto urgente contra este veneno oscuro para evitar que la gente se sienta derrotada o desmotivada por una alegoría, que desde el punto de vista espiritual carece de fundamento, y que más que incentivar, confunde ante la incoherencia de un mito que crearon como una gran verdad.

LA VERSIÓN DEL ESPIRITISMO

En el espiritismo, en el conocimiento y Obras del Maestro Allan Kardec, del Maestro Ismael Garzón Triana, de León Denis, y de tantos otros Maestros, se aborda sin sofismas, sin alegorías que, si un espíritu evolucionado encarna; fíjate bien, encarna, lo hace como parte de una misión espiritual, no como parte de proceso de evolución; luego, si equivoca su camino por los sentires de la materialidad cuando su espíritu está prisionero en un cuerpo físico, bien podría desviar el camino y quedar sujeto a la encarnación hasta tanto no supere dicha falta a la moral. Esto como espíritu encarnado; pero no como Espíritu desencarnado Mensajero de Dios, sin ningún tipo de apego por la materialidad. Entonces, es prácticamente improbable que se dejara seducir o tentar por la materia cuando no hace parte del mundo material.

En el espiritismo se entiende que los espíritus evolucionados que encarnan lo hacen con una misión espiritual y están sujetos a los desafíos que trae la vida en el plano material. Sin embargo, el hecho de que, una vez desencarnados, los espíritus evolucionados ya no estén atados a las influencias materiales genera una perspectiva diferente.

Vamos a analizar esto con más detalle para comprender cómo encajan estos puntos con la idea de que un ser espiritual muy evolucionado como el ARCÁNGEL SAMAEL podría caer o desviarse de su camino:

LA ENCARNACIÓN Y LA MISIÓN ESPIRITUAL SEGÚN EL ESPIRITISMO

Según el espiritismo, los espíritus se encarnan para aprender y evolucionar, y la encarnación en el plano físico es una oportunidad para el aprendizaje, pero también un riesgo. Los espíritus más evolucionados pueden encarnar con la misión de ayudar a otros con la expansión de su conocimiento, y de asumir responsabilidades en el mundo material. Durante este proceso el espíritu se enfrenta a las limitaciones, debilidades y pruebas que presenta el cuerpo físico, lo cual puede hacer que incluso un ser evolucionado se vea tentado o influenciado por los sentires y pasiones del plano material. Esto es una prisión temporal que puede hacer que el espíritu se desvíe de su camino y quede atrapado en el ciclo de reencarnaciones hasta que logre superar sus propias debilidades o faltas morales.

La clave aquí, es que el cuerpo físico y la materia representan un desafío y una tentación para el espíritu, incluso si este ha alcanzado niveles elevados de evolución. De hecho, la reencarnación en el mundo material tiene ese propósito: permitirle al espíritu evolucionar enfrentando pruebas y tentaciones que le ayudan a superar las imperfecciones y a perfeccionar su moralidad.

EL ESPÍRITU DESENCARNADO Y LA LIBERTAD DEL MUNDO MATERIAL

En contraste, una vez que el espíritu desencarna, se libera de las ataduras de la materia. Según la doctrina espírita, un espíritu evolucionado ya no tiene las mismas vulnerabilidades a las tentaciones materiales o a los sentires mundanos que tiene cuando está encarnado. Es decir, cuando un espíritu ha alcanzado un nivel elevado de evolución y ya no está sujeto a las limitaciones físicas del cuerpo, su moralidad está mucho más afinada y nítida, porque su conexión con DIOS se ha fortalecido. Ya no está influenciado por los deseos, apegos o impulsos que son comunes en la vida terrenal.

Por lo tanto, según la doctrina espírita, un espíritu desencarnado que ha alcanzado un alto grado de evolución no debería ser seducido por la materia o caer nuevamente en el error. La tentación de superar a Dios, o de caer en un estado de egoísmo o vanidad, parece contradecir la idea de un espíritu elevado que ha superado esos aspectos de la naturaleza humana.

LA CAÍDA DE LOS ESPÍRITUS EVOLUCIONADOS
¿Una Dificultad para el Espiritismo…?

Aquí es donde la incoherencia entra en juego. En muchas narrativas místicas como la del ARCÁNGEL SAMAEL o Lucifer, seres espirituales que son elevados o de gran luz, caen debido al orgullo, el deseo de poder o la arrogancia. Sin embargo, en la perspectiva espiritista, un espíritu que ha alcanzado un alto grado de evolución ya no tiene esos apegos materiales que lo arrastren a una caída. De hecho, en el espiritismo, la caída no es vista como un castigo permanente sino más bien como un proceso de aprendizaje. Si un espíritu encarnado comete errores y se desvía, su reencarnación será una oportunidad para rectificar su camino, pero no es probable que ese mismo espíritu evolucionado una vez desencarnado, pueda ser seducido por las mismas tentaciones de la materia, ya que su conciencia vibra en gran armonía con los principios Divinos.

LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL CONTINUA

En el contexto del espiritismo, la evolución espiritual es continua y no tiene un fin definitivo en este plano. La idea es que los espíritus van progresando y ascendiendo, superando poco a poco las pruebas que les corresponden en cada existencia hasta alcanzar niveles de pureza donde ya no necesitan reencarnar.

Esta visión está muy alejada de la idea de que incluso un ser extremadamente elevado pueda “caer” de nuevo en el error o desviarse de su camino Divino, como podría sugerir el relato del ARCÁNGEL SAMAEL o EL DE LUCIFER.

Por lo tanto, en la perspectiva espírita, la historia de un ser de luz que cae o se desvía hacia la oscuridad, es incompatible con la noción de un espíritu que ya ha trascendido las tentaciones de la materia y ha alcanzado un nivel de evolución moral que lo coloca más allá de esos peligros. En el espiritismo se considera que, si bien todos los espíritus pueden cometer errores en su camino, una vez que han alcanzado un cierto nivel de perfección, esos errores no se repiten, ya que el espíritu está liberado de los apegos y apetitos vulgares de la materia.

¿CÓMO SE RELACIONO ESTO CON EL CAMINO DE LA LUZ?

La caída de un Arcángel como Samael, EN TRADICIONES DOGMÁTICAS O MÍSTICAS, puede verse como una advertencia sobre el peligro de la soberbia y el deseo de poder. Pero en el espiritismo, un ser evolucionado ya liberado de los apegos de la materia, se orienta hacia una misión de amor y bien. Si bien es cierto que un espíritu EVOLUCIONADO, SUPERIOR, puede equivocarse en su misión mientras está encarnado; ciertamente es una quimera pensar que, una vez liberado de los apegos materiales, de su corporeidad, y de regreso triunfal a la diestra del Padre Supremo, caiga nuevamente en los mismos errores. Esto coincide con la idea de que el camino espiritual es un proceso de ascenso constante, en el cual los espíritus no solo pueden superar sus fallos cuando encarnan, sino que, con el tiempo adquieren una visión más clara de su misión espiritual y del Plan Divino.

En resumen, la narrativa de un Arcángel o espíritu Superior que cae, como la del ARCÁNGEL SAMAEL, es ciertamente más acorde con ciertos sistemas esotéricos o tradicionales que presentan la caída como parte de una lucha cósmica entre la luz y la oscuridad. Sin embargo, en la perspectiva espírita, esa misma caída resulta improbable para un espíritu ya evolucionado, ya que una vez que un espíritu ha alcanzado un nivel de pureza y luz, su conexión con DIOS es tal, que no se ve afectado por las tentaciones materiales, y su moralidad se encuentra firmemente establecida.

El espiritismo enfatiza que los seres espirituales Evolucionados o Superiores, no están atrapados en una lucha eterna de caídas y redenciones, sino que están en un camino de ascenso constante hacia un mayor entendimiento y perfección. La tentación y el ego pueden ser desafíos durante la encarnación, pero una vez desencarnados y evolucionados, los espíritus ya no están sujetos a esos mismos riesgos. Esto puede ofrecer un enfoque más esperanzador y motivador para la evolución humana, al sugerir que el camino hacia la perfección no es solo posible, sino que es alcanzable con el tiempo, el esfuerzo y la transformación moral.

CONCLUSIÓN:

De acuerdo a las Leyes Espirituales, la caída del ARCÁNGEL SAMAEL es una desatinada alegoría que, en vez de brindar claridad sobre la verdad de la Ley de Dios, sólo trajo confusión, desesperanza y temor; porque existiendo la verdad, ¿Para qué valerse de la mentira para darla a conocer?

No creáis nada de lo que aquí os comparto; más bien, investigadlo

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-