miércoles, mayo 29, 2019

¿Cuál es la enseñanza verdadera?


Tengo para deciros que, Verdadera es la Ley de mi Padre cuando se cumple y se hace cumplir con Amor, con Indulgencia y con Caridad, porque el Universo entero es bañado y reconocido por la Luz Radiante del Padre Supremo, pero al no cumplirse con rectitud, con honestidad; os digo que se corre el riesgo de caer en el fanatismo y en el mal hábito de pasar la vida entregando buenos consejos sobre lo aprendido, pero dando malos ejemplos a través de acciones contrarias, a la enseñanza que se pretende representar. 

Hermanos míos; mal haría al indicaros como verdaderas y superiores a algunas enseñanzas, y desmeritar al censurar y tildar de impostoras a otras, porque estaría faltando a el respeto a mis hermanos que luchan por conservarse en el sendero espiritual que les correspondió o que eligieron transitar. Cierto es; que, por sus esfuerzos unos van más adelante, otros van hombro a hombro, y algunos vamos más atrás, con mayor o menor conocimiento unos de otros, pero os digo que, aunque la lucha es individual, la meta es la misma. Es la de luchar por la luz para nuestros espíritus. 

Cualquier sentencia es injusta, si antes no se ha escuchado la otra parte” 
Jorge Eliécer Gaitán. 

Cuando se juzga a un hermano por su credo, raza, condición social o religión; se falta a la Caridad que debemos tener como hermanos hijos en Espíritu de un mismo Padre Creador de todo cuanto existe, máxime cuando quien juzga es estudiante, siervo conocedor y defensor de las Leyes Espirituales. Se falta también a el respeto de hermano a hermano, al ignorar y al agraviar a quienes no comulgan con secta o enseñanza alguna, o a quienes piensan diferente. 

Os pregunto ¿quién puede decir que no ha sido, o ha actuado en su pasado remoto como lo que hoy juzga y señala

Ningún espíritu encarnado en este plano Tierra de expiación y de prueba, es perfecto ni ha alcanzado la superioridad, pues el sólo hecho de venir a movilizar materia en este mundo, indica imperfección en el espíritu encarnado; salvo aquellos espíritus misioneros que vienen a traer enseñanzas, conocimiento y luz para la humanidad a través de las Leyes que envía nuestro Padre Celestial a este plano; pudiendo evidenciarse en éstos hermanos emblanquecidos, su rectitud, su elevada condición moral, y su mansedumbre hacia todos quienes los rodean, de que son espíritus misioneros, espíritus encarnados; no como consecuencia por falta alguna de su parte, sino por la tarea asignada a desempeñar para el bien de la humanidad, porque ningún espíritu es estático. Los demás; somos insignificantes estudiantes de esas enseñanzas, con el anhelo de hacer propias por medio de nuestras acciones, de nuestros buenos ejemplos, aquellos conocimientos que, en muchas ocasiones son esbozados con prodigalidad a través de los labios del encarnado, pero que en la mayoría de las veces no alcanza a salir de su corazón. 

Hermanos, donde no hay respeto hacia los semejantes, donde no hay Amor, Humildad, Comprensión, Tolerancia, Benevolencia con las faltas de sus hermanos, y Caridad ante sus necesidades espirituales y corporales; tened en cuenta que no puede haber principio de Verdad espiritual, porque esa verdad ha sido desvirtuada por la falta de la Piedad

Aprended a discernir mediante la observación, pero sin constituiros en jueces de nadie, y confirmaréis por vuestros propios medios, lo que dijo aquél Gran Maestro de Maestros, el humilde Jesús del Galilea, “Conoceréis a el árbol por sus frutos” 


Ninguna secta es mala; los malos somos quienes no la sabemos llevar… 
Ismael Garzón Triana. 

Tened siempre presente hermanos de mi espíritu; que ningún Mensajero del Padre Supremo, ningún Ángel, Arcángel, Guía Espiritual o Maestro, está sometido al capricho o la voluntad de los mezquinos intereses del humano, y no conceden oro ni riquezas, fama ni reconocimiento; como tampoco acuden a vuestro llamado para banalidades, ni para cumpliros deseos cual vulgares genios, ni para desvelaros el futuro, ni para ayudaros a doblegar las voluntades de vuestros hermanos. 

Éstos mensajeros son espíritus esclarecidos, espíritus evolucionados que, como siervos de aquella Majestad Divina, asisten con amor a la humanidad, y a todo aquél que clama ayuda, que lucha y se esfuerza para vencer su inclinación al mal, con el deseo de progresar espiritualmente y poder regresar a la diestra del Padre Supremo. 

"Todo es por merecimiento"; comprended bien mis palabras… 

Cuando un hermano de ésta enseñanza, o de cualquier otra que mi Padre ha concedido para el bien de la humanidad, tergiversa los mandatos, clama el mal por envidia o venganza, y se convierte en talanquera y piedra de tropiezo para sus hermanos; que no se mire aquél proceder desacertado como parte de esta u otra enseñanza emblanquecida, porque ese hermano es asistido sí, pero por las fuerzas contrarias, de similar condición moral a la de su espíritu. 

Os digo; un actuar así, no es la esencia de la enseñanza que legó a la humanidad el Maestro Ismael Garzón Triana en LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS; Son Leyes esclarecidas, pero mal interpretadas por quienes ambicionan la maldad, y por quienes el capricho de su materia, les conduce a rehusar el sendero del conocimiento y de la verdad. Mal se procede cuando se conoce parte de una verdad, pero se insiste a través de la mala intención, expandir esa verdad a medias. 

Esta enseñanza es amor, comprensión, luz, conocimiento, verdad, reconcilio, perdón y reparación; y os digo que no son las enseñanzas espirituales ni filosóficas las que deben de adaptarse a él humano en su precaria e irreflexiva forma de pensar, o pretender que éstas viren según su antojo o según sus intereses particulares; es el humano quien debe ajustarse a esas Leyes, y honrarlas con su respeto, con el ejemplo de sus propias acciones, para ser confiable, para ser creíble; y así poder tener la oportunidad de llegar al corazón de sus hermanos, y poder expandir con verdadero amor y sin egoísmo, lo que con amor y sin egoísmo, sin tasa y sin medida, se ha entregado desde la altura. 

No juzguéis a nadie para que nadie os juzgue a vosotros hermanos míos; que vuestra conciencia sea vuestro propio y único juez; sé firmes en vuestras decisiones y ante la defensa de vuestros nobles ideales; pero a la vez, se nobles e indulgentes para que no confundáis nunca la firmeza con el atropello, y sabed que debéis de ser prudentes con todo aquello que admitís como verdad, como también sed humildes para no apartar de vosotros por soberbia, el verdadero conocimiento que pueda tocar en determinado momento a vuestras puertas. Sed reflexivos, mansos de corazón en cada aspecto de vuestras vidas; pues el error está latente a cada paso que se da, como presente está en todo momento la oportunidad de adquirir conocimiento, cuando se cultiva un corazón apacible, noble e indulgente. 

Os invito a escudriñar, a estudiar las Leyes Espirituales que también están impresas en la conciencia de todo ser humano; y que, si aprendéis a recogeros en meditación aislándoos del bullicio, poco a poco os aislaréis también de los vicios que subyugan a el humano, y empezaréis a esclarecer vuestras mentalidades. 

Clamad al Padre Supremo para que os cubra con su Luz Divina, para que os conceda la guía, y sean despejados vuestros senderos, así como vuestra mentalidad y podáis tener buen discernimiento, buen entendimiento, para no someter; pero tampoco dejaros subyugar de nadie. 

Os digo, las Leyes de mi Padre son humildes y sencillas de razonar, son enviadas con Amor, y transcritas con claridad para que toda cimiente de hombre las pueda discernir y llevarlas a la práctica. Atended el llamado de vuestro Corazón, Templo de Dios y estación de sabiduría, pues allí reside aquella chispa Divina de mi Padre, que es el espíritu, y quién es el portador del conocimiento adquirido a través de sus cruzadas. 

Por lo cual, razonable, es decir, que el ser humano aprendería mucho más a través del silencio de sus propios pensamientos y de la concentración para nutrirse con los recuerdos del pasado, que muchos llaman intuición; que con aquello que su ansía y su desmedida avaricia de conocimiento lo lleven a almacenar numerosas obras para adquirir lo que no está aún en posibilidad de asimilar, de investigar; es decir, demasiada luz suele cegar también. 

Me refiero a que muchos leemos, estudiamos, citamos de memoria aquellos pasajes bíblicos, párrafos enteros de una obra, de una enseñanza, de una filosofía, desmenuzamos las erudiciones, profundizamos, escudriñamos para desvelar en sí el conocimiento, vamos allá, acá, y más allá, quizá movidos sólo por la fascinación de aquellas palabras insignes con las cuales vienen impregnadas las Verdades, las Leyes; pero ¿qué es lo que hacemos? nos elevamos en orgullo y nos cubrimos con la capa oscurecida de la soberbia, al pretender pasar por sabios, por eruditos en la enseñanza, con el deseo de ser más que nuestros hermanos; sólo por un breve conocimiento adquirido. 

Hermanos de mí espíritu; el orgullo y el egoísmo son malos consejeros, envilecen el alma, ciegan y oscurecen la mente; mientras que la humildad y la Caridad la despejan, haciéndoos buenos receptores del conocimiento, para que el humano pueda conducirse por la senda de la Verdad, mediante las Leyes Espirituales, como también de toda enseñanza o filosofía que se deseé seguir. 

Sois mis hermanos; y os comparto con amor, lo que mi espíritu se niega a retener… 

Héctor Fabio Cardona. 
Santiago de Cali, mayo 29 de 2019.

 

jueves, mayo 23, 2019

Inclinarse hacia Dios por toda la humanidad...



Mientras se ocultan las verdaderas Leyes de Dios, otros toman en sus manos lo que hay en el terrestre para hacer perjuicios, y esto por falta de la verdad; porque habiendo la verdad, todo el mundo se preocuparía y conocería los misterios de la naturaleza, y nunca obrarían los malhechores, porque tendrían quien se opusiera para no permitir todos los destrozos que a diario están cometiendo
Ismael Garzón Triana... 

La humanidad caprichosa, ciega e inconstante, rechaza las bondades del Padre Supremo, al negarse a estudiar, a investigar sobre la VERDAD, sobre las Leyes Espirituales, confundiendo así, a Dios por otra cosa; porque está sumergida en este mundo material saturado de presunción, donde su imagen, lo que compra, lo que viste, así como lo que ostenta; termina siendo más relevante que la esencia de su propio espíritu, asumiendo para su vida, un rol sugerido por las masas, el cual asume dócilmente, conceptuando y aceptando ese espejismo como la realidad para su vida, concluyendo apresuradamente que al ser admitido por el gran público, algún beneficio o reconocimiento traerá para su mustia existencia, porque si la mayoría lo aprueba, necesariamente tiene que ser verdad, aunque esto signifique renunciar a su esencia, a la prudencia y a su libre albedrío. 

Respetuosamente os digo hermanos de mi espíritu; la humanidad sin darse cuenta, cuáles títeres manipulados por los hilos invisibles de las tendencias y las pretensiones; muchos van siendo guiados, asidos, y sometidos mansamente a voluntades ajenas.

El plano Tierra en la actualidad, es un mundo de utopías, por los intereses personales, egos, recelos, codicia y anhelos de reconocimiento, que van incubando vaguedades en las mentes de quienes endosan su voluntad, confundiendo prejuicios, maledicencia, señalamiento, idolatrías, fanatismos e hipocresías, con el verdadero conocimiento, con el verdadero amor, al no haber convicción en lo que se hace, restando importancia a las orientaciones espirituales, cuando son precisamente éstas guías las que pueden instruir sobre las causas por las cuales se hace acreedor el espíritu a la expiación de cruzada en cruzada por los errores, por las faltas cometidas hacia sus semejantes y el medio que lo rodea.  La vida es un todo indivisible; “Todo ser viviente tiene espíritu” 

Las Leyes Espirituales confieren al estudiante disciplinado, honesto y consciente de su labor como servidor del Padre Supremo, la comprensión del porqué de las aflicciones, de las amarguras, de las enfermedades incurables de origen espiritual, así como las privaciones que se padecen desde temprana edad, encontrando la causa en el mal proceder. Por lo cual, se aprende mediante el estudio serio, honesto e investigativo, que se sufre de igual manera que se ha hecho sufrir. Todo está eslabonado, todo es una correlación; y sin embargo, y a pesar del conocimiento adquirido de dichas Leyes, quienes portan una mínima fracción de esa verdad, aún se rebelan a aceptar aquellas causas, abandonando sus ideales, sus compromisos, sus responsabilidades, y guiándose, no por aquello que le ha sido entregado como conocimiento para el bien de sus hermanos y de su propio espíritu, sino por lo que encanta al oído, a la vista nublada de las multitudes, relegando aquella Verdad, aquellas Leyes a un segundo plano, porque no es su prioridad. 

Os digo que, quien como siervo de Dios da cabida en su corazón a la adulación; su pecho se infla como globo por el orgullo, por la soberbia y por la vanagloria, empujándole a caminar altivo entre sus hermanos. Apartaos, alejaos de quien así actué, porque quien lo acompaña no es la voz del conocimiento, la razón ni la humildad, sino el capricho de una materia que no es capaz de ayudar ni a su propio espíritu. 

Son “ciegos guiando ciegos, y engañados ayudando a confundir a los más extraviados”. 

La Obra del Maestro Ismael, así como muchas enseñanzas que, en distintas latitudes, en distintos idiomas y en distintos tiempos el Padre Supremo ha concedido para el bien de la humanidad como los ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, enseñan el respeto hacia todo y hacia todos, teniendo como base, como pilar y como única oportunidad para limpiar el espíritu de las capas oscurecidas con las cuales se ha cubierto por las transgresiones del pasado y del presente; la moralización del espíritu, para que a través del reconocimientos de las faltas, del reconcilio, y mediante la Divina Ley del Perdón, los espíritus queden desligados y libres. Pero mientras se continúe señalando, juzgando, incentivando el odio, el rencor o los deseos de venganzas en el corazón de nuestros hermanos; y mientras no se dé el Perdón entre ofendido y agresor, entre espíritus encarnados y desencarnados, no podrá haber reconcilio, equilibrio, como tampoco paz ni libertad de los espíritus. 

La paz mundial, así como la armonía en los hogares, es y será una simple quimera, en tanto no se conozca y se enseñe desde la primera infancia en todo el plano Tierra, las Leyes que rigen el mundo espiritual y las causas derivadas de las malas inclinaciones, intolerancia, avaricia, envidia; así como la falta de respeto de hermano a hermano, porque de ahí nacen las obsesiones, las rivalidades, los deseos de venganza, y las PERSECUCIONES QUE VAN MÁS ALLÁ DE LA SEPULTURA.

No penséis hermanos de mi espíritu que pretendo confundiros o intimidaros; pero han de saber que aquel a quien hoy hacéis vuestro enemigo, mañana podrá sorprenderos desde la cuna, y en vuestro propio hogar como hijo, hermano, padre o madre carnal, para cobraros las ofensas recibidas, e infringiros tanto mal, dolor o sufrimiento como haya recibido de vosotros…Os invito a reflexionar sobre este tema para que seáis vigilantes en todo momento de vuestras acciones y decisiones, para que deis la importancia que realmente amerita, y decidáis reconciliaros a tiempo, de corazón, y mientras haya vida corporal, con todo aquel que se le haya causado mal, lo mismo con quién os haya hecho sufrir, para evitar recíproca e indefinidamente caer en el circulo perverso de pago y de cobro de deudas que encadenan a el espíritu en un ir y venir indefinido a este plano terrenal, dando lugar a las persecuciones, obsesiones espirituales, impidiendo así su evolución. 

Entonces; quienes conocen estas Leyes ¿Por qué se empeñan en confundir a Dios por otra cosa al llevar el hechizo en forma de oración

Hermanos de mi espíritu; por ningún motivo ni bajo ninguna circunstancia contribuyáis a propagar malas noticias; pues esto sólo aviva la llama del odio, del rencor y de los deseos de venganza. Sabed que vuestra injerencia en ello os hará instigadores y además culpables del mal que de ello derive, teniendo que dar cuenta también por ello ante el Supremo. 

Ajustaos a vuestro verdadero rol asignado en lo espiritual para no desvirtuar ésta hermosa Enseñanza; divulgad las semillas que dulcifican, que apaciguan el corazón exaltado, compartid el conocimiento que esté a vuestro alcance, no seáis talanquera ni piedra de tropiezo para ninguno de vuestros hermanos, huid del egoísmo, de la impostura, de la vanagloria, y brindad amor; dirigid las voluntades enardecidas hacia el Reconcilio y el Perdón, y no actuéis como el viento que aviva la llama que destruye. Sé los buenos siervos de aquella Majestad Divina, y enseñad que todos estamos llamados a volver a la diestra del Padre Supremo por graves que sean nuestros errores, siempre y cuando haya el arrepentimiento, Reconcilio, Perdón y reparación de las faltas cometidas. Clamad la luz para quien os odia, para quien os desea el mal, como también para el espíritu de quien se encuentren en penurias o que esté faltado a el respeto a sus hermanos; porque un verdadero soldado al servicio de Dios, es aquél que con amor guía por la senda de la luz al hermano extraviado, y con rectitud y buen ejemplo, da fielmente cumplimiento a los Mandatos Divinos y al Juramento hecho ante aquella Majestad Divina, no ante ninguna materia. 

INCLINARSE HACIA DIOS POR TODA LA HUMANIDAD, RECORDAR TANTAS DEUDAS QUE DEBEMOS CANCELAR ANTE DIOS Y CAUSA ESPIRITUAL

Perdonadme hermanos míos si halláis en mis palabras contradicción o dureza según vuestra apreciación; pero os digo, no me considero mejor que ninguno de vosotros, ni pretendo descalificaros, ni menospreciaros, ni mucho menos juzgar ningún actuar; “señalo el mal que aqueja a la humanidad; más no a el humano en sí"

Todo es un aprendizaje en la vida del hombre, porque así como los axiomas, que en apariencia agravia las dignidades por las grandes verdades que expone; pero que, una vez son bien asimilados, resulta una verdadera cura para el alma. Así mismo, cada experiencia amarga, cada error enriquece y provee de conocimiento al espíritu mediante la experiencia, para que éste aprenda a reconocer sus faltas, iniciando su liberación al dar paso en su corazón al arrepentimiento, y naciendo la necesidad de perdonar y ser perdonado. 

Tengamos siempre presente, que cada ofensa o mal producido por venganza, recelo, odio o envidia hacia nuestros hermanos, es una capa oscurecida que se retira al espíritu que perjudicamos, para echarla sobre nosotros mismos. 

Os digo; "si aprendiésemos a observar la majestuosidad del bosque, jamás intentaríamos dañar ni a uno sólo de sus árboles, porque comprenderíamos entonces, que aquel árbol y aquél otro, hacen parte del mismo vergel, y que dañar a uno, es dañar también a los otros. Entonces, si en verdad fuere nuestro anhelo el conocer y honrar a el Padre Supremo, tampoco nunca jamás, intentaríamos infringir mal a ninguno de nuestros hermanos, porque el Padre está en cada uno de sus hijos, y cada uno de sus hijos hace parte del Padre Supremo; entonces, quién ofende al hijo, termina ofendiendo también al Padre


Héctor Fabio Cardona
Santiago de Cali, mayo 23 de 2019.