(…) No hay secta mala; los malos son quienes dirigen al pueblo que no sabe por dónde van las Leyes Espirituales, Leyes de Dios que han sido enviadas miles y miles de años, pero no ha sido posible que las esclarezcan porque en cada ocasión que ha llegado un mensajero al terrestre lo han perseguido para destruirlo, y su Obra que ha dejado la han confundido, la han extraviado, quiero decir, la han tapado, la han convertido en COMERCIO.
En verdad digo que no es necesario vender las Leyes del Supremo Dios porque Él da el pan de cada día y paga a cada uno de sus siervos lo que le corresponde.
Si alguien estuviera interesado en la Ley de Dios, se preocuparía a extenderla sin comerciar con ella.
Cuántos hay que poseen las grandes cantidades de riquezas y olvidan que, si esto tienen, es porque de ello mismo pudiera imprimir esas Leyes y darlas a todo aquel amador de Dios. También publicarlas por todos los medios que en el terrestre existen…
Cuántos son los siervos de Dios que se ocultan entre el dinero, y sólo se acogen en el orgullo de poderes para humillar a otros…
Entonces ¿Qué ha de ser de la vida de estos ESPÍRITUS, que como siervos les han dado todo para divulgar las Leyes de Dios y han hecho lo contrario, han COMERCIADO con las Leyes de Dios el Padre Supremo? por la misma razón confunden esas Leyes y las tapan, para que nadie las comprenda.
Es muy visible que las Leyes Espirituales que esconden en los grandes álbumes, y como he dicho; las tapan, entonces ¿Quiénes son esos espíritus? Y luego, si sale algo a la luz por medio de otro, entonces dicen: ya eso lo sabíamos, porque hace miles de años que esto existe. y entonces ¿Por qué tienen al pueblo en la oscuridad? ¿Por qué?
Otros se ocupan de criticar a determinadas sectas y decir: la mía es la verdadera. En verdad les digo, Verdadera es la Ley Suprema de Dios, cuando se cumple y se hace cumplir.
Mientras se ocultan las verdaderas Leyes de Dios, otros toman en sus manos lo que hay en el terrestre para hacer perjuicios, y esto por falta de la verdad; porque habiendo la verdad, todo el mundo se preocuparía y conocería los misterios de la naturaleza, y nunca obrarían los malhechores, porque tendrían quien se opusiera para no permitir todos los destrozos que a diario están cometiendo
-Ismael Garzón Triana-