A aquel mi hermano en espíritu, que incomprensiblemente continúa deslegitimando mis palabras por el hecho de compartir la Enseñanza Estudios Astrales Espirituales Ante Dios con mis hermanos; le digo, no lo hagáis más, al menos, no sin antes brindarme la oportunidad de dialogar. Petición que he propuesto respetuosamente en un par de ocasiones sin obtener respuesta…y acusarme de confundir a mis hermanos por la mala interpretación que tengo de la Obra sin más tesis que vuestro parecer personal, unido al argumento inválido de no pertenecer a la cofradía, ciertamente no es correcto de vuestra parte.
Propongo, para actuar dentro del marco de la Ley Espiritual, así como de los Estatutos y Código interno de la Obra, abrir un diálogo público con aquellos mis hermanos que, según vosotros y vuestras pesquisas, he confundido, para que así puedan con conocimiento de causa y mi derecho legítimo a la defensa, decirme en que estoy fallando, o qué párrafo o sección de la Enseñanza estoy mal interpretando para poder responderos. Y si tal respuesta no fuere satisfactoria según la Ley, o si hallareis incoherencia de mi parte, pediré perdón primeramente al Padre Supremo, y acto seguido a mis hermanos por haber creado tal situación. Negarme esa posibilidad, es ir en contra de la esencia de la Obra del Maestro Ismael Garzón Triana, donde con palabras de su puño y letra ha dejado su Enseñanza para el bien de la humanidad, para que haya reconcilio y perdón entre los espíritus, no para abrir más brechas por caprichos de materias.
Entended hermanos de mi espíritu, que si exigís al mundo entero estar asociado para ser autorizado a hablar sobre los Estudios Astrales Espirituales Ante Dios, o si pretendéis que sólo vosotros tenéis la interpretación correcta de la Obra, ésta nunca se extenderá como fue el deseo del autor; pues imposible es, que la humanidad entera esté bajo vuestra supervisión y vigilancia porque; -Ningún hombre sobre la tierra puede decir: “sólo en mí esta Dios” porque esa chispa radiante que lleva en el corazón, es partícula de Dios; tampoco se puede decir que en mi iglesia sólo esta Dios, porque no es así; tampoco se puede decir, mi secta es la única en la cual Dios pone sus ojos y extiende su manto, porque en verdad el Universo es bañado y reconocido por aquél Padre Supremo- Dijo el Maestro Ismael.
El bien que ha concedido aquella Majestad Divina por intermedio de su amado hijo Ismael Garzón Triana para este plano terrenal, es superior a cualquier fuerza conocida o imaginada por hombre alguno, y nada ni nadie tiene el poder de impedir que este torrente, este manantial de agua fresca irrigue las mentalidades de los hijos de mi Padre, que se encuentren áridas, desérticas por la ignorancia producida por su propia culpa, y culpa de quienes los han guiado en el terrestre en su forma corporal.
Quién considere que ya ha saciado su sed de conocimiento en la Obra, quien considere que ya ha hecho bastante o suficiente al frente de ella, quien no pueda actuar con benevolencia, quien no pueda brindar amor, unión, comprensión y oportunidad a sus hermanos, debe de dar un paso al costado para no impedir que otros sacien también su sed, y adquieran el conocimiento de los Mandatos Divinos, no de la interpretación ambigua que el hombre imperfecto pueda tener de las Leyes Espirituales y Morales.
Ahora os pregunto; ¿Qué es aquello de la Obra del Padre Supremo, con lo cual estoy confundiendo a mis hermanos?
-Héctor Fabio Cardona-