sábado, noviembre 09, 2024

SAMAEL ARCÁNGEL



Ante la petición realizada, no por duda, sino ante la convicción y profundo respeto hacia el ARCÁNGEL SAMAEL, de mi muy apreciada hermana y amiga de mi espíritu, JULIANA VARGAS MUÑOZ, de estudiar, investigar, y profundizar sobre aquello que se le atribuye en desobediencia, ambición, maldad y oscuridad al ARCÁNGEL SAMAEL; luego de meses y muchas horas de trabajo, de indagaciones, consultas y comprobaciones en textos antiguos y modernos que cito puntualmente en el transcurso de este documento, os comparto con regocijo y amor en mi corazón, el fruto de un estudio profundo, serio y libre de pasiones o fanatismos, sin llegar en ningún momento a afirmar, que lo que aquí expongo sea la absoluta verdad, pues es esa una cuestión que está más allá de mi juicio, de mis capacidades humanas, intelectuales y espirituales, para asegurar tal cosa. Sin embargo, sí puedo decir que este trabajo será un punto importante de partida para aquellos que, impulsados por el anhelo de sus espíritus en profundizar, no solo sobre el ARCÁNGEL SAMAEL, sino, sobre todo aquello que no resuene en armonía con las Leyes Espirituales y el espíritu mismo, puedan un día dejar a un lado las especulaciones que tanto daño causan a una Enseñanza Espiritual.

Os pido disculpas por el largo tiempo trascurrido desde vuestra petición hasta mi respuesta, pero la prudencia de vital importancia, obró en mi juicio, pudiéndoos entregar un resultado claro, verificable y respetuoso con las tradiciones y creencias de nuestros hermanos.

NOTA ACLARATORIA:

No soy experto en textos sagrados antiguos ni modernos, ni en la Cábala ni en el Tanaj, ni en la Gnosis ni en teología, pero mis pesquisas me condujeron hasta estas Enseñanzas maravillosas, documentándome respetuosamente con su contenido. Así mismo, no es mi intención poner en duda ni desacreditar aquella verdad, sino obtener los elementos de juicio que me permitan comprender un poco, lo que mi espíritu anhela descifrar.

Tened paciencia, no os desesperéis hermanos míos sino entró inmediatamente en materia, pero el tema a tratar es tanto trascendental como delicado, por lo que no puede exponerse ligeramente; por el contrario, se hace necesario e indispensable investigar, seguir el rastro, ampliar, profundizar, explicar cada palabra, cada frase y párrafo contenida en cada obra de donde ha emanado tal afirmación, para constatarla con las Leyes Espirituales y determinar la procedencia de los hechos y argumentos que permitan separar la alegoría de la realidad, de aquello que se ha presentado a la humanidad como una verdad.

ORIGEN Y NOMBRE

SAMAEL, es un nombre que proviene del hebreo "סמאל", que puede traducirse como “Veneno de Dios” o “Dios ha ocultado”.

En muchas interpretaciones, Samael es visto como un Arcángel caído en la tradición judía, cristiana, y sobre todo dentro de las enseñanzas de la Cábala y otras corrientes esotéricas.

¿QUE ES LA CÁBALA?

La Cábala (o Kabbalah) es una tradición esotérica y mística que tiene sus raíces en el judaísmo, aunque también ha influido en diversas corrientes filosóficas y espirituales occidentales. Su principal objetivo es ofrecer una comprensión profunda y mística de la naturaleza de Dios, del Universo y del alma humana. La palabra Cábala, proviene del término hebreo Qabbalah, que significa recepción o transmisión, haciendo referencia a una enseñanza esotérica transmitida de maestro a discípulo.

LA NATURALEZA DE DIOS

En la Cábala, Dios (llamado Ein Sof, que significa el Infinito) es visto como un ser trascendente que se manifiesta en el mundo de formas y procesos accesibles a la mente humana. Uno de los principales textos cabalísticos, el Zohar, describe a Dios como una realidad inabarcable que se expresa a través de la creación.

EL ÁRBOL DE LA VIDA:

El Árbol de la Vida es una de las representaciones más importantes en la Cábala. Es una estructura simbólica que consta de diez sefirot (esferas o atributos Divinos) a través de las cuales Dios interactúa con el mundo. Estos sefirot se distribuyen en tres columnas (de la Misericordia, de la Severidad y de la Armonía) y reflejan diferentes aspectos de la creación, la espiritualidad y la divinidad.

EL PROPÓSITO HUMANO

En la Cábala, el ser humano tiene el objetivo de elevar su alma purificarla y unirse con Dios. Para ello, el estudio de los textos sagrados, la meditación y la práctica espiritual son esenciales. A través de la Cábala se busca comprender, cómo la humanidad puede lograr una unión con lo Divino.

LA INTERPRETACIÓN ESOTÉRICA DE LAS ESCRITURAS

Los cabalistas creen que la Biblia (especialmente el Tanaj, el texto sagrado judío) contiene significados ocultos y profundas enseñanzas espirituales que solo pueden ser comprendidas a través de un enfoque místico. El método cabalístico de interpretación es conocido como gematría, que implica el análisis numérico de las palabras hebreas para descubrir significados más profundos.

HISTORIA DE LA CÁBALA

La Cábala tiene sus orígenes en la antigüedad, pero se desarrolló de manera más formal entre los siglos XII y XIII en España y el sur de Francia, con figuras clave como ISAAC LURIA y MOSES DE LEÓN. Aunque inicialmente estuvo reservada para los sabios judíos, a lo largo de los siglos, la Cábala ha influido en diversas tradiciones y movimientos, tanto judíos como no judíos.

INFLUENCIA FUERA DEL JUDAÍSMO

La Cábala no solo se ha quedado dentro del contexto judío. Con el paso del tiempo, sus ideas y símbolos fueron adoptados y reinterpretados por diversas corrientes esotéricas y filosóficas, como el rosacrucianismo, la alquimia, el hermetismo y el misticismo cristiano. En los siglos XVI y XVII, la Cábala se convirtió en un campo de estudio para pensadores occidentales como Giordano Bruno y Johannes Reuchlin, y más tarde fue popularizada entre pensadores del Renacimiento y la Ilustración.

En la actualidad, la Cábala es estudiada tanto por personas interesadas en el misticismo como por aquellos que buscan comprender mejor las conexiones entre la espiritualidad y la ciencia; o bien, como una forma de autodescubrimiento y crecimiento personal.

PAPEL EN LA TRADICCIÓN JUDÍA Y EN LA CÁBALA

En la Cábala, el ARCÁNGEL SAMAEL es una figura compleja y ambigua. A menudo se le presenta como un Ángel de la justicia y muerte, relacionado con el Juicio Divino. En algunas versiones de los textos cabalísticos, el ARCÁNGEL SAMAEL se asocia con el Sephirot de Gevurah (justicia, severidad) y Binah (entendimiento), dos de las esferas del Árbol de la Vida que representan aspectos de disciplina, poder y control.

EL ÁNGEL DE LA MUERTE

En la tradición judía, el concepto del ARCÁNGEL SAMAEL no es tan claro ni uniforme como podría ser en otras figuras angelicales. Aunque el ARCÁNGEL SAMAEL aparece en algunos textos cabalísticos, su rol y naturaleza son interpretados de manera muy diversa.

AQUÍ ES DONDE SE ENCUENTRAN MUCHAS DE LAS ATRIBUCIONES SIN EVIDENCIA CLARA

ÁNGEL DE LA MUERTE Y DE LA JUSTICIA

En el pensamiento cabalístico el ARCÁNGEL SAMAEL, a menudo se asocia con el Ángel de la Muerte, quien es responsable de tomar las almas al final de su vida física. Es descrito como un ser que representa la severidad de Dios, su capacidad para ejecutar la Justicia Divina. En esta función, el ARCÁNGEL SAMAEL es considerado impersonal, simplemente llevando a cabo la Voluntad de DIOS sin motivaciones propias, y no necesariamente como un ser malévolo.

Sin embargo, no existe prueba histórica o teológica sólida que indique que el ARCÁNGEL SAMAEL en su rol de Ángel de la muerte, esté destinado a matar o causar sufrimiento. La interpretación de su rol se basa más en alegorías relacionadas con la muerte como un proceso necesario para la transformación espiritual, lo que puede verse como un símbolo de liberación más que de destrucción.

EL VENENO DE DIOS

El título del ARCÁNGEL SAMAEL, “Veneno de Dios”, refleja una interpretación de que él es tanto un instrumento de la misericordia de Dios al permitir la transición de las almas, como también una manifestación de la severidad Divina. El “veneno” no debe entenderse de forma literal, sino como una metáfora de su capacidad para purgar, sanar o disolver lo que ya no es necesario para el Plan Divino.

El término “veneno” en el nombre de SAMAEL, que en hebreo puede interpretarse como “veneno de Dios”, ha generado una gran cantidad de especulaciones. Algunas interpretaciones lo describen como un ARCÁNGEL que utiliza este veneno de forma metafórica, entendiendo que el veneno no es literal sino una alegoría de la purificación o la transformación. El veneno sería entonces lo que permite a las almas morir a su ego, sus pasiones y sus limitaciones para alcanzar una elevación espiritual. Sin embargo, esta idea de “veneno divino” ES ALGO MUY AMBIGUO PORQUE NO HAY BASES PARA SOSTENER QUE SAMAEL SEA UN ARCÁNGEL MALICIOSO O DESTRUCTIVO. Es una interpretación mística que busca ilustrar la paradoja de cómo algo que parece negativo, -la muerte, el veneno- puede ser parte de un proceso necesario para el crecimiento espiritual. Esta visión de “veneno” ha sido tema de debate porque no tiene una base en fuentes religiosas explícitas, sino que es más bien una alegoría mística adoptada en las corrientes esotéricas posteriores.

EL ARCÁNGEL SAMAEL EN LA TRADICIÓN CRISTIANA
-El SamaelDemoníacoen las Tradiciones Gnósticas y Cristianas-

En el cristianismo, el ARCÁNGEL SAMAEL aparece en algunos textos apócrifos y en algunas interpretaciones gnósticas. En la tradición gnóstica, el ARCÁNGEL SAMAEL tiene una visión más negativa; se le presenta a veces como un Ángel caído o incluso una figura malévola que, al igual que el dios del Antiguo Testamento, no es completamente benevolente. En estas visiones, el ARCÁNGEL SAMAEL es más bien un demonio o una figura que limita el conocimiento verdadero, como una especie de “dios menor” que está en oposición al Dios Supremo, el cual sería visto como un ser de luz y sabiduría infinitos.

El ARCÁNGEL SAMAEL en estas tradiciones, sería ese dios menor que crea el universo material, y por lo tanto sería responsable de la ignorancia y la oscuridad espiritual del mundo. Esta visión es muy negativa porque presenta al ARCÁNGEL SAMAEL como un ser que no facilita el crecimiento espiritual, sino que lo obstruye. Sin embargo, estas ideas son teorías gnósticas que no tienen fundamento histórico ni bíblico en la tradición judeocristiana, sino que emergen de corrientes místicas posteriores que reinterpretaron la narrativa religiosa.

EL ARCÁNGEL SAMAEL Y EL CONOCIMIENTO PROHIBIDO

Otro punto interesante de la tradición gnóstica es la asociación de Samael con el conocimiento prohibido o el despertar de la conciencia humana a través de la serpiente en el Edén. En algunas versiones de esta historia, Samael es identificado con la serpiente que otorga el conocimiento (la sabiduría) a Adán y Eva. A pesar de que esta serpiente es tradicionalmente vista como el agente de la tentación y la caída en las corrientes gnósticas, esa “caída” no se considera un pecado sino un despertar a la realidad de que el conocimiento es liberador.

Esta visión reconfigura completamente la historia bíblica del Edén, sugiriendo que el acto de desobedecer a Dios (comer del árbol del conocimiento) es un paso hacia la liberación espiritual. Esta interpretación, sin embargo, no es universalmente aceptada, y se trata de una reinterpretación esotérica que no tiene respaldo en la teología cristiana ortodoxa.

ANGEL CAÍDO YDIOS MENOR”:

En algunos círculos gnósticos, el ARCÁNGEL SAMAEL es considerado una especie de “dios menor” o "ángel caído", a menudo vinculado con la figura del Demiurgo. El Demiurgo en la cosmología gnóstica es un ser que, aunque inicialmente creado por Dios, se convierte en el creador del mundo material y el carcelero del alma humana. El Demiurgo está relacionado con el concepto de un dios autoritario que mantiene a las almas atrapadas en cuerpos materiales, impidiéndoles alcanzar el conocimiento verdadero.

¿QUÉ ES UN DEMIURGO?

El término demiurgo proviene del griego demiourgos (δημιουργός), que significa artífice o trabajador. En el contexto filosófico y religioso, el demiurgo es una figura que se asocia generalmente con la creación y el orden del Universo.

EN LA FILOSOFÍA PLATÓNICA

En la obra de Platón, especialmente en el Timeo, el demiurgo es un ser divino o una inteligencia cósmica que modela el mundo a partir de una materia caótica preexistente. Platón describe al demiurgo como un artesano racional que organiza y da forma a la realidad según principios ideales y perfectos, pero no crea el universo ex nihilo; es decir, no crea de la nada, sino que trabaja con la materia existente.

EN EL GNOSTICISMO

En las tradiciones gnósticas, el demiurgo adquiere una connotación más negativa. Se le ve como un ser inferior o incluso maligno, que crea el mundo material de manera imperfecta en contraste con el mundo espiritual que es considerado la verdadera realidad. En este contexto, el demiurgo suele ser visto como una especie de obstáculo para la salvación del alma, ya que su creación terrenal es vista como una prisión para los seres humanos.

EN EL PENSAMIENTO MODERNO

El término también se ha utilizado en filosofía y literatura contemporánea para referirse a cualquier figura o fuerza que actúe como creador o regulador del orden del mundo, aunque la connotación y el contexto varían dependiendo del autor y la tradición.

El demiurgo es el creador o artífice del universo, pero su papel y su naturaleza dependen mucho del sistema de creencias en el que se inserte.

CONTINUEMOS

Dentro del esoterismo, el ARCÁNGEL SAMAEL también está vinculado a la idea de la serpiente cósmica o el fuego serpentino, lo que puede relacionarlo con otros arquetipos como el de la serpiente en el árbol del conocimiento en el Edén, la serpiente que da la sabiduría, pero a un alto precio.

INTERPRETACIONES DEL ARCÁNGEL SAMAEL EN LA ALQUIMIA ESPIRITUAL

En la gnosis y en la alquimia espiritual, Samael tiene un papel relevante en la transformación del alma. El trabajo alquímico en este contexto no solo busca transformar metales en oro, sino la transmutación de los elementos internos del ser humano; sus pasiones, deseos y pensamientos. El ARCÁNGEL SAMAEL es un símbolo de la muerte al ego o a la personalidad inferior, la cual debe ser disuelta para alcanzar una conciencia superior.

RELACIONES CON OTRAS FIGURAS

Samael también es mencionado en algunas tradiciones como el esposo de Lilit, una figura mítica asociada con la independencia y la rebelión. Esta relación refuerza su asociación con la energía destructiva y al mismo tiempo con la creación de nuevas formas a partir de lo que muere o se destruye.

¿QUIÉN FUE LILIT?

Lilit o Lilith, es una figura mítica que proviene de diversas tradiciones religiosas y mitológicas, principalmente en la mitología judía, aunque su figura ha sido interpretada de diferentes maneras a lo largo de la historia. En algunas versiones de las leyendas, Lilit es descrita como la primera esposa de Adán, antes de Eva, aunque esta parte de la historia no aparece en la Biblia canónica, sino en textos apócrifos y en el Alfabeto de Ben Sira (siglo X). Su relación con Samael, el Arcángel caído, proviene principalmente de la Cábala y de tradiciones esotéricas posteriores donde se desarrolla su rol como una figura demoníaca y peligrosa.

ORÍGENES Y SIGNIFICADO DE LILIT

Lilit tiene orígenes en las tradiciones mesopotámicas, donde se le vinculaba con espíritus nocturnos y demonios. Su nombre en sumerio, Lillu, hace referencia a una figura demoníaca o espíritu nocturno. En la mitología hebrea y la Cábala, Lilit es una figura compleja que encarna la independencia, la sensualidad, y a menudo la rebelión contra la autoridad masculina, lo que la convierte en un símbolo de empoderamiento o amenaza, dependiendo de la interpretación.

LILIT Y EL ARCÁNGEL SAMAEL

En la tradición cabalística y en ciertos textos místicos judíos, Samael es considerado un Arcángel de la destrucción y uno de los principales Ángeles caídos. En algunas versiones de la leyenda, Lilit es la esposa del ARCÁNGEL SAMAEL, y juntos gobiernan sobre aspectos del mal y la oscuridad. Samael y Lilit tienen una relación simbólica en la que ella es vista como una figura poderosa y peligrosa, una representación de la mujer rebelde que se aparta de las normas tradicionales.

En algunos textos se dice que Lilit y el ARCÁNGEL SAMAEL fueron expulsados del paraíso juntos, en parte porque ella rechazó la sumisión a Adán en su vida anterior, y no aceptó ser una esposa subordinada. Esta narrativa refleja el concepto de que Lilit es una mujer autónoma, que no se somete a las normas establecidas por la creación tradicional, y que, en su asociación con Samael encarna tanto el peligro como la liberación.

EL ARCÁNGEL SAMAEL EN EL TAROT

En el Tarot, el ARCÁNGEL SAMAEL es a menudo asociado con la carta de la Muerte. Esta carta no debe interpretarse literalmente, sino como un símbolo de los finales que abren la puerta a nuevos comienzos. El arcángel Samael en este contexto, sería el Ángel que facilita el proceso de transformación profunda y purificación, indicando que una etapa de la vida está llegando a su fin para dar paso a algo nuevo.

El ARCÁNGEL SAMAEL es una figura extremadamente compleja y multifacética. Mientras que en la tradición judía y cabalística se le considera un agente de justicia y muerte, en otras corrientes esotéricas se le ve más como una energía cósmica transformadora que permite el renacimiento y la transmutación espiritual. El ARCÁNGEL SAMAEL puede ser considerado tanto como un Ángel severo, como un maestro que nos enseña a trascender las limitaciones de nuestro ser material para alcanzar la sabiduría y el entendimiento Divino.

A menudo, los textos religiosos y esotéricos incluyen visiones sobre Samael que no tienen una base verificable, sino que dependen más de mitos, alegorías y simbolismos. A través de estas interpretaciones, el ARCÁNGEL SAMAEL se ha convertido en un personaje ambiguo que en ocasiones se presenta como un ser luminoso de sabiduría y otras como una figura oscura y destructiva.

LO QUE NADIE HA PROBADO SOBRE EL ARCÁNGEL SAMAEL

Este segmento aborda la figura del ARCÁNGEL SAMAEL desde una perspectiva crítica, señalando su complejidad simbólica y la falta de evidencia verificable sobre las múltiples atribuciones que se le han hecho a lo largo de la historia.

Vamos a desglosarlo, contextualizarlo y profundizar un poco más en los elementos que aquí se mencionan.

La figura del ARCÁNGEL SAMAEL es compleja porque se ha convertido en un símbolo multifacético dentro de diversas tradiciones.

El ARCÁNGEL SAMAEL es una figura que aparece en varias tradiciones religiosas y esotéricas y en su representación, varía considerablemente dependiendo de la escuela de pensamiento que lo interprete. En el judaísmo, el nombre Samael, a menudo se asocia con un Ángel que tiene roles contradictorios; es tanto un Ángel de la muerte como una figura que actúa bajo la voluntad de Dios, a veces como ejecutor de castigos.

En el misticismo judío, particularmente dentro de la Cábala, el ARCÁNGEL SAMAEL puede estar relacionado con la severidad y el juicio, contrastando con otras figuras más benevolentes, como el Arcángel Rafael.

En el cristianismo, el ARCÁNGEL SAMAEL no es una figura comúnmente conocida, pero en algunos textos gnósticos y esotéricos se le ha relacionado con una especie de Ángel caído o una representación de un principio negativo que se opone a la luz divina. De hecho, en algunas tradiciones esotéricas, el ARCÁNGEL SAMAEL es considerado una figura que conecta la sabiduría oscura con la luz, lo que le otorga un carácter ambiguo y simbólico, a menudo relacionado con la transformación espiritual a través de la oscuridad o el sufrimiento.

En el esoterismo moderno, especialmente dentro de la Teosofía o de la Antroposofía, el ARCÁNGEL SAMAEL a veces es visto como un ser que guía al individuo a través de procesos de purificación interna, a menudo implicando una comprensión de la dualidad entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Sin embargo, muchas de las atribuciones sobre él carecen de pruebas verificables.

Este punto destaca la dificultad de verificar prácticamente las historias o enseñanzas sobre el ARCÁNGEL SAMAEL debido a que muchas de ellas provienen de textos místicos y esotéricos, los cuales no se adhieren a los criterios convencionales de evidencia histórica o teológica. Las tradiciones místicas y esotéricas, por lo general, se basan en la experiencia personal o colectiva de lo Divino, a menudo envuelta en simbolismo y en revelaciones que no pueden ser confirmadas a través de métodos científicos o históricos tradicionales.

Por ejemplo, en la Cábala, el ARCÁNGEL SAMAEL es descrito como un Ángel que puede estar relacionado con aspectos del mal o la sombra del alma humana, pero esta descripción se basa en interpretaciones filosóficas y místicas más que en pruebas reales, por lo tanto, su autenticidad histórica o teológica es cuestionada.

Gran parte de la información proviene de textos místicos y esotéricos que interpretan y reescriben historias religiosas sin evidencia empírica o teológica directa.

La tradición mística, esotérica o gnóstica se caracteriza por REINTERPRETAR, ADAPTAR y expandir las enseñanzas en formas que no siempre son verificables o coherentes con los textos sagrados convencionales. Esto no implica que las enseñanzas esotéricas carezcan de valor, sino que pertenecen a una tradición de conocimiento oculto o escondido, destinado a ser comprendido solo por aquellos que buscan una experiencia directa de la verdad espiritual.

Este es el riesgo que se corre al traer o llevar, fusionar e imponer creencias a una Obra, distinta a sus preceptos y corriente espiritual.

El misticismo, por ejemplo, suele ser más subjetivo y enfocado en la experiencia directa de lo Divino, y las descripciones de seres como el ARCÁNGEL SAMAEL pueden ser interpretadas de forma alegórica, simbólica o incluso al margen de la realidad histórica. Esto crea una brecha entre la interpretación teológica tradicional y la mística.

El ARCÁNGEL SAMAEL de la Cábala, no es simplemente un ser celestial con una misión específica, sino una representación de la acción de la divinidad que incluye la destrucción y la creación, un principio que reside en las fuerzas Cósmicas de la Justicia Divina.

EL ARCÁNGEL SAMAEL Y SU RELACIÓN CON LA TEOLOGÍA TRADICIONAL

El ARCÁNGEL SAMAEL en la tradición judía, a menudo se le describe como el Ángel de la muerte, pero esta figura es en sí misma paradójica; Mientras representa la destrucción, también tiene un papel esencial en el ciclo cósmico de la vida y la muerte. En algunos textos de la Cábala se le asocia con el Sephirá de la severidad (Gevurá), la cual es la energía cósmica vinculada con el juicio y la disciplina. En este sentido, el ARCÁNGEL SAMAEL no es un demonio por sí mismo, sino una fuerza que tiene la tarea de equilibrar la creación con la destrucción, un principio necesario para el orden del universo.

Este enfoque más dualista, de luz y sombra, es típico en muchas tradiciones esotéricas, donde los seres celestiales no son simplemente buenos o malos, sino que juegan roles complejos en un juego cósmico de equilibrio. Esta ambigüedad y riqueza simbólica han convertido al ARCÁNGEL SAMAEL en una figura fascinante para los estudiosos del misticismo y el esoterismo, aunque no se puede verificar su existencia o las historias asociadas a él desde un punto de vista real.

Esto resalta la dificultad que existe al tratar de comprender al ARCÁNGEL SAMAEL en términos históricos y teológicos convencionales debido a la naturaleza subjetiva y alegórica de la información proveniente de tradiciones esotéricas y místicas. El ARCÁNGEL SAMAEL se presenta como una figura compleja que desafía las categorías tradicionales del bien y el mal, y su interpretación depende en gran medida de la visión espiritual o esotérica de quien lo examine. Esta falta de pruebas verificables de la oscuridad que se le atribuye, no invalida su existencia como símbolo o arquetipo dentro de ciertas tradiciones, pero sí confunde y limita su comprensión dentro del marco teológico y empírico más amplio.

La idea del ARCÁNGEL SAMAEL como un Ángel caído o un Demiurgo, ES COMPLETAMENTE ESPECULATIVA, y pertenece a la tradición gnóstica. El concepto del ARCÁNGEL SAMAEL como el “veneno de Dios” también es una alegoría mística que depende de la interpretación subjetiva y no de una base teológica estricta.

El ARCÁNGEL SAMAEL es, por tanto, un símbolo potente de transformación, muerte y renacimiento espiritual, pero muchos de los detalles de su figura están impregnados de metáforas y creencias no verificadas que varían de una tradición a otra.

UNA PREGUNTA APROPIADA

Si los arcángeles han crecido espiritualmente en luz por medio de sus múltiples existencias y a través de sus acciones enmarcadas en el sentido más alto de la moral, que se han desligado de toda atadura, vicio y sentires propios del plano terrenal, ¿Cómo es que puede considerarse siquiera, que el ARCÁNGEL SAMAEL quiso superar a Dios, y que después de ser el de mayor luz, hoy se mire como un espíritu oscurecido? ¿Qué contradicción e incoherencia con respeto a las Leyes Espirituales es ésta?

El hecho de que el ARCÁNGEL SAMAEL, un ser de Luz haya sido visto como un ser que se oscurece o cae en su intento de superar a Dios, se refiere a una narrativa que no es parte de todas las tradiciones religiosas, sino más bien se encuentra en ciertas ramas esotéricas y místicas, especialmente dentro del gnosticismo y algunas corrientes de la religión cabalística.

EL CONCEPTO DE LA CAÍDA DEL ARCÁNGEL SAMAEL

En algunas tradiciones esotéricas, Samael es visto como un ser de gran luz que, por un acto de soberbia o deseo de poder, desafió el orden Divino y buscó ocupar el lugar de Dios, lo que le llevó a una caída. Este relato no es el único en las religiones o filosofías que tratan sobre la caída de seres espirituales, pues hay varios relatos sobre Ángeles o seres celestiales que caen en su lucha contra el orgullo o la vanidad.

Este relato tiene resonancias con la caída de Lucifer en la tradición cristiana, quien, según algunas interpretaciones desafió a Dios con su orgullo y fue expulsado del cielo convirtiéndose en el Diablo o Satanás. En algunos sistemas esotéricos, esta misma narrativa se aplica al ARCÁNGEL SAMAEL, quien, al igual que Lucifer, pierde su conexión directa con la Divinidad al intentar asumir un poder Divino por sí mismo.

Sin embargo, esta interpretación no es universal en todas las religiones ni en todas las corrientes esotéricas ni en todas las Filosofías Espirituales. Dependiendo de la tradición, el ARCÁNGEL SAMAEL puede ser considerado un Ángel caído, un ser que todavía tiene un propósito en el plano terrenal, o incluso una figura que desempeña un rol importante en la restauración del equilibrio cósmico.

LA PARADOJA DE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

Una de las características que hace compleja la figura del ARCÁNGEL SAMAEL en las tradiciones esotéricas, es la paradoja que representa. Si se considera que un Arcángel como Samael ha alcanzado un nivel muy elevado de luz, pero luego cae en la oscuridad debido a su deseo de superar a Dios o a su lucha con el orgullo, esto parece entrar en contradicción con la idea de que un ser espiritual perfecto no debería tener esos sentires o deseos que pertenecen al plano terrenal.

AQUÍ ES DONDE ENTRA EN EL TERRENO DE LA PARADOJA ESPIRITUAL

Muchas tradiciones místicas y esotéricas postulan que incluso los seres más elevados tienen la capacidad de caer debido a sus propias elecciones espirituales. En algunas enseñanzas, la caída de un ser de luz como el ARCÁNGEL SAMAEL, es vista como una lección para los seres humanos, un recordatorio de que, incluso los seres divinos pueden perder su camino si se dejan llevar por el ego, el orgullo o el deseo de poder.

Un Arcángel de gran luz cayendo debido a su deseo de superar a Dios, no es tanto un error o incoherencia dentro del marco de estas corrientes esotéricas, sino más bien una forma de expresar la dualidad que también se encuentra en la naturaleza humana; la capacidad de ascender hacia la perfección, pero también el riesgo de caer debido al ego, la arrogancia y la soberbia.

PREGUNTA: ¿Qué religión dio origen a esta incoherencia espiritual?

RESPUESTA: Esta narrativa no pertenece a una religión en sentido estricto, sino más bien a ciertas interpretaciones esotéricas dentro de tradiciones más amplias como el gnosticismo y las enseñanzas cabalísticas que han sido influidas tanto por el judaísmo, el cristianismo, como por la filosofía helenística. En estos sistemas las historias de caídas espirituales, luchas entre la luz y la oscuridad, y los deseos de poder de los seres divinos o angelicales son usadas para ilustrar lecciones espirituales sobre el libre albedrío, el ego y el propósito de la vida.

Este tipo de relatos no es parte de las enseñanzas dogmáticas de religiones como el cristianismo ortodoxo, el judaísmo o el islam, sino más bien de interpretaciones místicas y alegóricas que buscan dar una explicación más profunda a la lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, y el papel del ser humano en el cosmos.

La figura del ARCÁNGEL SAMAEL tiene sus raíces en las tradiciones gnósticas y esotéricas más que en las religiones principales. En estos sistemas el Arcángel o ser Divino que cae debido a su arrogancia y deseo de superar a Dios, es un símbolo de la lucha interna que todos los seres espirituales, incluso los de mayor luz pueden enfrentar. Esta narrativa no refleja una incoherencia inherente en la religión misma, sino más bien una interpretación simbólica o mística que busca explicar las dinámicas del libre albedrío, la caída espiritual y la dualidad del ser.

PREGUNTA: Si este relato se creó con la intención de ilustrar a las personas sobre el orgullo, sobre el bien y el mal, sobre la luz y la oscuridad; ¿No es razonable pensar, que eso resultó contraproducente, ya que, si un Arcángel puede caer en la oscuridad, que motivación podría tener el ser humano para avanzar en su evolución? Además; ¿Cuánta confusión e incredulidad sembraron sobre las Leyes Espirituales y sobre el mismo ser del Arcángel Samael, con esta incoherente alegoría? ¿Por qué valerse de una mentira para enseñar la Verdad?

RESPUESTA: Ciertamente, si se utiliza el relato de un ser como el ARCÁNGEL SAMAEL o la caída de un ser de luz para ilustrar el peligro del orgullo, la soberbia o el deseo de poder, podría resultar contraproducente, especialmente si se interpreta de manera que el ser humano; es decir, un espíritu encarnado, sienta que su esfuerzo por avanzar espiritualmente es inútil o insignificante debido a la posibilidad de caer, incluso si aspira a la perfección…

EL PROPÓSITO DE ESTAS NARRATIVAS

Muchos relatos místicos, cabalísticos o gnósticos sobre la caída de los Arcángeles o seres elevados como Samael, no pretenden que el ser humano se desanime. Más bien, su objetivo es ilustrar el libre albedrío y las consecuencias de las decisiones equivocadas, pero también ofrecer un espacio para la redención y la evolución continua. En este sentido, la figura del Arcángel caído puede ser vista como una advertencia que señala que el proceso de evolución espiritual no es lineal ni está exento de riesgos. Sin embargo, la historia de la caída también abre la posibilidad de aprendizaje y transformación, sugiriendo que el camino espiritual es un proceso dinámico, lleno de desafíos y lecciones, donde los errores pueden llevar a la redención o al reencuentro con la luz.

¿CÓMO PUEDE SER ÚTIL ESTA NARRATIVA PARA LA MOTIVACIÓN HUMANA?

La motivación para el ser humano no necesariamente tiene que basarse en una visión idealizada de la perfección espiritual sin obstáculos, sino en la superación personal constante. Aquí hay algunas maneras en las que la historia del arcángel caído, si es interpretada correctamente, puede servir como motivación:

EL LIBRE ALBEDRÍO COMO FUERZA TRANSFORMADORA

Aunque la historia de la caída del ARCÁNGEL SAMAEL muestra los riesgos del ego, también muestra el poder del libre albedrío: la capacidad de elegir el camino que uno sigue. Un Arcángel como Samael, por ejemplo, no cae porque sea una figura predestinada al mal, sino porque en un momento ejerció su libertad de elegir mal. Esto sugiere que cada ser, incluso el más elevado, tiene la capacidad de elegir, y la caída no es una condena definitiva, sino una lección sobre la importancia de elegir correctamente.

LA POSIBILIDAD DE REDENCIÓN Y APRENDIZAJE

Un aspecto clave en muchas tradiciones espirituales es que, aunque la caída puede ocurrir, también existe la posibilidad de recuperación y de aprendizaje a partir del error. La narrativa del ARCÁNGEL SAMAEL y otros seres caídos puede ser vista en este contexto como un recordatorio de que incluso cuando uno cae, hay espacio para el perdón, la transformación y la evolución espiritual. Esto podría ser un incentivo para las personas a seguir luchando por su evolución, sabiendo que el error no es el final, sino una oportunidad para aprender y crecer.

LA IMPORTANCIA DEL EQUILIBRIO Y LA HUMILDAD

Si los seres espirituales más elevados pueden caer debido al orgullo y la arrogancia, esta es una invitación a trabajar en la humildad y en la autoconciencia. En lugar de desmotivar al ser humano, el relato puede servir como un recordatorio de que la evolución espiritual no está garantizada sin esfuerzo. Es un llamado a la autodisciplina y a la reflexión constante sobre nuestras propias motivaciones.

EL CAMINO COMO UNA SENDA DE CONSTANTE TRANSFORMACIÓN

En lugar de presentar la evolución espiritual como un camino recto hacia la perfección, la narrativa de la caída podría mostrarse como una historia de lucha y de proceso. Es decir, el ser humano no necesariamente va a ser perfecto de inmediato, pero sí puede avanzar paso a paso, aprendiendo de sus errores. Las caídas y los fracasos se convierten en parte integral del camino hacia la iluminación.

EL ENFOQUE POSITIVO

Si tomamos una perspectiva de espiritualidad positiva, el relato del ARCÁNGEL SAMAEL o de cualquier Arcángel caído, podría reinterpretarse para enfocarse más en el potencial de crecimiento continuo. El ser humano no tiene por qué ver en estas historias un motivo para rendirse, sino una invitación a adaptarse, a aprender de los errores y a seguir avanzando, siempre con la humildad de saber que el camino espiritual es largo y no siempre fácil, pero que cada paso adelante es valioso.

LA VISIÓN INTEGRAL DE LA ESPIRITUALIDAD

Muchas corrientes espirituales como el budismo y algunas teologías progresistas, sugieren que la verdadera evolución espiritual no está exenta de dificultades, pero es el proceso mismo lo que cuenta. La caída de un Arcángel no tiene que ser el fin de su historia. De hecho, podría verse como un recordatorio de que en la vida humana también habrá desafíos, pero que, a través del aprendizaje y la transformación personal podemos superar incluso las adversidades más grandes.

Destacar un Arcángel que cae, especialmente uno que ha alcanzado grandes niveles de luz, puede resultar desmotivadora si se interpreta de manera literal o fatalista. Sin embargo, cuando se enfoca de forma correcta, como un símbolo del libre albedrío y una lección sobre la importancia de la humildad y la evolución espiritual, esta narrativa puede servir de advertencia, pero también de inspiración. El ser humano no tiene por qué ver en estas historias un destino inevitable de caída, sino una oportunidad constante para aprender, crecer y transformarse.

La caída no tiene que ser el final; más bien, puede ser el comienzo de un proceso de transformación hacia un mayor entendimiento y una mayor luz.

EL RIESGO DE LA NARRATIVA DEL ARCÁNGEL CAÍDO

En las tradiciones esotéricas o místicas que abordan la caída de los Ángeles, y en especial la caída de seres tan elevados como los Arcángeles, se presenta una PARADOJA. Por un lado, los relatos sobre caídas espirituales como la de Samael, Lucifer o incluso el propio Adán y Eva en la tradición judeocristiana, se utilizan para advertir sobre los peligros del orgullo, el ego y la desviación del camino recto. Sin embargo, cuando un ser que es descrito como de luz perfecta o casi divino, cae en la oscuridad, eso puede generar una serie de preguntas e inquietudes, que pueden ser contraproducentes para el avance espiritual de los seres humanos.

Si un Arcángel que ha alcanzado una enorme cercanía a Dios gracias a su perfección, puede perder su camino, esto podría hacer que las personas se sientan desmotivadas, inseguras o incluso temerosas de intentar avanzar espiritualmente, ya que parecería que nadie, ni siquiera los seres más elevados están a salvo de caer. De hecho, podría generar una sensación de desesperanza al pensar que el esfuerzo humano por la perfección es frágil e incierto, especialmente cuando se muestra que incluso los seres más poderosos y elevados tienen la posibilidad de sucumbir al mal.

Ahora, si bien esta narrativa puede tener un valor simbólico como advertencia contra el orgullo y la arrogancia, y como lección sobre la importancia de la humildad, se hace necesario crear un matiz, un antídoto urgente contra este veneno oscuro para evitar que la gente se sienta derrotada o desmotivada por una alegoría, que desde el punto de vista espiritual carece de fundamento, y que más que incentivar, confunde ante la incoherencia de un mito que crearon como una gran verdad.

LA VERSIÓN DEL ESPIRITISMO

En el espiritismo, en el conocimiento y Obras del Maestro Allan Kardec, del Maestro Ismael Garzón Triana, de León Denis, y de tantos otros Maestros, se aborda sin sofismas, sin alegorías que, si un espíritu evolucionado encarna; fíjate bien, encarna, lo hace como parte de una misión espiritual, no como parte de proceso de evolución; luego, si equivoca su camino por los sentires de la materialidad cuando su espíritu está prisionero en un cuerpo físico, bien podría desviar el camino y quedar sujeto a la encarnación hasta tanto no supere dicha falta a la moral. Esto como espíritu encarnado; pero no como Espíritu desencarnado Mensajero de Dios, sin ningún tipo de apego por la materialidad. Entonces, es prácticamente improbable que se dejara seducir o tentar por la materia cuando no hace parte del mundo material.

En el espiritismo se entiende que los espíritus evolucionados que encarnan lo hacen con una misión espiritual y están sujetos a los desafíos que trae la vida en el plano material. Sin embargo, el hecho de que, una vez desencarnados, los espíritus evolucionados ya no estén atados a las influencias materiales genera una perspectiva diferente.

Vamos a analizar esto con más detalle para comprender cómo encajan estos puntos con la idea de que un ser espiritual muy evolucionado como el ARCÁNGEL SAMAEL podría caer o desviarse de su camino:

LA ENCARNACIÓN Y LA MISIÓN ESPIRITUAL SEGÚN EL ESPIRITISMO

Según el espiritismo, los espíritus se encarnan para aprender y evolucionar, y la encarnación en el plano físico es una oportunidad para el aprendizaje, pero también un riesgo. Los espíritus más evolucionados pueden encarnar con la misión de ayudar a otros con la expansión de su conocimiento, y de asumir responsabilidades en el mundo material. Durante este proceso el espíritu se enfrenta a las limitaciones, debilidades y pruebas que presenta el cuerpo físico, lo cual puede hacer que incluso un ser evolucionado se vea tentado o influenciado por los sentires y pasiones del plano material. Esto es una prisión temporal que puede hacer que el espíritu se desvíe de su camino y quede atrapado en el ciclo de reencarnaciones hasta que logre superar sus propias debilidades o faltas morales.

La clave aquí, es que el cuerpo físico y la materia representan un desafío y una tentación para el espíritu, incluso si este ha alcanzado niveles elevados de evolución. De hecho, la reencarnación en el mundo material tiene ese propósito: permitirle al espíritu evolucionar enfrentando pruebas y tentaciones que le ayudan a superar las imperfecciones y a perfeccionar su moralidad.

EL ESPÍRITU DESENCARNADO Y LA LIBERTAD DEL MUNDO MATERIAL

En contraste, una vez que el espíritu desencarna, se libera de las ataduras de la materia. Según la doctrina espírita, un espíritu evolucionado ya no tiene las mismas vulnerabilidades a las tentaciones materiales o a los sentires mundanos que tiene cuando está encarnado. Es decir, cuando un espíritu ha alcanzado un nivel elevado de evolución y ya no está sujeto a las limitaciones físicas del cuerpo, su moralidad está mucho más afinada y nítida, porque su conexión con DIOS se ha fortalecido. Ya no está influenciado por los deseos, apegos o impulsos que son comunes en la vida terrenal.

Por lo tanto, según la doctrina espírita, un espíritu desencarnado que ha alcanzado un alto grado de evolución no debería ser seducido por la materia o caer nuevamente en el error. La tentación de superar a Dios, o de caer en un estado de egoísmo o vanidad, parece contradecir la idea de un espíritu elevado que ha superado esos aspectos de la naturaleza humana.

LA CAÍDA DE LOS ESPÍRITUS EVOLUCIONADOS
¿Una Dificultad para el Espiritismo…?

Aquí es donde la incoherencia entra en juego. En muchas narrativas místicas como la del ARCÁNGEL SAMAEL o Lucifer, seres espirituales que son elevados o de gran luz, caen debido al orgullo, el deseo de poder o la arrogancia. Sin embargo, en la perspectiva espiritista, un espíritu que ha alcanzado un alto grado de evolución ya no tiene esos apegos materiales que lo arrastren a una caída. De hecho, en el espiritismo, la caída no es vista como un castigo permanente sino más bien como un proceso de aprendizaje. Si un espíritu encarnado comete errores y se desvía, su reencarnación será una oportunidad para rectificar su camino, pero no es probable que ese mismo espíritu evolucionado una vez desencarnado, pueda ser seducido por las mismas tentaciones de la materia, ya que su conciencia vibra en gran armonía con los principios Divinos.

LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL CONTINUA

En el contexto del espiritismo, la evolución espiritual es continua y no tiene un fin definitivo en este plano. La idea es que los espíritus van progresando y ascendiendo, superando poco a poco las pruebas que les corresponden en cada existencia hasta alcanzar niveles de pureza donde ya no necesitan reencarnar.

Esta visión está muy alejada de la idea de que incluso un ser extremadamente elevado pueda “caer” de nuevo en el error o desviarse de su camino Divino, como podría sugerir el relato del ARCÁNGEL SAMAEL o EL DE LUCIFER.

Por lo tanto, en la perspectiva espírita, la historia de un ser de luz que cae o se desvía hacia la oscuridad, es incompatible con la noción de un espíritu que ya ha trascendido las tentaciones de la materia y ha alcanzado un nivel de evolución moral que lo coloca más allá de esos peligros. En el espiritismo se considera que, si bien todos los espíritus pueden cometer errores en su camino, una vez que han alcanzado un cierto nivel de perfección, esos errores no se repiten, ya que el espíritu está liberado de los apegos y apetitos vulgares de la materia.

¿CÓMO SE RELACIONO ESTO CON EL CAMINO DE LA LUZ?

La caída de un Arcángel como Samael, EN TRADICIONES DOGMÁTICAS O MÍSTICAS, puede verse como una advertencia sobre el peligro de la soberbia y el deseo de poder. Pero en el espiritismo, un ser evolucionado ya liberado de los apegos de la materia, se orienta hacia una misión de amor y bien. Si bien es cierto que un espíritu EVOLUCIONADO, SUPERIOR, puede equivocarse en su misión mientras está encarnado; ciertamente es una quimera pensar que, una vez liberado de los apegos materiales, de su corporeidad, y de regreso triunfal a la diestra del Padre Supremo, caiga nuevamente en los mismos errores. Esto coincide con la idea de que el camino espiritual es un proceso de ascenso constante, en el cual los espíritus no solo pueden superar sus fallos cuando encarnan, sino que, con el tiempo adquieren una visión más clara de su misión espiritual y del Plan Divino.

En resumen, la narrativa de un Arcángel o espíritu Superior que cae, como la del ARCÁNGEL SAMAEL, es ciertamente más acorde con ciertos sistemas esotéricos o tradicionales que presentan la caída como parte de una lucha cósmica entre la luz y la oscuridad. Sin embargo, en la perspectiva espírita, esa misma caída resulta improbable para un espíritu ya evolucionado, ya que una vez que un espíritu ha alcanzado un nivel de pureza y luz, su conexión con DIOS es tal, que no se ve afectado por las tentaciones materiales, y su moralidad se encuentra firmemente establecida.

El espiritismo enfatiza que los seres espirituales Evolucionados o Superiores, no están atrapados en una lucha eterna de caídas y redenciones, sino que están en un camino de ascenso constante hacia un mayor entendimiento y perfección. La tentación y el ego pueden ser desafíos durante la encarnación, pero una vez desencarnados y evolucionados, los espíritus ya no están sujetos a esos mismos riesgos. Esto puede ofrecer un enfoque más esperanzador y motivador para la evolución humana, al sugerir que el camino hacia la perfección no es solo posible, sino que es alcanzable con el tiempo, el esfuerzo y la transformación moral.

CONCLUSIÓN:

De acuerdo a las Leyes Espirituales, la caída del ARCÁNGEL SAMAEL es una desatinada alegoría que, en vez de brindar claridad sobre la verdad de la Ley de Dios, sólo trajo confusión, desesperanza y temor; porque existiendo la verdad, ¿Para qué valerse de la mentira para darla a conocer?

No creáis nada de lo que aquí os comparto; más bien, investigadlo

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-



jueves, octubre 24, 2024

PARA EL QUE ACABA DE NACER O ESTÁ POR LLEGAR


SON EL SOL, LA LUNA, LAS ESTRELLAS QUE OFRECEN LA LUZ, Y LOS ASTROS DE LA CREACIÓN PARA EL QUE PRINCIPIA ESTA MISIÓN.

NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS.

Dice el Maestro Allan Kardec en sus maravillosas Obras, que los espíritus son seres inteligentes que pueblan el Universo, y están en constante evolución. Se considera que cada espíritu tiene una Chispa Divina, y por ende, una conexión intrínseca con Dios. Esto coincide plena y coherentemente con la Enseñanza del Maestro Ismael Garzón Triana, de que los espíritus son partículas de Dios.

La evolución espiritual es un proceso gradual, donde los espíritus encarnan en diferentes cuerpos, en diferentes razas y en distintas cruzadas para aprender, experimentar; y a través de sus buenas elecciones y decisiones, desarrollar su luz interior; es decir, ganar luz para su espíritu hasta convertirse en estrella.

LA LUZ COMO SÍMBOLO DE EVOLUCIÓN.

La afirmación de que los espíritus que se convierten en estrellas es poderosa. Tanto en la Enseñanza del Maestro Ismael, como en la de los Maestros Allan Kardec y León Denis, la luz representa el conocimiento, la moralidad y la sabiduría que un espíritu acumula a lo largo de muchas vidas. Cuanto más avanza un espíritu en su camino de aprendizaje, más luz irradia. Así, la imagen de los espíritus como el Sol, la Luna y las Estrellas, puede interpretarse como un reflejo de su proceso evolutivo: Los espíritus puros emiten una luz tan intensa como las estrellas; mientras que otros, que están en etapas más tempranas de desarrollo, reflejan una luz más tenue como los luceros, y los más atrasados pierden hasta su colorido.

Desde tiempos inmemoriales, el Sol ha sido venerado como la fuente primordial de vida y energía. En muchas tradiciones simboliza el principio de la creación, la conciencia universal y el amor Divino. La luz del Sol es una perfecta alegoría que representa la claridad, la vitalidad y el propósito. A su vez, la Luna, con su luz suave y cambiante, nos recuerda la importancia de la introspección, la conexión con nuestras emociones y la sabiduría que brota del silencio.

Más aún; dice el Maestro Ismael en su Enseñanza: “En las noches calladas, cuando la Luna con su radiante luz nos cubre y da frescura a toda la creación; así como el Sol y como los otros Astros que forman cada cuerpo, y la Luz del Espíritu lleno de sabiduría”

Las estrellas dispersas en la vastedad del cielo, no solo son cuerpos celestes; son puntos de guía en nuestra existencia. Cada estrella puede interpretarse como un faro de esperanza, un recordatorio de que siempre hay algo más allá de lo que vemos. En el contexto de los espíritus y el espiritismo, estos cuerpos celestes no son meras entidades físicas, sino energías que influyen en nuestra vida espiritual. La idea de que estos astros ofrecen luz a quienes inician su misión en la vida, subraya el hecho de que cada nuevo comienzo está acompañado de apoyo espiritual.

El firmamento se ve estrellado de noche. En partes algunas, figuras hechas con estrellas. Estas figuras son un conjunto de amigos de igual categoría, que se regocijan. Los Luceros y las Estrellas son espíritus de Luz, que lucen de noche, y muestran a los bajos sus colores relucientes. Por lo cual se puede ver que estos se movilizan, aunque en el terrestre las gentes no creen, porque no le han puesto cuidado a la belleza que Dios extiende sobre los habitantes". Dijo el Maestro Ismael.

LA LUZ COMO CONOCIMIENTO.

En muchas tradiciones espirituales, la luz simboliza el conocimiento y la sabiduría. En el espiritismo, el Maestro Allan Kardec, enseña que el conocimiento es fundamental para la evolución del espíritu. A medida que un espíritu aprende y comprende las Leyes espirituales, y actúa de acuerdo a ellas, su luz interior se intensifica. Esto implica que el crecimiento espiritual está íntimamente ligado a la búsqueda de la verdad y la comprensión de uno mismo y del mundo que nos rodea. La luz, entonces, se convierte en una representación del avance intelectual y moral del ser.

LA LUZ COMO MORALIDAD Y ÉTICA.

Además del conocimiento, la luz representa la moralidad y la ética. En este sentido, las decisiones que un espíritu toma en sus encarnaciones impactan directamente en su nivel de luz. Las acciones altruistas, la compasión y el amor hacia los demás, son fuentes de luz que enriquecen al espíritu. Por otro lado, las decisiones egoístas o dañinas opacan esa luz. La evolución, entonces, se manifiesta en el desarrollo de un carácter ético, moral, y en la capacidad de actuar en beneficio de otros, lo que lleva a un mayor resplandor espiritual.

LA LUZ EN EL PROCESO DE REENCARNACIÓN.

El proceso de reencarnación es clave en el espiritismo. Cada vida proporciona al espíritu la oportunidad de aprender y crecer. La vida en la Tierra es un campo de pruebas y expiación, donde los espíritus pueden enfrentar desafíos y desarrollar virtudes. A través de experiencias, retos y relaciones, el espíritu puede ganar luz. La luz se incrementa no solo por el conocimiento adquirido, sino también por el aprendizaje a partir de los errores cometidos. Cada vida es una etapa en el viaje hacia la perfección, y cada experiencia ilumina el camino hacia una mayor comprensión y evolución.

La luz también simboliza la interconexión entre todos los seres. Cuando un espíritu evoluciona y emite luz, impacta a otros espíritus a su alrededor. La luz, en este sentido, se convierte en un vínculo que une a todos en un mismo camino de evolución. En el contexto del cosmos, cada estrella representa no solo a un espíritu evolucionado, sino también el efecto que su luz tiene en la comunidad espiritual. Este principio de interconexión sugiere que la evolución individual contribuye al bienestar colectivo.

LA LUZ COMO META FINAL.

La luz puede ser vista como la meta última de la evolución espiritual. En el espiritismo, se entiende que el propósito de la vida es acercarse a Dios, y eso implica convertirse en un ser de luz, reflejando la esencia Divina. La búsqueda de esa luz es un camino de transformación, donde el espíritu se despoja de limitaciones y se alinea con la naturaleza del espíritu Divino de Dios. La idea de convertirse en una estrella resuena con la aspiración de alcanzar un estado de pureza y plenitud absoluta.

La luz como símbolo de evolución abarca el conocimiento, la moralidad, el proceso de reencarnación, la interconexión y la búsqueda de la Verdad. A medida que los espíritus avanzan en su camino de desarrollo, su luz se intensifica, reflejando su crecimiento y transformación. Este concepto resuena profundamente en las maravillosas Obra de los Maestros Allan Kardec, de León Denis, y en la filosofía espiritual en general, subrayando que la evolución es un viaje continuo hacia una mayor comprensión, amor y conexión con Dios.

PROGRESO ESPIRITUAL.

El progreso del espíritu es un proceso continuo. Al encarnar, el espíritu comienza una nueva etapa de aprendizaje. Durante esta vida, enfrenta situaciones que le permitirán superar sus debilidades, corregir errores pasados y adquirir nuevos conocimientos. Por lo tanto, los espíritus son responsables de su propio avance, ya que sus acciones en vidas anteriores influyen en sus condiciones actuales.

LA MISIÓN DEL ESPÍRITU.

Cuando un espíritu principia su misión, se refiere a que inicia un nuevo ciclo de aprendizaje y contribución en el mundo físico. Cada encarnación puede tener un propósito específico, que puede estar relacionado con ayudar a otros, cumplir un papel social o desarrollar una habilidad particular. Así, cada vida es vista como una oportunidad para cumplir una tarea, una misión personal y colectiva.

LLEVANDO PARTICULA EN EL CORAZÓN, TEMPLO DE DIOS, ESTACIÓN DE SABIDURÍA.

EL CORAZÓN es considerado el asiento de las emociones, es también el hogar del espíritu. En este contexto, la partícula se refiere a la Chispa Divina presente en cada uno de nosotros, una representación de la conexión directa con Dios. Este Templo de Dios y Estación de Sabiduría, no es simplemente un espacio físico, sino también, un espacio interno donde reside nuestra esencia más pura. Aquí, cada pensamiento, cada sentimiento y cada acción se entrelazan formando un vínculo íntimo con el Universo Entero.

La orientación de que el corazón es una Estación de Sabiduría, enseña que el verdadero conocimiento emana del corazón; es decir del espíritu, que es profunda y trasciende las limitaciones de la mente racional. Es la sabiduría del amor, de la compasión y de la empatía que nos guía en nuestras relaciones y decisiones, aprendizaje de muchas experiencias en muchas cruzadas. Además, subraya la importancia de cultivar esta relación interna y espiritual.

El espíritu es inmortal y atraviesa múltiples existencias en su camino hacia la perfección. Esta partícula Divina no solo nos conecta con Dios, sino que además es responsable de nuestra evolución espiritual.

ESTACIÓN DE SABIDURÍA.

El verdadero conocimiento reside en el espíritu. El Maestro Allan Kardec enfatizaba que la sabiduría se manifiesta a través de experiencias y relaciones humanas, y que la empatía, la compasión, el amor y la Caridad son fundamentales para nuestra evolución, y estas cualidades emergen del corazón.

En resumen, el corazón como Templo de Dios y Estación de Sabiduría, refleja una profunda verdad espiritual: nuestra esencia más pura reside en nuestro interior y se manifiesta a través de la bondad, el amor y la comprensión. La sabiduría que emana del corazón nos guía en nuestro camino hacia la evolución y la conexión con el Universo. Cultivar esta relación con nuestro corazón y el espíritu que en él habita, es esencial para nuestro crecimiento personal y espiritual.

POR LO CUAL SE PIDE EN ESTE DÍA EL ÁNGEL GUARDÍAN O EL GUÍA.

Los Espíritus Superiores guían y asisten a los espíritus encarnados. Estos guías ayudan a las almas a recordar sus misiones, y les orientan en su desarrollo espiritual. La conexión con estos espíritus puede ser una fuente de inspiración y apoyo en el camino de cada individuo.

La invocación del Ángel Guardián es un acto de reconocimiento de la asistencia espiritual que nos rodea. Cada ser humano, desde su nacimiento, está acompañado por un Guía Espiritual que lo protege y orienta. Este Ángel representa la sabiduría acumulada de muchas vidas, un ser que ha transitado el camino de la evolución espiritual, y que ahora actúa como faro en nuestro viaje.

Al solicitar la presencia de este Guía, estamos abriendo nuestro corazón a la ayuda de Espíritus Superiores. Es un acto de humildad y de entrega, reconociendo que, aunque somos responsables de nuestro propio camino, no estamos solos en él. Este Ángel, en su amor incondicional, se convierte en un puente entre lo humano y lo espiritual, recordándonos que siempre podemos buscar ayuda y consejo en momentos de incertidumbre, de desamparo y persecución espiritual, que ante las acciones negativas o desequilibradas cometidas en vidas anteriores, generan consecuencias en la presente vida, donde cada acción tiene una repercusión, y cada alma debe enfrentar las consecuencias de sus propios actos.

Cuando un espíritu reencarna, trae consigo el bagaje de sus vidas pasadas; tanto sus virtudes como sus errores. Las faltas cometidas en el pasado pueden manifestarse en forma de COBROS ESPIRITUALES, colocando al espíritu deudor dificultades como agobios, perturbaciones, sufrimientos, persecuciones, enfermedades y dolor en la vida actual, que son pruebas o expiaciones que el alma debe enfrentar para aprender y evolucionar.

Muchos sufrimientos pueden significar, muchas deudas morales que debe resolver. Por ello, el Guía Espiritual, en estos casos, está presente para ayudar a que la persona no se pierda en el sufrimiento o el desánimo, y para que pueda tomar las decisiones necesarias para saldar dichas deudas y avanzar espiritualmente.

Un espíritu puede encarnar con mucha luz, lo que implica un grado elevado de evolución espiritual, y su misión puede ser más compleja, involucrando tareas de ayuda a los demás o contribuciones al bien común. Sin embargo, incluso los espíritus más avanzados pueden enfrentarse a la tentación o el extravío del camino si las circunstancias de la vida y el entorno los desvía de su misión. Aquí, el papel del Guía espiritual es crucial para mantener el alma en el camino correcto, recordándole su propósito y ofreciéndole apoyo para no perderse en las distracciones materiales.

Este espíritu protector no impide las dificultades, pero tiene el deber de ayudar al encarnado a superar estas pruebas brindándole inspiración y fuerzas para seguir adelante, pero sin interferir directamente en su libre albedrío. La guía que se ofrece es sutil, a través de intuiciones, sueños o sensaciones, que dirigen al alma hacia la reflexión y la corrección de sus errores; o en reafirmar en el caso de espíritus más evolucionados, su compromiso con la tarea o misión asignada.

En resumen, desde la perspectiva del espiritismo, las adversidades y pruebas que enfrentamos en la vida, son oportunidades para el crecimiento y la evolución espiritual. El Ángel Guía o protector está siempre presente para ayudarnos, ya sea que estemos pagando deudas del pasado o trabajando en una misión elevada. Sin embargo, el libre albedrío del espíritu encarnado es fundamental, y la guía se ofrece respetando siempre su capacidad de decisión. El objetivo final es que el alma logre aprender de sus experiencias y avance hacia una mayor comprensión y cercanía con la Ley Divina.

FLORECIENTE CRIATURA QUE DESEAMOS SEA DE LAS MÁS BELLAS...

La floreciente criatura evoca la imagen de un ser en constante crecimiento y evolución. Cada uno de nosotros tiene el potencial de florecer en belleza, no solo en lo físico, sino en lo espiritual y emocional. Esta belleza interior se cultiva a través de nuestras elecciones, nuestros actos de bondad y nuestro compromiso con el amor.

La expresión DE LAS MÁS BELLAS, no se refiere a un estándar superficial, sino a una belleza que irradia desde el interior, manifestándose en la autenticidad, la generosidad y la compasión. En este sentido, todos estamos en un proceso de transformación, donde cada desafío y cada alegría nos moldean, ayudándonos a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

El texto “FLORECIENTE CRIATURA QUE DESEAMOS SEA DE LAS MÁS BELLAS...” se refiere al anhelo profundo que muchas familias o personas espirituales pueden tener cuando reciben a un nuevo ser en su hogar, deseando que ese espíritu sea de gran luz, nobleza y belleza interior. Este deseo es natural y comprensible, especialmente cuando se entiende desde la perspectiva de la evolución espiritual, donde los espíritus encarnados buscan rodearse de seres que puedan contribuir al crecimiento y la armonía de su entorno.

En el contexto espiritual, el nacimiento de un hijo o la llegada de un nuevo ser a la vida de una familia, se ve como una oportunidad tanto para el espíritu que reencarna como para la familia que lo recibe.

La expresión floreciente criatura, puede entenderse desde varias perspectivas:

En un sentido literal, puede referirse al niño que acaba de nacer o está por llegar, lleno de potencial y posibilidades.

Desde una perspectiva espiritual, se refiere a un alma que está en un proceso de desarrollo, ya sea un espíritu más avanzado, lleno de luz y virtudes, o un espíritu que, aunque oscurecido por sus errores pasados, tiene la posibilidad de florecer; es decir, de aprender, rectificar, evolucionar y transformarse.

El concepto de belleza en este contexto, no se refiere necesariamente a una apariencia física, sino a la belleza espiritual, es decir, a la pureza, nobleza, bondad y elevación moral del ser. Se espera que esta nueva criatura traiga consigo esas cualidades, contribuyendo así a la paz, el amor y el bienestar del hogar que lo albergó.

El deseo de recibir a un espíritu noble, lleno de luz y virtudes, es natural en cualquier familia. En el espiritismo, se entiende que la luz interior de un espíritu se manifiesta en su bondad, su capacidad de amar y su disposición a contribuir al bien común. Un espíritu que ya ha avanzado en su evolución espiritual será más propenso a comportarse de manera armoniosa, justa y amorosa, lo que facilita la convivencia y el aprendizaje mutuo en un hogar. Sin embargo, también es importante recordar que no siempre se recibe a un espíritu que ya ha alcanzado un alto grado de evolución. Muchas veces, los espíritus que aún están en proceso de aprendizaje, con oscuridades y errores del pasado, reencarnan en hogares que pueden brindarles las condiciones adecuadas para superar sus defectos y crecer espiritualmente.

En el espiritismo, la reencarnación no es aleatoria. Los espíritus son asignados a los hogares más apropiados para su evolución, según las necesidades y pruebas que deben enfrentar. Si un espíritu oscuro o con deudas del pasado, llega a una familia espiritual, esa familia tiene la responsabilidad de acogerlo con amor y comprensión, sin rechazo.

El hogar, especialmente con conocimiento de las Leyes Espirituales, tiene la misión de servir como un refugio de luz y guía para ese espíritu en su proceso de evolución. Esto implica ofrecerle:

Educación moral y espiritual, enseñándole a reconocer y corregir sus errores pasados.

Amor incondicional, entendiendo que, aunque el espíritu esté oscurecido por sus faltas, es un hermano que necesita ayuda para encontrar el camino de la luz.

Paciencia y comprensión, sabiendo que el proceso de evolución espiritual es largo y requiere tiempo, esfuerzo y dedicación.

Cuando un espíritu oscurecido reencarna, lo hace con el propósito de corregir sus faltas pasadas, sanar sus heridas espirituales y aprender las lecciones necesarias para su evolución. Estas reencarnaciones pueden ser difíciles tanto para el espíritu que encarna como para la familia que lo recibe, ya que pueden presentarse desafíos como conflictos de carácter, dificultades emocionales o problemas de conducta. Sin embargo, desde la perspectiva del espiritismo, estos desafíos son oportunidades para todos los involucrados:

Para el espíritu que encarna, es la oportunidad de purificar su alma a través del aprendizaje, la experiencia y la superación de sus inclinaciones negativas.

Para la familia, es una oportunidad de practicar la Caridad, el Amor y la Fraternidad, cumpliendo con el mandato de ayudar a los demás en su evolución espiritual, sin juicios ni rechazo.

En cuanto al deseo de que el nuevo ser “SEA DE LAS MÁS BELLAS CRIATURAS”, también se refleja el anhelo de que su vida y su presencia en la Tierra estén llenas de propósito y significado. La belleza espiritual de un ser está relacionada con su misión de vida, que puede implicar la enseñanza de virtudes como la paciencia, la bondad, la empatía, el reconcilio y el perdón, tanto para sí mismo como para quienes lo rodean.

Incluso los espíritus que llegan con dificultades y cargas muy pesadas del pasado, pueden aprender a través de su proceso de evolución, y revelar una belleza interior que inspire y eleve a los demás. Cada ser humano en su camino hacia la perfección espiritual, tiene la capacidad de florecer, de transformarse y de contribuir a la creación de un mundo más justo y armonioso.

En conclusión, el anhelo de recibir una floreciente criatura que sea de las más bellas, refleja un deseo noble de rodearse de espíritus llenos de luz y virtud. Sin embargo, el verdadero desafío y deber como espíritas, es acoger con amor y comprensión a todos los espíritus que llegan a nuestras vidas, sean avanzados o estén en proceso de aprendizaje. La misión del hogar espírita es guiar, educar y ofrecer un ambiente de amor incondicional para que, independientemente de su estado espiritual, cada ser pueda florecer y avanzar en su camino hacia la perfección.

...Y QUE SOBRE ELLA IRRADIE LA LUZ DEL SOL, LA LUNA Y LAS ESTRELAS; ESCRITO ESTÁ, HIJO DE DIOS.

La luz ha sido, desde tiempos antiguos, un símbolo universal de la Sabiduría Divina, la verdad y la guía espiritual. En este contexto, la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, se refiere a la influencia Divina que ilumina el camino de cada ser, ayudándolo a encontrar su propósito y avanzar en su evolución espiritual.

El deseo de que esta criatura floreciente reciba la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, es una invocación de la conexión cósmica que todos compartimos. La luz en su esencia, simboliza la verdad, la iluminación y el amor de Dios. Esta irradiación de luz es inspiración, guía y protección. Además, encierra un significado profundo y espiritual, en el que se hace referencia a la Luz Divina que guía y acompaña a cada ser en su evolución. Este lenguaje metafórico utiliza la simbología de la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, así como la expresión “HIJO DE DIOS”, para transmitir conceptos elevados relacionados con la iluminación espiritual, la Guía Espiritual, y el destino de los seres humanos.

La afirmación “ESCRITO ESTÁ HIJO DE DIOS” enfatiza nuestra naturaleza Divina. Cada uno de nosotros tiene un lugar en el Universo y un propósito que cumplir. Al ser hijos de Dios, estamos llamados a expresar esa luz en el mundo, a contribuir al bienestar de otros y a vivir en armonía con el Universo entero.

En conjunto, este texto es un hermoso recordatorio de la interconexión entre el ser humano, el Universo y Dios. Nos invita a reconocer la luz que nos rodea y que habita en nosotros, a buscar la orientación de nuestro Ángel Guía, y a florecer en nuestra más pura esencia. La espiritualidad no es solo un camino de desarrollo personal, sino un viaje colectivo hacia la iluminación, donde cada uno de nosotros juega un papel crucial. Al vivir desde el corazón, guiados por la luz de los Astros y el amor de Dios, podemos contribuir a la creación de un mundo más bello y armonioso, donde todos podamos brillar en nuestra verdad.

EL SOL ha sido tradicionalmente asociado con la fuerza vital, la Conciencia Superior. En este contexto, se puede entender que la luz del Sol representa:

LA ENERGÍA VITAL que permite la vida en la Tierra; y espiritualmente, simboliza la Energía Divina que nos anima a todos.

LA CLARIDAD ESPIRITUAL: el Sol ilumina los aspectos más oscuros de nuestra alma, revelando nuestras sombras y permitiéndonos ver con mayor claridad las lecciones que debemos aprender.

LA PRESENCIA DE DIOS EN EL SER HUMANO: el Sol representa la presencia constante de Dios como fuente de luz, fuerza y dirección. Por lo tanto, cuando se dice que la luz del Sol irradie sobre un ser, un alma o una criatura, se desea que ese espíritu esté bendecido con la luz de la verdad, la sabiduría, y la claridad espiritual que lo guíen en su camino de evolución.

LA LUNA, en muchas tradiciones espirituales, simboliza el mundo emocional, la intuición y los ciclos de transformación. A diferencia del Sol, cuya luz es constante, la luz de la Luna cambia según sus fases, lo que refleja la naturaleza cíclica de la vida y las emociones humanas.

La Luna es la guía de la noche, iluminando los caminos más oscuros y ayudándonos a navegar por los momentos difíciles de nuestra vida.

También representa la intuición, aquella voz interior que nos guía cuando no podemos ver claramente con la razón o el intelecto.

Además, su relación con los ciclos nos recuerda que todo en la vida está en constante cambio, y que las dificultades o sombras son solo parte de un ciclo mayor que eventualmente traerá luz. “LAS GENERACIONES CAMBIAN Y LOS TERRENOS TAMBIÉN, ALGO QUIERO HACERLE COMPRENDER” Dijo el autor de esta hermosa Enseñanza.

Cuando se clama a Dios para que la luz de la Luna irradie sobre alguien, se puede interpretar como un deseo de que ese ser sea guiado por su intuición y encuentre equilibrio emocional, incluso en los momentos más oscuros o desafiantes de su vida.

Las Estrellas han sido vistas históricamente como fuentes de esperanza y orientación en la oscuridad. En la antigüedad, los viajeros utilizaban las estrellas para orientarse y encontrar su camino, y este simbolismo se traslada al plano espiritual.

Las estrellas representan los guías espirituales, las almas elevadas y los seres de luz que nos ayudan desde los planos superiores. También simbolizan la esperanza y la fe: al mirar las estrellas en la noche, somos recordados de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz y guía disponibles para nosotros.

Así mismo, cuando se clama ante Dios Todopoderoso Infinitamente Justo, para que la luz de las Estrellas irradie sobre un espíritu, implica un deseo de que ese ser esté rodeado de Guías Espirituales, de esperanza y de fe, para que nunca se sienta solo en su camino de crecimiento y transformación.

ESCRITO ESTÁ, HIJO DE DIOS.

Esta frase final, tiene un fuerte componente espiritual. “ESCRITO ESTÁ” hace referencia a la idea de un Plan Divino predeterminado, en el que cada ser humano tiene un destino trazado por Dios. En el espiritismo, en las Leyes Espirituales, se aprende que cada alma tiene una misión que cumplir, un propósito que ha sido delineado desde antes de su reencarnación.

Esta expresión también sugiere que todo lo que sucede en la vida de un ser está dentro del Plan Divino, y que nada ocurre al azar. Los desafíos, las pruebas, las alegrías y los sufrimientos, están todos alineados con un propósito mayor que ayuda al alma a evolucionar.

Desde la perspectiva del espiritismo, las almas, antes de reencarnar, eligen sus pruebas y desafíos en consulta con sus guías espirituales, con el objetivo de avanzar en su proceso evolutivo. El hecho de que esté escrito, no significa una imposición, sino una coordinación con las Leyes Espirituales.

La expresión HIJO DE DIOS, refuerza la creencia en la filiación Divina de todos los seres humanos. Desde una perspectiva espiritual, cada espíritu es un hijo de Dios, lo que significa que todos somos hermanos al compartir la Chispa Divina en nuestro interior, y que nuestro destino final es regresar a la Fuente Divina; es decir a la diestra del Padre Supremo.

Esta filiación Divina también implica que tenemos el potencial para alcanzar niveles superiores de conciencia y perfección, pues somos parte de un plan mayor que busca el bien y la armonía universal.

SÍNTESIS ESPIRITUAL.

El texto completo puede interpretarse como una bendición o deseo profundo hacia una criatura o ser, con la intención de que esté rodeado de luz y Guía Espiritual en su cruzada. Se desea que el Sol, la Luna y las Estrellas, símbolos del conocimiento, la intuición, el equilibrio emocional, la esperanza y el Ángel Guía, lo iluminen y protejan en su viaje espiritual.

Además, la afirmación “ESCRITO ESTÁ, HIJO DE DIOS” nos recuerda que este ser, al igual que todos los seres humanos, es parte de un Plan Divino predeterminado, y que su vida tiene un propósito más elevado. Como hijo de Dios, su misión es hacer parte de dicho plan para evolucionar espiritualmente, y así regresar a la fuente de todo amor y sabiduría.

Esta hermosa Oración, clamor o plegaria, como queráis llamarle, es una hermosa declaración de FE, DE ESPERANZA Y DE AMOR en proceso evolutivo de los espíritus. Expresa el deseo de que el ser al que se refiere, esté rodeado de la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, representando las Fuerzas Espirituales que lo guían, y le recuerda su conexión con Dios.

En resumen, es un llamado a que cada alma en su reencarnación y proceso de evolución, sea iluminada y guiada por las Fuerzas Supremas, siempre consciente de su condición como hijo de Dios, destinado a la perfección y la armonía espiritual.

El Maestro Ismael enfatiza sobre la responsabilidad del espíritu en su propia evolución. El hecho de que "depende de cada espíritu ganar o perder su luz" sugiere que las decisiones morales y éticas tienen consecuencias directas en su progreso espiritual. Esto se relaciona con el libre albedrío, que permite a los espíritus elegir su camino, aprender de sus errores y avanzar hacia una mayor comprensión y armonía.

La referencia a los cuerpos celestes como "el Sol, la Luna y las Estrellas" en la misión de los espíritus, puede interpretarse como un recordatorio de que el Universo entero es un reflejo de las leyes espirituales. En el espiritismo, se reconoce que todo en la creación está concatenado. La luz que emiten los astros puede verse como un símbolo de la luz espiritual que los seres humanos y los espíritus deben cultivar en sus vidas. Así, los astros no solo iluminan el cielo físico, sino que también sirven como guía y recordatorio de las posibilidades de evolución y crecimiento espiritual.

La conexión entre la Obra del Maestro Ismael Garzón Triana y el pensamiento del Maestro Allan Kardec y León Denis, son clara: Ellos enfatizan sobre la importancia del libre albedrío, la evolución moral y el papel de los espíritus en el vasto Universo. La luz, como símbolo de sabiduría y crecimiento, refuerza la idea de que cada ser humano, como Partícula Divina, tiene el potencial de brillar intensamente a través de sus decisiones y acciones. En última instancia, el viaje de cada espíritu es hacia la perfección, donde se convierte en una estrella, reflejando la luz de Dios en el Universo.

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-