martes, junio 25, 2024

EL ESPIRITISMO AUTÉNTICO

 

EN EL ESPIRITISMO AUTÉNTICO, OBJETIVO, SERIO Y RACIONAL, no hay Kardecistas, Leonistas, ni tampoco Ismaelitas etc., etc. Lo que hay es, espiritistas que hacen parte de una Doctrina Espírita; es decir, estudiantes de una ciencia, de una filosofía que enseñanza todo lo relacionado sobre las Leyes que rigen el mundo Espiritual.

Entonces; contrario a los que muchos creen o afirman por el hecho de que así lo aprendieron y así lo han enseñado; no hay, no existe el Espiritismo Kardeciano porque el Espiritismo no nació ni fue creado por el Maestro Allan Kardec ni por ningún otro hombre. Ciertamente, Él fue un investigador bien preparado intelectualmente, serio, incisivo, conciso, profundo y metódico con grandes virtudes en lo moral, en lo espiritual; condiciones necesarias para dar el carácter de seriedad con el cual cuenta hoy el Espiritismo. Él fue el analista, el codificador perfecto de dichas Enseñanzas; pero finalmente las Leyes enviadas a la Tierra para el bien de la humanidad provienen únicamente de Dios Todopoderoso Infinitamente Justo, encontrando el Padre Supremo en sus hijos Allan Kardec, en León Denis, en el Maestro Ismael, y muchos mensajeros más, el medio, los colaboradores, los representantes justos, precisos y perfectos por su rectitud, por su moral, y evolución espiritual, para cumplir esa gran tarea, esa gran misión.

Si el espiritismo fuese simplemente una teoría personal emanada de la mentalidad del Maestro Allan Kardec, bien podría llamarse a su instrucción; teoría o creencia kardecista porque emanó de Él. Pero como aquel conocimiento proviene de la Fuente Divina del Creador, y fue relatada a los hombres por Espíritus Superiores, y aún por espíritus oscurecidos; choca contra la razón, singularizar, personalizar algo que es de carácter universal. Más aún, renombrar con un seudónimo como Espiritismo Kardeciano, como enseñanza ismaelita o leonista, lo que ya tiene su nombre inscrito en el mundo espiritual-astral, es dar pie al nacimiento de sectas, ante las interpretaciones erradas de los dirigentes irrespetuosos, orgullosos y arrogantes.

LO QUE MAL SE APRENDE, MAL SE ENSEÑA; por lo cual, cada fracción de una Enseñanza auténtica espiritualmente que se toma para crear algo nuevo y denominarlo con un nombre distinto o similar, ya en su fondo, ya en su forma, es distorsionar una verdad, para crear una secta.

Y ¿QUÉ ES UNA SECTA?

Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina ideológica o religiosa concreta, que representa una «sección» o un «sector» desprendido de un conjunto más amplio, o bien, que se ha «cortado», «separado», «desgajado», «modificado». En todos los casos, la palabra secta tiene una connotación de división o ruptura que tiene en el origen de la discordia, a un maestro al que el grupo ha seguido; por lo tanto, y luego de esta aclaración, os digo; si se cambiase el nombre o la esencia, total o parcialmente, tal y como se pretende hacer con la Obra del Maestro Ismael, LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, pasando de Filosofía Espiritual a confesión religiosa; ésta pasaría, en los Estudios que acojan este cambio, a ser considerada en aquellos sitios, una secta más, al privársele de su originalidad, y al desprenderse o derivarse de aquel conjunto más amplio, como lo es legado auténtico y original del único autor de la Enseñanza; tal y como sucedió con la codificación del Maestro Allan Kardec, donde fue modificada, pasando de CIENCIA, FILOSOFÍA Y MORAL, tal y como lo dictaron los espíritus, a CIENCIA, FILOSOFÍA Y RELIGIÓN, como la modificaron los espiritualistas fanáticos y sectarios.

Así mismo, toda rama de una enseñanza que se desprenda de la Obra auténtica y original para crear una nueva; llámese asociación, fundación o empresa, así lleve el mismo nombre, será considerada una secta, porque se desprendió del concepto original.

La idea no atacar ni destruir, ni mucho menos crear nuevas asociaciones; el punto es, depurar los conceptos erróneos para retornar al arquetipo original y primario de la Obra, tal y como fue concebida por el Maestro Ismael Garzón Triana.

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-

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lunes, junio 24, 2024

LOS ESPIRITUALISTAS


 
Los estudiantes de la Obra, LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, que debían educarse y prepararse mediante las Leyes Espirituales para ser verdaderos espiritistas, trasgredieron dichas Leyes, pisotearon la Enseñanza de su Maestro, se corrompieron, y se hicieron simples espiritualistas; mismos, que en poco tiempo están luchando con toda desfachatez para imponer su criterio y convertir una Filosofía Espiritual en una religión más, con el propósito de instaurar normas a su conveniencia sin importar que este conocimiento, que esta luz que fue enviada por el Padre Supremo a través del Gran Espíritu de la Verdad; es decir, del Ángel de la Supremacía para iluminar la oscuridad de los espíritus encarnados en la tierra, se tergiverse para extraviar y confundir aún más a la humanidad. Por eso es, que nunca explican la Obra, y nunca lo harán porque sus espíritus están atrofiados por la ignorancia, producto de su desobediencia, y porque además, terminaron siendo esclavos de aquellos espiritualitas religiosos disfrazados de espiritistas, y no siervos al servicio del Padre Supremo.

Las religiones infunden terrores a través de la narrativa de castigos y penas eternas; los espiritualistas con su doble moral las hacen realidad, porque la luz que recibieron para compartir, para expandir, la ensombrecieron con elegante juego de palabras donde impostan comunicaciones, mensajes del más allá, así como representaciones para hacerse con el poder y ser siempre los únicos y los primeros. Y para lograr que tal propósito perdure en el tiempo, ponen trabas al aspirante, al estudiante, para asegurarse que nunca esclarezca sus facultades. Pero ganado lo tienen los ahora llamados practicantes espirituales porque desobedeciendo al Padre Supremo, prefirieron seguir al hombre, y éste les negó la oportunidad de estudiar la Obra y las Leyes que rigen el mundo espiritual, que permiten conocer y comprender, cómo es que se encausa, y cómo es que progresa el espíritu.
Todo esto lo ignoran por la pereza, y muchas veces por la envidia espiritual; y por ello, a pesar de que el Maestro Ismael dijo FILOSOFÍA ESPÍRITUAL, hoy están a punto de convertirla en una confesión religiosa con el apoyo irrestricto de algunos directores de algunos centros, que se han hecho déspotas y fanáticos, tratando como esclavos a sus hermanos, y perjudicándoles con explicaciones erróneas y con prácticas equivocadas.

Pero los hermanos que cumplen su misión como obsesores, y que pertenecen a la faz de la tierra, están atentos para castigar a los incrédulos, a los ingratos; y lo hacen de forma tal, que ellos no se enteran que están siendo absorbidos por la oscuridad, porque han fijado en sus mentalidades los deleites de las bajas pasiones, de la codicia, de la avaricia, donde todo les parece lícito, donde todo les parece normal, al sobreponer sus intereses mezquinos de materia a los intereses nobles del espíritu, hasta fascinar, someter y subyugar a estos hermanos autócratas, impidiéndoles también a ellos reconocer la verdad, porque a causa de su desobediencia han perdido los dones que les concedieron para ser trabajadores de la luz, pasando a engrosar los áscares de la oscuridad.

Pero si culpable es el dirigente, culpable es también el médium, el espiritista; es decir, el estudiante, porque en vez de seguir lo plasmado en la Obra, lo que hacen es seguir la guía, el capricho del dirigente ambicioso de turno.

Aún hay tiempo para recapacitar hermanos de mi espíritu; no apoyéis ni aprobéis tales cambios; porque «El bien que hagas, con creces lo recibirás, y el mal que hagas, tu espíritu lo pagará...»

-Héctor Fabio Cardona-


miércoles, junio 19, 2024

¿LOS ELEGIDOS DE LA OBRA?


 
El ser humano promedio que representa la mayoría de la población; es decir, el vulgo, que no se destaca sobre los demás por ningún rasgo positivo; a aquellos indiferentes que son dirigidos sin voluntad hacia donde sople el viento, que no se afianzan ni se comprometen con la esencia de una causa determinada, no nos interesa adquirir el verdadero conocimiento porque tenemos ideas vagas, saberes superficiales de muchas cosas, tesis sin sustento que no comprendemos, pero que, cual leguleyos, hablamos de lo que no sabemos, repitiendo lo que oímos de otros sin preocuparnos por investigar si aquello es verdad.

Todo ello ocurre porque no hay el deseo ni el esfuerzo ni la penuria espiritual aún, como tampoco queremos el despertar de conciencia por el simple temor de ver desmoronar nuestras falsas creencias y perder la comodidad que nos produce la complacencia en la ignorancia y en el error; pues muchas veces pudiendo hacer lo correcto, preferimos apelar a un escrito mal interpretado o mal escrito; es decir, confundimos la verdad y nos quedamos con la mentira.

Fijémonos nada más, cómo, para justificar en nosotros mismos un determinado vicio, la avaricia o el ansia de poder en el futuro, por ejemplo, hasta fuimos capaces de inventar una supuesta autorización espiritual, donde los habitantes del espacio hacían lícito el cobro de un “peso” – “un valor X” por cada labor que se realizara en los Estudios para el sustento de la materia del dirigente, aun cuando sabemos que ello va en contra de los Mandatos Divinos. Recurrimos entonces a dicha orden impuesta como verdad sobre la ruta a seguir del Maestro, y se dio credibilidad ciegamente a lo dicho en una biografía dudosa basada en testimonios caducos para justificar, para defender nuestras futuras posibles bajezas, que cuál CABALLO DE TROYA fue introducida a la Obra por ignorancia, o quizá con la mala intención de desprestigiarla. En lo personal, prefiero pensar que fue por ignorancia, porque tales versiones en nada corresponden a la realidad ni a la verdad espiritual. Entonces, la práctica común y casi generalizada, consiste en tomar lo apócrifo, lo que no es obra de la persona que se le atribuye, para justificar nuestros propios arraigos, nuestros defectos, nuestros vicios; -Si el Maestro lo hizo, nosotros también podemos hacerlo- mientras que al mismo tiempo y sin sentido, rechazamos lo que sí corresponde a los Mandatos Divinos, a la Obra, a la Enseñanza de aquel Gran Maestro Ismael; todo por la complacencia de los vicios que derivan de nuestra inclinación al mal.

Muchos son los “mensajes” escritos a máquina que hoy, posterior a la desencarnación del Maestro Ismael, emergen de entre las sombras por todas partes como "verdades", cuando ya no hay posibilidad de constatar su autenticidad con el autor; ante lo cual pregunto: ¿Porque no socializar el original de dichos escritos a mano? ¿Cuál será la diferencia entre el contenido del original y el transcrito? Los originales serían mucho más creíbles, toda vez que son la caligrafía de puño y letra de aquel que los escribió recogiendo lo narrado o lo actuado por el Maestro en su justo momento.

Os digo, aquellos escritos, aquellas notas, aquella caligrafía a pesar de la letra ilegible, de enmendaduras y faltas de ortografía propias de la premura del momento, son valederas e importantes en su forma original; pues son para mí, más auténticos que un documento posteriormente editado con premeditación, ya que pierde éste la esencia, y por ende la posibilidad de evocar el momento y sus afanes, sin contar con el cambio en la forma de pensar de un hermano, que años después de registrar rústicamente el “mensaje en un papel”, decida posteriormente ante nuevos conocimientos adquiridos “acomodar” “mejorar” “pulir” lo que registraron sus sentidos y su honestidad en aquel momento…

Algunas “autobiografías de varones de los Estudios” editadas y muy elaboradas, que se presenta en ellas como eruditos de la Obra, como grandes discípulos egregios elegidos por del Maestro Ismael para trasmitir su Enseñanza, para dirigir su Obra, y hasta con derecho para constituirse en dictadores espirituales a perpetuidad; pero lo cierto es, que ningún ser humano que se imponga como dictador, puede ser buena persona; menos cuando de una Enseñanza Espiritual se trata, porque resta mérito y oportunidad a sus hermanos con su egoísmo. Y no conozco el primero de aquellos varones, de aquellos discípulos, que con honestidad desvele su alma contando sus errores. No, todo en ellos es proezas, grandezas, presentándose como virtuosos y ungidos. Y expandieron aquí, expandieron allá, al norte, al oriente, al occidente, lo mismo que al sur, sus escritos, sus elucidaciones, los “secretos que sólo a ellos confió el Maestro” con la intención de rodear con una aureola de misticismo sus anécdotas, sus actuares; cuando la Obra fue dejada para el bien de la humanidad, pero contradicen a quién expande la esencia de Enseñanza sin argucias, sin artificios, a quién busca la verdad más allá de unos labios que, en el día suelen alabar a Dios, y en la noche azotar al hermano que piensa diferente a ellos; porque cuales soberanos perpetuos, se arrogaron y se arrogan aún, el derecho de gobernar con poderes absolutos e irrestrictos sin someterse a la Ley que ellos mismos dicen representar.

Os digo hermanos, las Leyes Espirituales, los Mandatos son inmutables porque son Divinos, son los mismos de todos los tiempos, y cobijan lo mismo al ilustre que al ignorante, al rey que al mendigo, al gobernante que al gobernado; porque todos somos iguales como hijos de un mismo Padre Creador, de un mismo Dios infinitamente Poderoso y Justo; y si el Padre Supremo tuviere una Ley para unos y otra para los otros, tal como pretenden hacerlo parecer los impostores, no sería Infinitamente Justo, puesto que “TODA PREFERENCIA ES UN PRIVILEGIO, Y TODO PRIVILEGIO ES UNA INJUSTICIA.

Se corren rumores acá. Allá y más allá sobre lo que no nos consta; leemos la Ley, pero aceptamos o desconocemos la Ley según afecte o favorezca nuestros mezquinos intereses; y a pesar de ser conocedores del mal actuar de un hermano, preferimos dar credibilidad a aquel que ha sido investido de poder, tras la elección de unos pocos hombres, aunque el elegido esté herrado; y no a aquellos que exponen la Ley sin imposiciones y en libertad.
Los conocedores de las Leyes Espirituales saben perfectamente que, cuando se pisotea la Enseñanza, cuando la concupiscencia entenebrece un sitial, se abre la brecha a la parte contraria; es decir, a la oscuridad, entonces las entidades de Luz se retiran quedando solo la impostura de las materias que ahí dirigen. Sin embargo, muchos, ante la complacencia de la adulación eligen ser esclavos de la misma mentira, y por ende, solidarios en las causas venideras por dicho actuar.

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-