jueves, diciembre 26, 2019

La Verdad se corrompe tanto con la mentira, como con el silencio...



(…) Me considero la partícula más pequeña de una diminuta gota de agua en los inmensos mares que conforman los bastos e insondables océanos del conocimiento; por lo cual inclino respetuosamente mi cabeza ante vosotros, y como insignificante estudiante de la Enseñanza contenida en el Libro Matriz de Los Estudios Astrales Espirituales Ante Dios del Maestro Ismael Garzón Triana, y de aquellas enseñanzas que mi Padre ha concedido durante todos los tiempos a través de sus mensajeros para traer luz, conocimiento, amor y verdad a este plano terrenal, os exhorto para que todo aquello que os comparta sea objeto de análisis riguroso por parte de mis hermanos más esclarecidos en las Leyes Espirituales; y si fuese el caso, y tal pesquisa diese lugar a corrección alguna, entonces hacedlo hermanos míos con nobleza, con humildad, con respeto, con conocimiento de causa, llevando el Mensaje de la Obra a la práctica para que no quede sólo en palabras vacías lo instruido por el Maestro Ismael, a quien decimos amar y respetar, para que su legado no se manche, no pisoteé, ni sea mal interpretado por el capricho de las materias. 

(…) Qué goce espiritual, qué labor más encomiable es erigirse como baluarte de la enseñanza en la cual se presta el servicio para encaminar a las presentes y futuras generaciones por la senda de la luz y la verdad.

Somos aquel apostolado designado ante esta Divina Causa en esta nueva era, por lo cual debemos de instruir y enseñar con amor para poder formar a los seguidores y futuros Médiumnes en el conocimiento de las Leyes Espirituales con honestidad, ya que nos encontramos blandiendo la bandera emblanquecida que enseña la lucha entre el bien y el mal; por lo cual debemos ser dignos intérpretes y colaboradores de nuestros Maestros, aplicando primeramente en nosotros mismos aquello que queremos inculcar, cimentar y enseñar a nuestros hermanos, para que no actuemos como los hipócritas que suelen ECHAR SAL EN LAS LLAGAS AJENAS, Y AGUA DE ROSAS EN LAS PROPIAS. 

Procuremos ser humildes, benevolentes y caritativos, afiancemos los lazos de fraternidad con cada alma circundante, y os aseguro que multiplicaremos al ciento nuestros júbilos al ser fieles cumplidores de aquello que se nos ha encomendado. 

No estigmaticemos a hermano alguno por su credo o religión, por sus faltas, por su ignorancia, por su etnia, por su pasado, ni por su presente; ¿Por qué quién nos asegura que nosotros mismos no hemos cometido las mismas faltas, o quizá peores? Entonces actuemos conforme a la bondad, y bondad recibiremos de nuestros hermanos. 

Mientras no aprendamos a centrarnos en la Enseñanza, cualquiera que sea que hayamos elegido para aprender o en la que nos encontremos prestando el servicio, no podremos comprender hermanos míos que, lo importante no es tener, conocer ni saber demasiado para poder ayudar; si no el entregar con amor lo poco o mucho que se nos haya concedido.

Tengamos siempre presente que aquello que se construye con afecto y con base en la verdad, estará soportada con cimientos fortalecidos y con gradas bien construidas. 

Desechemos aquellas ideas que nos lleven a migrar constantemente de una enseñanza a otra para tomar de aquí y de allá conocimiento, con la idea de engrandecernos frente a nuestros hermanos con un saber que en realidad no logramos asimilar ni mucho menos comprender por el egoísmo que se encuentra arraigado en nuestro ser. Y os digo, mucho es lo que deberemos trasegar para aprender a ser humildes y benevolentes frente a las faltas de nuestros hermanos, porque mientras no emane de nuestros corazones la Caridad, el mundo seguirá contemplando riñas, odios, rencores, animosidad, deseos de venganza por la crítica, el señalamiento y juzgamiento, faltando a el respeto de hermano a hermano, porque muchos somos los que se auto-denominamos siervos del Padre Supremo, hablando de amor, de respeto, de benevolencia y del perdón, pero al mismo tiempo olvidamos nuestro deber espiritual al hacer públicos pasquines que destilan odio para perseguir y castigar a nuestros hermanos, mientras bien podríamos publicar las Leyes de Dios. 

Quienes acostumbran acusar o abanderarse de causas que desconocen sólo porque les parece injusta; ciertamente no sólo incitan a la violencia, sino que además, aunque insistan en decir ser conocedores de las Leyes Espirituales, en verdad las desconocen por completo, porque de otra forma no se comprende cómo es que pueden incitar y empujar a la turba para que tome represalias en contra de quienes infringen las Leyes, siendo en estos casos los instigadores intelectuales, más que los que consuman la agresión, quienes llevarán la mayor parte del peso de la culpa por el mal que derive de su acción incitadora de violencia. 

"La maldad del hombre sólo puede ser superada por la maldad del hombre, ya que los defectos y malas acciones que juzga en sus hermanos, suele ser insignificante ante lo que yace en su propio ser.

Bajo ningún punto de vista debe de reconocerse como una labor espiritual, ni mucho menos cumplidor de deber moral, a aquella persona conocedora de las Leyes Espirituales que, con el propósito de señalar las faltas de sus hermanos, comparta, divulgue o transmita noticias o pensamientos con la insinuación de justicia para incitar al odio, porque en realidad lo único que motiva un actuar así, es la perversidad que yace en los corazones endurecidos como piedras, y no la ignorancia; porque hay multitud de hermanos que no tienen intelecto, pero su corazón rebosa en comprensión, amor y bondad hacia sus hermanos. 

(...) Con esto os quiero decir; que sea cual sea el camino o senda espiritual que sigamos, debemos hacerlo con firmeza, con lealtad, con honestidad, con amor y con respeto para poder aprovecharla en beneficio de nuestro espíritu, y en ayuda de nuestros hermanos. Pero desafortunadamente este plano terrenal impone su yugo al oído sordo que oye pero que no escucha, al ojo ávido que sólo ve pero que no observa, y que oyendo no oye, y que viendo se hace el como el que no ve, perdiendo el rumbo y los ideales que enaltecen al espíritu, al mal utilizar el tiempo y recursos que bien podría aprovechar para hacer una ablución de sus propias imperfecciones, antes que intentar limpiar las de los demás. 

Debemos de saber que no hay semillas estériles sino mal cultivadas, porque aunque éstas puedan y estén destinadas a germinar, si no son sembradas en suelo fértil, no habrá árbol que pueda echar raíces fuertes y profundas que lo protejan de la fuerza de los elementos, y mucho menos dar frutos beneficiosos; así es la planta que es trasplantada constantemente, se debilita y queda a merced del viento y la lluvia, viniendo hacer lo mismo para el humano que pasa de un conocimiento a otro sin haber digerido el anterior; quien así actúa será incapaz de asimilarlo y aprovecharlo, trayendo forzosamente la confusión a su mentalidad y a quienes lo siguen. 

Expandir las enseñanzas y dar a conocer las Leyes espirituales no es simplemente tomar de aquí ni mezclar con lo de allá, aunque la esencia sea la misma, porque a igual que el principio vital es el mismo para toda especie en este plano terrenal, el pez no puede respirar fuera del agua, ni las especies terrestres ni aéreas pueden hacerlo bajo ella. Así mismo cada enseñanza fue enviada con un propósito específico y no al azar; porque aquello que es asimilado y aceptado por unos, es repudiado por otros de acuerdo a su evolución. Todos estamos en el lugar donde debemos estar; por tal motivo, y por respeto a nuestros hermanos y a los Maestros que han dejado las Enseñanzas, debemos evitar imponer, o censurar un conocimiento… 

(…) Os pregunto: ¿Cuál es el amor y la fe en la Enseñanza? ¿Acaso alguien puede hacer que sus pies se alejen al mismo tiempo, y contrariamente uno hacia la izquierda y el otro hacia la derecha

Os digo que no, como tampoco se puede pretender ser hábil en el campo de la medicina, cuando la destreza que se posee es la de Jurista, ni servir a la luz, cuando se está en la oscuridad.

Cada quien tiene una misión, una tarea que cumplir porque los espíritus vinieron al terrestre a evolucionar; es decir, a trabajar para un progreso. Pero el humano en vez de aprovechar su tiempo, su corta estadía en este plano de expiación, así como sus facultades y recursos para emanciparse de sus propias imperfecciones, lo que hace es ver la paja en el ojo ajeno, cuando una viga cubre el propio. 

El humano no debería por simple ostentación afanarse en obtener lo que aún no está a su alcance ni preparado para discernir, porque así como al apaciguador le llevó tiempo, esfuerzo, análisis y disciplina en prepararse para domar la fiera y hacerla dócil para el espectáculo; así mismo el hombre que busca servir a sus hermanos debe de tener la firmeza y el carácter para doblegar la bestia; pero no aquella que pueda ver o rebelarse en sus hermanos, sino la que lleva consigo mismo hasta apaciguarla para poder dulcificar su alma y trasmutar el odio en Amor, la indiferencia en Piedad, el egoísmo en Caridad, la crueldad en Clemencia, la severidad en Benevolencia, la intranquilidad en Paciencia, la mentira en Verdad, la ignorancia en Conocimiento, el abuso en Justicia, la enemistad en Fraternidad, la falsedad en Honestidad; y el orgullo en Humildad entre otros…. 

Entonces hay que cultivar y conceder el tiempo para que la semilla sembrada en nuestro ser, que son las virtudes, brote naturalmente y arraigue sus raíces para que su tronco se vigorice y las ramas que son nuestros brazos, sean resistentes ante las tempestades, pero suaves para sostener con firmeza y bondad a quienes requieran de nuestra asistencia. Por lo tanto, hay que aislarse de los vicios para no sucumbir ante la envidia espiritual ni  ante la intriga del hermano obsesor para reconocer nítidamente los mandatos Divinos; porque aquél que aun conociendo las Leyes prefiere ignorarlas, ha de saber que toda talanquera que se imponga para retrasar el camino de sus hermanos, lo hace acreedor de grandes causas para su espíritu. 

Con esto quiero deciros que debemos meditar y ser vigilantes de cada paso que demos, cada decisión a tomar, cada palabra que salga de nuestros labios, ya que no hay terreno más productivo para que cualquier semilla eche raíces, como aquel que ha sido abonado y preparado oportunamente; como no hay tampoco papel más ideal para escribir, como aquel que se encuentra en blanco como los corazones de los estudiantes que tienen sed de conocimiento, y en los cuales se puede plasmar y ayudar escribir en el libro de su estadística espiritual, la verdad que el Padre nos permite conocer. 

Al transitar en un solo sentido se avanza con mayor fluidez, y se obtiene mejores resultados cuando se estudia una ciencia a la vez; por lo tanto, el camino del esclarecimiento se recorre con seguridad, con confianza y certeza cuando se escucha, se aprende y se sigue a el Maestro y no a la multitud desorientada, ni al seudo-sabio inescrupuloso y orgulloso que comercia con las Leyes Espirituales, y que además pretende saberlo todo. Pero si vuestro libre albedrío, vuestros impulsos y anhelos, vuestras necesidades intelectuales o espirituales os lleva a recorrer distintos caminos a la vez; haz de saber hermano mío que no hay firmeza, confianza ni fe en vuestro corazón hacia la enseñanza en la que os encontráis, porque sois como aquellas cometas que van donde el viento las lleve, y vuelan, y vuelan, y vuelan, hasta que un día el cordel se rompe y se destrozan en la caída. 

Héctor Fabio Cardona 


domingo, diciembre 22, 2019

¿Qué os impulsa a comerciar con las Leyes de Dios?



Dando fiel cumplimiento a los mandatos plasmados en esta enseñanza por el puño y letra del Maestro Ismael Garzón Triana, sobre dar a conocer las Leyes Espirituales a todo aquél amador de Dios; lo mismo que extenderla sin comerciar con ella, y publicarla por todos los medios que en el terrestre existen para el bien de la humanidad; humildemente presento mi respeto ante la parte espiritual, y clamo al Padre Supremo, al Maestro Ismael, a mi Divina Madre, al Maestro Allan Kardec, a los Maestros Rectores de los 7 Planos Astrales de Luz, a las Guardias y Custodios de esta enseñanza para que concedan el permiso, acompañamiento y protección correspondiente para que la divulgación de esta publicación llegue al mayor número de hermanos posible, como guía y orientación para sus espíritus.

En esta hora, me dirijo a los Escritores y Filósofos Espirituales al servicio del Padre Supremo, para que iluminen la mentalidad de todo aquél que, con amor, con humildad y respeto, anhele conocer esta Enseñanza, y así sean despejados sus caminos en lo corporal y en lo espiritual hacia donde esté abierto un Estudio Astral Espiritual Ante Dios, y donde se labore con amor, con humildad, con respeto, con honestidad, de acuerdo a los Mandatos Divinos, tal y como lo estableció el autor. 

Quiero aclarar una vez más, que lo publicado en éste Blog no reemplaza el conocimiento, esclarecimiento o guía que pueden recibir mis hermanos en los recintos de LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS

Me dirijo a quienes han escrito a éste Blog, preguntando el costo de las labores en los Estudios, para decirles que no tengo claro si la pregunta la han formulado para saber si se cobra y no asistir, o si por el contrario han asistido a algún Estudio y les han cobrado…

En cualquiera de los casos, esclarezco conforme a la Ley, con conocimiento de causa, con amor y profundo respeto a mis hermanos, y digo que, NINGUNA LABOR TIENE PRECIO porque la Enseñanza contenida en la Obra de LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS que legó el Maestro Ismael Garzón Triana, no es una vulgar propiedad material que encarnado alguno pueda explotar comercialmente, como tampoco, nadie tiene el poder de retenerla o hacerla virar a su antojo según sus mezquindades, porque "ésta Enseñanza está dedicada en el nombre de Dios Infinitamente Poderoso y Justo, para el servicio astral-espiritual de la humanidad, lo mismo que para encaminar a los espíritus por la senda de la Luz y Verdad." No para arrastrarlos a la ignorancia y a la oscuridad. 

La Obra del Maestro Ismael es grandiosa en su contenido espiritual-astral; y ha de saberse que fue entregada desde la altura, y escrita en lenguaje sencillo y humilde para que todo espíritu con sed de conocimiento pueda ingresar a ella para estudiarla, entenderla, extenderla, enseñarla, respetarla, cumplirla y hacerla cumplir a través del buen ejemplo de sus actos dentro y fuera de los Estudios.

Cada hermano que, en potestad de su libre albedrío se acercó a la Enseñanza, y que, sin engaño ni imposición alguna decidió prepararse como Médium tomándose el tiempo reglamentario para darse cuenta si el estudio que iba a emprender le gustaba o no, y si creía ser responsable ante la parte espiritual para ser fiel cumplidor de lo que le fuera asignado, así como de las Leyes Espirituales y del reglamento Interno, fue consiente antes de entregar voluntariamente un juramento ante el Padre Supremo, no ante una materia; porque la Enseñanza es conocimiento, es amor, es Luz, es reconcilio y es perdón, a través de los Tribunales espirituales que permiten el desligar de los espíritus encarnados y desencarnados ante las deudas contraídas en el pasado y en el presente. Entonces ¿Por qué mancillar, por qué enlodar la Obra de mi Padre con aquello que no fue establecido por la Supremacía ni dejado por el Maestro Ismael? Os pregunto hermanos de mi espíritu ¿A través de quién, mi Padre os cobró por vuestras facultades? ¿A quién cobró por el conocimiento espiritual-astral adquirido en los Estudios? ¿A quién mi Padre cobró al entregaros el conocimiento de las Leyes, de los Mandatos Divinos que son para que el hombre se sirva de ellos y viva en paz? 

Os digo hermanos de mi espíritu que quien labore y se lucre en forma directa o indirecta a través de la Enseñanza, hace mal, y lo hace en su propio nombre y en nombre de su ignorancia y su desmedida AVARICIA, y no en el nombre de Dios, ni tampoco en nombre de la Obra del Maestro Ismael; porque al comerciar con la Enseñanza se está ayudando materialmente así mismo, y no espiritualmente a sus hermanos. Conoced a el árbol por sus frutos y no os dejéis engañar por la vileza de quien muy extraviado está, al colocar precio a una labor espiritual, porque aquél hermano que cobra a su hermano por la bondad que nuestro Padre Celestial permite a través de estos portales y sus Mensajeros, está faltando a su juramento, y es un mal interprete de las Leyes, de los Mandatos Divinos. 

Sabed hermanos míos, que quien comercie con la Enseñanza, está imputando una gran causa a su espíritu… 

Héctor Fabio Cardona.