martes, diciembre 08, 2020

Manera de los espíritus llevar las cruzadas en el terrestre...


Convencido estoy, que cada palabra dispuesta en la Obra ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, son eslabones forjados y concatenados bajo el crisol inmutable de la Verdad, perfectamente alineados e inamovibles; pero al transportar en la mentalidad un eslabón de un párrafo, de una página, otro de otra, y así sucesivamente con sumo respeto, sin orgullo ni vanagloria, unido a el estudio honesto, serio e investigativo, despojado del ansia de reconocimiento y de poder, que precisa y requiere la Enseñanza para expandirla y darla a conocer con claridad ala humanidad, procurando cada nuevo día aislarse de los vicios para que esta grandiosa Verdad sea sembrada, cultivada y enaltecida en el corazón de cada ser humano, trabajando laboriosamente para alcanzar la tranquilidad, la frescura del corazón hasta colmarlo de verdadero amor, de respeto hacia un Padre Creador de todo cuanto ha sido, es y será, cumpliendo y haciendo cumplir sus mandatos sin imposición, SIN CONFUDIR LA FIRMEZA CON EL ATROPELLO, sino a través del ejemplo moral de sí mismo dentro y fuera de los Estudios; será la llave de amor y de fe, que aquél Pescador de almas, el Gran Maestro PEDRO PESCADOR DEL GALILEA concederá para abrir las puertas que estén cerradas, y así adquirir el discernimiento y la comprensión necesaria para extractar y componer infinitos mensajes de amor, de tolerancia, de benevolencia, de indulgencia mediante el conocimiento que se permita adquirir a quienes aspiran a prestar el servicio a sus hermanos en el nombre de Dios Todo Poderoso, como también para quienes realmente anhelen aprender sin tener que modificar ni desvirtuar lo que ha sido enviado desde la altura.

“La verdad es comparable a esas gotas de lluvia que tiemblan en la extremidad de una rama. En tanto permanecen suspendidas en ella, brillan como los puros diamantes bajo el esplendor de la luz del Sol; en cuanto caen al suelo, se unen a todas las impurezas. Todo cuanto nos viene de arriba se ensucia con el contacto terrestre” 
-León Denis-

Os pregunto: ¿Cuántas de las veces hacemos lo contrario de lo que se clama ante la parte espiritual…?

PUNTOS DE OBSERVACIÓN.
“Yo os prometo Padre mío seguir el camino hacia la Luz Divina, yo os pido señor, participar de la Luz Divina. Yo que soy uno de tus siervos el más pequeño, pido la sabiduría, y la inteligencia me cubra para servir en su nombre a todo aquél que quiera ese favor de mi Padre Celestial…” pero no cumplimos…
(…) -Esclarecimiento-
Muchas de las veces leemos las plegarias, así como las 39 páginas y otros segmentos que componen la Obra de los ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, y otras enseñanzas, o simplemente al haberlas memorizado las pronunciamos mecánicamente de labios para afuera sin que el corazón tome parte en ello para elevar verdaderamente con amor la mentalidad al Padre Supremo; pero a pesar de que nuestra materia pueda estar presente en el recinto dirigiendo una labor; nuestro espíritu está ausente recorriendo parajes distantes, a donde le enviamos con el pensamiento ante la falta de interés y concentración. Entonces recordad siempre que, “Donde se encuentre el pensamiento, ahí estará el espíritu” Por lo tanto, muchas veces no somos conscientes de ese momento porque nuestro espíritu está ausente por la falta de concentración; entonces repetimos automáticamente lo que ya está almacenado en nuestra mente corporal. El abrir un portal para una labor sin estar preparado, el clamar sin estar dispuestos a cumplir, puede llevarnos a adquirir nuevas causas, porque mientras pedimos al Padre, al mismo tiempo estamos aceptando y comprometiéndonos con lo recibido.

Os explico: Si a pesar de prometer seguir el camino de la luz, y pedir la participación de la Luz Divina, así como el compromiso de servir con amor a todo aquél que quiera el favor de nuestro Padre Celestial, incumplimos; este actuar nos hará simplemente impostores, e hijos ingratos ante Dios. Lo mismo acontece cuando repetimos y coreamos a diario en los recintos de oración, con los ojos humedecidos: “Mi corazón sólo siente ese amor hacia mi Padre Celestial y hacia mis hermanos que muy extraviados están” Os digo hermanos míos; fuerte y poderoso compromiso el que conlleva estas palabras, esta afirmación, y falta grave ante el Padre Celestial y ante la Verdad, de aquél espíritu que en los Recintos de Oración dobla rodilla, clama y pide por la humanidad, pero que fuera de él, se alza en el orgullo de poderes para humillar a otros, al despreciar y mirar con recelo a aquél hermano caído en desgracia, que subyugado por los vicios y espíritus oscurecidos que le rodean, actúa contrariamente a los Mandatos Divinos; cuando deberíamos como siervos al servicio espiritualmente del Padre Supremo, hacer honor, dignificar y dar fiel cumplimiento a aquel párrafo donde escrito está que “Inclinarse hacia Dios por toda la humanidad; recordar tantas deudas que debemos cancelar ante Dios, y causa espiritual” Es el ejemplo, la forma correcta de encaminar a los espíritus por la senda de la Luz y Verdad. Sin embargo, la soberbia cubre el espíritu con su capa sombría desviándolo del camino recto, incumpliendo así un Juramento y olvidando los deberes espirituales y la Enseñanza, que es la parte por la cual está al servicio del Padre supremo.

"La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad, sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar el odio, sólo el amor puede hacer eso". "Todo lo que afecta a uno directamente, nos afecta a todos indirectamente". MARTÍN LUTHER KING

“Yo pido al Supremo Creador, que los rayos de la luz nos cubran y sean curados los pacientes en el nombre de mi Padre Celestial; porque la Caridad y el Amor llegue a todos los corazones donde hay la palabra de Dios” ISMAEL GARZÓN TRIANA

Como veis hermanos de mi espíritu, es simple de entender que, mientras alberguemos recelo en nuestros corazones y actuemos con odio, con orgullo, con soberbia, con hipocresía, con vanagloria, con envidia, señalamiento, o juzguemos a los demás; sólo seremos impostores de una Ley Divina, porque aquellas facultades y dones concedidos a los siervos al servicio espiritualmente de Dios para llevar luz, conocimiento, amor, verdad, curación y sanación para los espíritus y las materias, sólo tendrán el verdadero anclaje espiritual, cuando la luz nos cobije, y las sombras oscuras sean alejadas de nuestro camino; sólo entonces podremos llamarnos verdaderos siervos al servicio de Dios.

“Estudiad palabra por palabra, y os entregaré nuevas páginas; dijo el Maestro Ismael”.

(…) He de aclarar a mis hermanos, que el esclarecimiento que respetuosamente presento ante vosotros de la humilde Enseñanza que legó a la humanidad el Maestro Ismael, está cimentada principalmente en la misma Obra, y del recuerdo de lo aprendido por mi espíritu, así como de los mensajes de los Maestros y otras obras; y que si bien, mi espíritu y materia no ha logrado despojarse aún de la oscuridad ni del capricho para ser digno estudiante de esta hermosa filosofía espiritual; mi esfuerzo y mi empeño sí está encaminado en buscar con afán para hallar un día el camino recto que me permita ingresar a la senda de la luz; no sin antes expiar y sufrir en carne propia, el mal que he causado a mis hermanos en el pasado y en el presente, porque escrito en el camino de la verdad, quiero pedir que mis penas sean más cortas y mi materia más fuerte, ya que las deudas que tengo contraídas no las desconozco, y servir quiero como mí Padre Eterno lo tenga dispuesto.

Sin atribuirme absolutamente nada, os comparto este mensaje, este conocimiento que es luz para el espíritu, recibiendo lo necesario para cumplir así su misión, porque para estos tiempos ya fue plasmada de acuerdo con la etapa y el progreso del hombre, la Ley de Dios.

La Enseñanza puede parecer sencilla ante los ojos de la materia; por eso muchos la desprecian y la pisotean, pero en verdad os digo que es sublime y grandiosa ante la vista espiritual. Todo se concatena perfectamente entre las 39 páginas, plegarias, y demás segmentos que la componen; por ello, los posibles desaciertos en las explicaciones que os presento, mal haría atribuírselos a la Enseñanza; más sí, a mi errada interpretación de las Leyes Espirituales ante mi falta de estudio y preparación; por ello pido perdón a mi Padre, que es el único que, junto a mi consciencia puede juzgarme.

PARA REFLEXIONAR
“Sólo sé que las páginas escritas no son mías, son de la Ley de Dios, que a todos las extiendo con aquel cariño; pues sólo soy un trabajador de Dios, que ha elegido para estos Estudios”

“¿Qué será de mí si no soy humilde, y si no entrego la enseñanza, o la represento, pero no la enseño? ¿Tendré acaso deuda por esto? ¿…y ofenderé la gracia de Divina, que después de tener todo, por soberbia pierda la cabeza y de campo al espíritu enemigo y no a la gracia de Dios que es la que puedo perder? ISMAEL GARZÓN TRIANA

Entonces hermanos míos, aprendamos que “Sólo unidos podremos mejorar lo que está mal, continuar con lo que está bien, y hacer lo que nunca se ha hecho…”
No desfallezcamos, clamemos por nuestros hermanos amigos, y principalmente por nuestros hermanos enemigos, porque la recompensa no está en el intento, sino en resultado final de nuestras acciones…

MANERAS DE LOS ESPÍRITUS LLEVAR LAS CRUZADAS EN EL TERRESTRE.

(…) -Enseñanza- Es sabido que el espíritu es una partícula de Dios, y se coloca en el corazón de cada criatura. Por lo regular, el ser humano lleva tres espíritus, divididos en las siguientes
formas:
(…) -Esclarecimiento- Se dice cruzada, porque al caer el espíritu a la Tierra toma la materia que es una cruz irradiada por los diferentes Astros de la Creación.
Cuando el espíritu toma materia queda cruzado hasta volverse a purificar; o sea hasta desmaterializarse.
El espíritu al ser creado por el Padre Supremo a su imagen y semejanza, su esencia es la luz; razón por la que el espíritu evolucionado, esclarecido, desencarnado y liberado de toda atadura carnal, carece de forma humana; por ello quienes tienen la facultad de ver a través de los ojos del espíritu y no de la materia, podrán percibir los espíritus de dos formas diferentes:
(1) Como un destello de luz colorido, a los espíritus desencarnados esclarecidos, evolucionados; y/o con forma corporal, cuando éstos deseen a través de su Periespíritu, evocar el recuerdo corporal de la cruzada con la que estime conveniente presentarse a la vista del facultado.
(2) Con forma humana cuando ve el alma o Periespíritu; o sea el espíritu encarnado, porque éste está prisionero en la armadura pasajera, ligado mediante un lazo fluídico al cuerpo físico.

(…) -Enseñanza- El que va en el corazón es el legítimo que nos moviliza, y el responsable de los hechos.
(…) -Esclarecimiento- El espíritu reposa en el corazón del cuerpo Astral, o sea en el Periespíritu, es la luz, la fuerza que moviliza la materia. Mediante el libre albedrío y a través de los hilos conductores de su periespíritu, irradia y transmite su pensamiento a la materia, por lo que es éste, quién dará cuenta al Padre Supremo de todas sus acciones; es decir, el responsable de los hechos.

(…) -Enseñanza- Los otros dos: El uno, es el Guía, QUE ES DEL COLOR DEL PLANO QUE LE CORRESPONDE; éste anota y lleva la estadística del bien que se haga. Éste se llama guía o Ángel de la guarda.
(…) -Esclarecimiento- El segundo espíritu es el Guía o Ángel de la Guarda que el Padre Supremo concede a cada espíritu. De acuerdo al plano de donde es nativo, a la misión que deba cumplir, a la expiación que deba sobrellevar; y según lo que tenga ganado, así mismo le asignan el guía. Este hermano que actúa como guía y protector, pertenece a los planos Superiores y es el encargado de registrar en el libro de las estadísticas de cada espíritu, las buenas acciones realizadas por su protegido.

Nota: no se debe asumir erróneamente la condición de espíritu evolucionado por parte del espíritu encarnado, cuando le es permitido conocer que su guía no es un representante del Arcángel, sino directamente el Rector del Plano de Luz, según de donde sea nativo. No se debe interpretar esta asignación como guía exclusiva para espíritus evolucionados; porque el Arcángel, aquél gran Maestro, en su bondad, en su deseo de ayudar a salir adelante a un hermano que se encuentra alejado del camino de la luz, clama al Padre Supremo por aquel hermano que necesita mucha más ayuda para cumplir su misión, y le acompaña en su difícil cruzada para fortalecerle; más nunca como una preferencia de su condición espiritual.

(…) -Enseñanza- El tercer espíritu es el obsesor que lleva una vara, y en ésta anota todo el mal que se hace. Éste pertenece a la faz de la Tierra; o sea que éste pertenece a las fuerzas bajas. Éste, cuando el Ángel de la guarda se retira, entra como guía para esa materia produciendo sólo el mal, y así hasta llevarlo a los planos de la oscuridad.
(…) -Esclarecimiento- Este hermano a quien se designa como obsesor, es el encargado de registrar las malas acciones; y cuando el espíritu encarnado se empecina en el mal, cuando se deja arrastrar por la mentira, el orgullo, la soberbia, las bajas pasiones, la envidia, la avaricia, la deshonestidad, etc., el hermano obsesor entra como guía de esa materia allanándole, facilitándole el camino hacia los vicios para fascinarlo, posteriormente someterlo, y por último subyugarlo para desviarlo del camino recto, hasta conducirlo a los planos de la oscuridad. Cada falta cometida, cada pensamiento o deseo de maldad repercute en la moralidad del espíritu, con lo cual se oscurece el periespíritu, opacando, cubriendo su luz.

(…) -Enseñanza- Los tres espíritus partículas de Dios de acciones diferentes, son espíritus iguales y también son perfectos; lo único, es la misión que desempeña cada uno. Pues el primero es el de la cruzada que busca su elevación, y el segundo lo guía para llevarlo a el Padre Eterno; pero éste es muy delicado, no permite que vaya sucio, porque limpio del pecado es más liviano. Y con el pecado sólo puede pertenecer a los Planos de la oscuridad.
Así que el tercer espíritu trabajador también de Dios, desempeña la parte del castigo para los hijos ingratos que sólo ambicionan la maldad.
(…) -Esclarecimiento- El espíritu que viene a movilizar materia, el Ángel guía, y el obsesor; cada uno cumple su misión.
El primero encarna para limpiar su espíritu a través de las pruebas que le sean asignadas, así como de la expiación que debe sobrellevar por las faltas cometidas en el pasado, y aún en el presente, para poder quitar las capas oscurecidas con las cuales ha cubierto su espíritu, teniendo que vivir en carne propia todo el mal que ha infringido a sus hermanos, y así buscar la perfección; es decir, evolucionar.
El segundo cumple la misión de guiar a ese espíritu encarnado para que pueda emprender el vuelo; éste orienta, pero no obliga, dejando que el libre albedrío de su protegido se manifieste en toda su magnitud. Pero todo aquél que quiera regresar a Dios tendrá que limpiar su espíritu, porque de lo contrario el peso de las faltas no le permite subir a los planos de luz, que son las escalas que debe alcanzar hasta llegar a la diestra del Padre Supremo.

Entre menos virtudes tenga el espíritu, más se aferrará al plano Tierra, y más fuerza de gravedad ejercerá el planeta sobre su densa materialidad.

El tercer espíritu acompañante; o sea el obsesor, es el encargado del correctivo por las deudas contraídas, por el mal que se haya causado; como también el encargado de perturbar, de obsesionar las mentalidades para desviar del camino recto.

(…) -Enseñanza- También llega el día que Dios no permite que aquel hijo ingrato se hunda más en el fango de la Tierra; entonces manda de nuevo al Ángel, o sea el guía, para ayudarlo a limpiar del pecado. Entonces se producen las enfermedades que sólo con el arrepentimiento y el comprendimiento de las deudas que hay que pagar; quedando a paz y salvo, éste se cura.
(…) -Esclarecimiento- Cuando el espíritu se encuentra abatido por el peso de sus faltas y está cautivado, conquistado y subyugado por los vicios que lo llevaron a desmoralizar, a oscurecer su Periespíritu y a hundirse en el fango de las bajas pasiones ganando así planos de dolor y sufrimiento hasta quedar imperfecto; entonces Dios que es tan buen Padre lo recuerda con cariño y envía de nuevo al Ángel guía para ayudarlo, pero el arrepentimiento y el deseo de cambiar por sí solos, no son suficientes para levantar las capas oscurecidas; y como las deudas contraídas son tantas, que no han sido canceladas, entonces se presentan todo tipo de miserias; y sus enemigos, espíritus encarnados y desencarnados, realizan el cobro de las deudas a través de enfermedades, que muchas de las veces sólo pueden ser curadas espiritualmente, para que así comprenda que es a causa de las faltas cometidas, las cuales ha de pagar a través del dolor en su propia materia. Sólo cuando éste quede a paz y salvo de la deuda, la causa es levantada, el Periespíritu sana, y éste transmite la curación a la materia. Lo que afecta a la materia repercute en el Periespíritu; y la deuda que traiga el espíritu, es trasmitida del Periespíritu a la materia en forma de enfermedad, aunque la materia sea tierna, o se encuentre aún el vientre de la madre.

(…) -Enseñanza- Entonces es la tragedia, porque las deudas que hay pueden ser muchas. Y ¿Cómo pagar las deudas que hay en tanto miles de años?
Entonces son los reconcilios de espíritu a espíritu, porque las Leyes son perfectas y no permiten engaño. Nadie puede alegar que su espíritu ha venido imperfecto o sucio, porque todos han llegado iguales a la Tierra; perfectos y limpios.
(…) -Esclarecimiento- Como las deudas acumuladas en distintas cruzadas son muchas; entonces la desdicha, las persecuciones espirituales, la humillación, el sufrimiento, el dolor, azotan la materia y afligen el corazón; y al ser ignorante de aquella verdad oscura y olvidada del pasado, muchos se preguntan ¿POR QUÉ SI HAY UN DIOS, POR QUÉ ME TIENE ASÍ?

Para saldar tantas deudas contraídas en miles de años, sería necesario igual o mayor número de años de expiación y sufrimiento; pero el Padre que en todo momento vela por sus hijos, concede a través de los Tribunales Espirituales, y por intermedio de sus siervos en el terrestre, o sea los Médiumnes parlantes o videntes con capacidades espirituales, intervenir entre espíritu encarnado y espíritu desencarnado para que haya el reconcilio entre los espíritus; y así con el arrepentimiento y con el perdón de Dios, quedan desligados y libres, cumpliéndose la Ley inmutable, Ley natural, Ley Divina del Perdón.

Las verdaderas Leyes Espirituales son perfectas y están establecidas desde el el principio de los tiempos para el bien de la humanidad, y para vivir en paz como verdaderos hijos de un mismo Padre Creador.

Hermanos de mi espíritu; sabed que el conocimiento de las Leyes espirituales nos ayuda a preservarnos del mal; por lo que es ignorancia el culpar al Padre Supremo por el mal que nos aqueja como resultado de los errores cometidos bajo nuestro libre albedrío; pues son nuestras decisiones las que nos encamina por la senda de la luz o el de la oscuridad. Nada de lo que hagamos queda impune ante las Leyes de Dios.

La ignorancia puede llevarnos a pensar, que si nadie nos está observando cuando mentimos, cuando nos apoderamos de aquello que no nos pertenece, cuando derramamos la sangre de nuestros hermanos, cuando utilizamos los conocimientos espirituales para comerciar con ellos, para doblegar o para causar mal a nuestro prójimo en secreto; nadie lo sabrá. Pero en verdad os digo hermanos míos, que todo cuánto se dice, se hace o se ve, queda registrado en el libro de las estadísticas espirituales de cada hijo de mi Padre; y todo será tomado en cuenta en nuestra siguiente cruzada; y de acuerdo al mal que hayamos causado, así mismo será la expiación que deberemos sufrir.

Si por ambición o avaricia en el pasado, despojamos a nuestro hermano de sus bienes materiales, de igual manera seremos despojados en nuestro presente trasegar, de aquello que con gran lucha y esfuerzo hayamos conseguido. Si por envidia o por maldad fuimos talanquera en el pasado de un hermano, así mismo sufriremos aquel rigor de persecución tanto espiritual como corporal. Y aunque no se debe de generalizar al tomar una asechanza como expiación, que por envidia o maldad se realiza sin tener deuda con quién la produce; cierto es, que el sólo hecho de estar encarnados, ya constituye una causa, y si no es uno, será otro quién se interponga en nuestro camino. Así mismo, si por cobardía ante el agobio, ante el sufrimiento moral, o el dolor de la enfermedad decidimos quitarnos la vida; tened en cuenta que deberemos regresar con el mismo mal que nos afligió, y repetir la cruzada, con el agravante de que al haber interrumpido temporalmente la expiación de aquella causa cuyo cobro se manifestó a través de la enfermedad, se suma la de cortar la vida a la materia que moviliza nuestro espíritu.

Ejemplo; quién se quita la vida disparándose en la cabeza; tal y como partió de este plano terrenal con su cerebro físico dañado por el proyectil justo antes de cortar el fluido vital, regresará en su próxima cruzada con grandes limitaciones en su función cerebral. Igual para quienes en su orgullo y vanidad mutilan o injertan en su materia elementos extraños a la naturaleza de su cuerpo para gozar de una belleza pasajera.
Así mismo, todo aquél que, a causa del vicio del alcohol, del tabaquismo, de la drogadicción, de la prostitución, desgaste, degenere o dañe sus órganos, su cerebro, sus arterias, su corazón, etc., etc.; deberá como expiación a su falta, sufrir los efectos de la deficiencia, de la decadencia en su salud corporal en una vida futura, tanto como haya dañado cada órgano de aquel templo de su espíritu.

Tened presente hermanos míos, que en la condición en que parte el espíritu, así mismo volverá; pues la muerte de la materia no acaba las causas, sólo las interrumpe mientras volvemos a movilizar materia. Entonces, si partimos esclavos de los vicios, volveremos esclavos de ellos; si partimos siendo esclavos del opresor, esclavos seremos en la erraticidad, y esclavos volveremos de ellos; cuando por temor, por complicidad o falta de voluntad, nos sometamos a quienes causan mal a la humanidad. Por lo tanto, no permitáis que nadie os subyugue, ni tampoco subyuguéis a nadie; porque esa condición la viviréis en la erraticidad, y en vuestro regreso a la materia.

¿Cuántos somos los que, desde las primeras horas de vida corporal, y aún desde el vientre de nuestra madre, hemos padecido a través del sufrimiento, de la enfermedad, de la desnutrición, del abandono, las causas como consecuencia de nuestras acciones pasadas?
Os digo que somos millares; sólo que la materia no conoce el pasado de su espíritu…

Vuestro hermano, amigo y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-
-Héctor Fabio Cardona-


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Independientemente de que vuestra opinión sea favorable o no, sobre el tema publicado; nos interesa el conocer vuestro punto de vista, pues toda evaluación que se haga dentro del marco del respeto es valiosa para nosotros porque nos ayuda a corregir errores y a mejorar los aciertos.

BIENVENIDOS.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.