sábado, agosto 08, 2020

¡Padre, habla para que tus hijos escuchen!


Ante la reiterada pregunta de mis hermanos sobre ¿si las plegarias se pueden elevar fuera de los recintos, y cuáles serían? Os digo que hay oraciones que corresponden a labores internas, y hay oraciones que se elevan para clamar al Padre Supremo y a sus Mensajeros de Luz, sus bondades en todo momento.

Quién haya memorizado las Oraciones sea director, médium o seguidor, es su responsabilidad el asegurarse cuáles puede elevar, y de cuales deberá de abstenerse.
No tengo el conocimiento de indicaros cuáles son unas, y cuáles son las otras; lo que os puedo decir con certeza es que, cuando se clama con amor, con respeto y honestidad ante un Padre; el Padre escucha y concede lo peticionado al humilde de corazón, aunque éste se encuentre en una choza o bajo un árbol. Pero indistintamente de cual sea la necesidad que se tenga; no se requiere precisamente de elevar las oraciones asignadas a la Enseñanza para ser escuchado, porque como ya os dije, basta con la limpieza de corazón para que la súplica llegue hasta el Espíritu Divino del Padre Supremo.

Al respeto os referiré algo...

“En cierta ocasión, un grupo de espíritus desencarnados se presentaron ante la parte espiritual para ser evaluados y poder presentarse ante el Padre Supremo; y aquél que elevara la Oración más hermosa, se le concedería el paso...Uno a uno elevaban lindas y espléndidas oraciones. Unas muy extensas, otras colmadas de súplicas donde nombraban a todo santo y maestro conocido; y otras con demasiadas promesas. 
Cuando llegó el turno al labriego; éste enmudeció de vergüenza, pues no tenía ninguna oración para decir, y menos tan lindas como la del resto del grupo; pues no asistía como ellos a templo alguno, y tampoco tenía a su disposición ninguna obra para estudiar, y escasamente había aprendido a leer.
Entonces, cerrando sus ojos empezó a decir presurosamente antes de que se le olvidara: A, B, C, DE, E, F, G…ETC., ETC., ETC. Cuando terminó, dijo; esta es mi oración, sólo que está en desorden en todas esas letras…los demás se echaron a reír; pero el guía respondió: En verdad os digo a todos vosotros que es la oración más hermosa que he escuchado, porque ha emanado de un corazón humilde, donde sólo puede verse honestidad, y no arrogancia, ostentación ni hipocresía como en el vuestro. Seguid adelante hermano; y vosotros regresad a limpiar vuestro corazón.” 

En verdad os digo hermanos de mi espíritu que somos muchos los médiumnes y directores corporales que no somos escuchados en la altura, aunque nos demos golpes de pecho dentro de los recintos, y recitemos el Libro Matriz al derecho y al revés; mientras que hay hermanos que, sin pertenecer a una enseñanza, ni asistir a los Recintos de Oración; con sólo doblar rodilla así sea bajo las piedras o bajo los árboles, les son abiertos los portales espirituales, y son escuchados en la altura por su humildad...

Entonces os digo que no es indispensable el aprenderse o leer las plegarias asignadas a la Obra del Maestro Ismael, para ser escuchados en la altura; pues quién en silencio limpia su corazón sin el interés de ser reconocido públicamente por sus hermanos, en silencio es reconocido por Dios Todopoderoso Infinitamente Justo.

La Enseñanza está compuesta en su mayoría por Leyes Espirituales que deberían de estudiarse para discernirlas y esclarecerlas en nuestras mentalidades; y así dando cumplimiento primeramente a aquellos Mandatos Divinos, ayudar a nuestro espíritu a evolucionar. 

Elevar mecánicamente por simple costumbre las Oraciones de las labores internas de la Obra, no asegura que nuestro pensamiento llegue ante el Padre Supremo; más la limpieza de corazón, lo hará posible; entonces, sólo entonces podremos decir: “Padre, habla para que tus hijos escuchen

En nuestras manos está el estudiar y dar cumplimiento a las Leyes Espirituales, o quedarnos en el intento al recitar sin fuerza espiritual, aquellas plegarias que tanto nos llama la atención… 

Estudiad palabra por palabra, y os entregaré nuevas páginas dijo el Maestro Ismael.”

Vuestro amigo, hermano y servidor,
Héctor Fabio Cardona...


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