jueves, abril 21, 2022

Todos somos invitados a la diestra del Padre Supremo

 

UNA MUY BREVE EXPLICACIÓN AL PÁRRAFO:

Todos somos invitados a la diestra del Padre Supremo, pero pocos son los que llegan a combatir los vicios que le acompañan, porque están rodeados de espíritus viciosos que no quieren salir del terrestre, y no pueden por el peso de sus faltas…”
-Ismael Garzón Triana.-

(…) A simple vista, este párrafo de la Obra del Maestro Ismael, es sencillo, claro, concreto y entendible a toda mente, ante lo cual, aparentemente no necesitaría ser explicado. Así lo interpreta el leyente común que desconoce las Leyes Espirituales; pero para quienes, motivados en su deseo de aprender, de evolucionar, estudian con el anhelo de adquirir el conocimiento sobre aquellas Leyes que son luz para el espíritu, investigan, escudriñan, profundizan sobre la Enseñanza, para esclarecer la mentalidad y comprender el contenido de la Obra según lo espiritual, no según nuestro parecer ni según nuestro sentir.

Empecemos.
Cierto es, que absolutamente todos los espíritus al haber sido emanados de aquella Majestad Divina, están llamados a regresar a la diestra del Padre Supremo, sin importar cuán oscuras y trágicas hayan sido sus pocas o innumerables existencias, ni cuán violentos ni sangrientos hayan sido sus actos, ni cuán despiadadas hayan sido sus persecuciones en contra de sus hermanos.

Sabed hermanos de mi espíritu, que toda falta es remisible ante el Padre Supremo; Él es Dios Todopoderoso Infinitamente Justo; Dios de Amor, de Misericordia y de Perdón, no un dios cruel ni castigador. No es un dios que premia a unos por sus buenos actos ni aquel que castiga a los otros por su mal proceder, Él es el creador de las Leyes Inmutables Espirituales con las que se rigen los espíritus tanto encarnados como desencarnados en el Universo entero; pero es el libre albedrío de cada ser, lo que lo conduce a tomar buenas o malas decisiones, siendo su propia conciencia el juez que ha de juzgarle. Por lo tanto, cuando aquel hijo ingrato desatiende el llamado del Padre Eterno, que aun llevando siempre consigo los Mandatos Divinos plasmados en su corazón, y un guía espiritual asignado para orientarle, y a pesar de ello renuncia a transitar por el camino recto para dirigir sus pasos hacia las voluptuosidades, hacia los vicios de la mentira, de la deshonestidad, de la envidia, del orgullo, de la soberbia, de la avaricia, etc., etc.; sabed hermanos de mi espíritu, que este hermano será fascinado, sometido, y subyugado por los vicios; y ante su tendencia al mal por la falta de respeto y de amor hacia el Padre Supremo, este hermano dirigirá su libre albedrío sin responsabilidad, y complacido en sus caprichos de la materia perderá su fuerza de voluntad, siendo rodeado por espíritus viciosos, espíritus oscurecidos aferrados a los encantos del terrestre, quiénes le conquistarán fácilmente a través de las bajas pasiones para conducirlo hacia los abismos insondables de la oscuridad.

Y cuando aquel hermano caído en desgracia y hundido en el fango, cansado de infringir Los Mandatos Divinos, de causar mal, de vagar y de sufrir, se arrepienta de su proceder, clamará la misericordia del Padre Eterno; y Dios que es tan buen Padre lo recuerda con aquel cariño y lo llama para decirle: “Hijo ingrato de dependes de mí, que un día te inclinarás a mis pies; entonces con aquel amor de Padre te recibiré, pero cuando hayas limpiado tu espíritu, porque limpio te fuiste de mi lado, y limpio vendrás a mí.”

Como os dije en un principio, el Padre Supremo no es un Dios que premia ni castiga; y en su Infinito amor y misericordia hacia todos sus hijos, no ha creado sufrimientos ni suplicios eternos; más es el hijo que tras sus reiteradas faltas, tras el mal que ha causado, deberá sufrir en carne propia a través de la expiación, el mal infringió a sus hermanos. Toda falta debe ser reparada en su totalidad; entonces para dar paso a la limpieza de su espíritu se enferma y lo enferman, sino en la actual, sí muy seguramente en las siguientes cruzadas, e ignorante de la verdad oscura de su pasado, no comprende el porqué de sus sufrimientos actuales, por eso dice: ¿Si hay un Dios, por qué me tiene así…?

Muchos espíritus mientras gocen y se satisfagan, NO QUERRÁN SALIR del terrestre por la complacencia, por el deleite que aún le producen las bajas pasiones que, a pesar de estar desencarnado, sigue unido mediante los hilos periespírituales que, como raíces siguen compenetrados con la materia mientras ésta se descompone en la tumba, recreando una y otra vez en su mentalidad el recuerdo de los vicios, de las bajas pasiones a las que recurría mientras estaba encarnado, porque aún cree hacer parte del mundo de los vivos; entonces, por el apego a todo aquello y por los bienes materiales que dejó, se aferran aún más y más a este plano terrenal. Y cuando, ante el sufrimiento y la enfermedad, obligadamente despiertan un poco de conciencia, quieren salir, pero ya no pueden, porque el peso de sus faltas no le permite subir ni pasar a otro plano de más evolución.

Y, ¿Sabéis exactamente que les impide salir del terrestre?

¡Muchos diréis, pues el peso de sus faltas!
Si, pero ¿Qué peso, y qué fuerza es ésa, capaz de retener a un espíritu que no lo afecta ni el frio ni el calor, que puede atravesar paredes, estar bajo el agua, lo mismo que estar en medio del fuego sin siquiera darse cuenta de ello, lo mismo que desplazarse, ir y regresar a donde quiera dentro de este plano de oscuridad que le ha sido asignado como prisión para su espíritu?

He aquí, cuando entra en acción la Ley física de la gravedad.
Pero diréis ahora; ¿Pero si es un espíritu desencarnado, qué gravedad puede afectarle?

Os diré hermanos de mi espíritu que, el Periespíritu es una envoltura semi-material, que debe a la materia su origen, y a la espiritualidad su naturaleza etérea. El Periespíritu es conformado por el espíritu con los elementos propios del plano donde ha de habitar; por lo cual, cuando un hermano se empecina en el mal, su Periespíritu se desmoraliza, se hace más pesado, más denso y más oscuro; entonces la atracción, la fuerza de gravedad de los mundos inferiores como la Tierra, ejercen su fuerza sobre estos organismos. Entre más ennegrecido se encuentre un espíritu, menos podrá elevarse; llegando en algunos casos a tan sólo poder arrastrarse sobre la faz de la Tierra. Pero en la medida que el espíritu se moraliza; es decir, en la medida que se limpia de las capas oscurecidas; en esa misma medida irá emprendiendo el vuelo, hasta el día que su Periespíritu esté acto salir del terrestre y habitar un mundo más avanzado.

Entonces compréndase el significado de: “Limpio te fuiste de mi lado, y limpio vendrás a mí

Veis como no es necesario que el Padre Eterno castigue a ninguno de sus hijos por sus faltas, ni los premie por sus buenas acciones: es el espíritu quién por su propia voluntad gana o pierde su luz; y será el espíritu en potestad de su libre albedrío, que tal y como oscureció su espíritu según su voluntad, así mismo deberá trabajar y reparar el mal que causó a sus hermanos pagando hasta el último céntimo de su deuda y así recuperar su luz, porque cada deuda es una capa, y cada capa es un enemigo, que hasta que no quede en paz con esa deuda no le quitan la capa, y no subirá

He ahí la explicación de este párrafo desde el punto de vista espiritual, y desde el punto de vista de la Ciencia, no según nuestro sentir ni aquello que nos puedan haber inculcado sin fundamento…

Si hubiese un espíritu encarnado esclarecido para extraer todo el conocimiento que encierra un solo párrafo de esta magna Obra; os digo que no habría papel ni tinta suficiente para plasmar en letras lo extraído de él, porque toda está Enseñanza se encuentra infinitamente resumida; por eso dice, “Este Estudio lo encierra todo, este Estudio es universal."

Entonces; ¿Cómo podemos decir que conocemos y que comprendemos la Obra cuando ni siquiera la estudiamos…?

Ante se criticar, debemos de preguntar, debemos de estudiar; y cuando hayamos estudiado y aprendido mucho, comprenderemos que un día fuimos también ignorantes, y sólo nos moverá la gratitud hacia el Maestro, como así el anhelo de enseñar a nuestros hermanos, lo que aprendimos de Él.

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-


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