viernes, noviembre 18, 2022

Lo que mal se haya aprendido, mal se enseñará

 
“Así que estas explicaciones las escribo, y quiero que cada hermano estudie estas humildes frases, que de mi libro he arrancado estas páginas de amor y de fe. Cuál camino lleno de vacíos, en el cual hay que construir las gradas para pasar, pero gradas bien construidas, porque si el material es malo se puede derrumbar; espero que comprendan, y estudien palabra por palabra”
-Ismael Garzón Triana-

(…) Os pregunto; ¿Qué es aquello que, el labriego precavido y sensato realiza antes de esparcir la semilla? ¿Acaso no prepara cuidadosamente la tierra mediante el arado para oxigenarla, lo mismo que para remover y retirar los TRONCOS PODRIDOS, las raíces inertes y la mala hierba que posteriormente pueda llegar a substraer aliento y espacio al nuevo germen impidiendo su crecimiento y desarrollo? ¿Acaso éste siembra sin haber abonado la tierra con los nutrientes indispensables para que la semilla se nutra lo suficiente, germine, y así crezca sana, fuerte y vigorosa? ¿Acaso no está en continua vigilancia para podar la cizaña que crece a la par con las plantas? ¿Acaso no irriga diariamente los surcos para hidratar con agua fresca las raíces de aquellos plantíos para poder recolectar frutos sanos el día de la cosecha?

Os recuerdo que; «El suelo por fértil que sea, no puede dar fruto sino se cultiva» Así mismo es el corazón, la mente y el espíritu del hombre; sino se cultiva diariamente, sino se está vigilante para impedir la gestación de los vicios, ningún conocimiento que llegue a él, le será provechoso.

Por lo tanto, quiénes deseemos adquirir el verdadero conocimiento espiritual, los verdaderos Mandatos Divinos, debemos antes de todo, preparar nuestro corazón removiendo, retirando y desechando preconceptos y malos hábitos adquiridos en cruzadas anteriores y aún de la presente, que hayan dejado raíces enquistadas de odios, de resentimiento, de rencores, de egoísmo, de orgullo, de soberbia, de irrespeto, de pereza, de falacia y de envidia entre tantos otros vicios, para poder vivificar, refrescar y reposar el corazón Templo de Dios y estación de Sabiduría; porque mientras alberguemos recelo alguno, ningún conocimiento nos será provecho como ya os lo dije, pues sería tergiversado, desvirtuado, como hoy acontece con la mayoría de las Enseñanzas Espirituales que el Padre Supremo ha concedido al plano Tierra a través de sus Mensajeros.

Sabed hermanos de mi espíritu que entre aquellos que decimos ser “ESTUDIANTES” de la Obra del Maestro Ismael, ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, muchos somos simple palabra rebuscada, adornada, pero triste y finalmente vacía, que en la mayoría de las veces sale de nuestros labios y rara vez de nuestro corazón. Nos encontramos también, simples curiosos atraídos por la fenomenología Psíquica, quiénes creemos mientras haya un mensaje, una comunicación, una labor de sanación, y no la fe puesta en el Padre Celestial; hacemos parte también los incrédulos y tibios que nos avergonzamos de compartir la Enseñanza; así mismo, materialistas consumados en espera del momento preciso para comerciar con la Obra, sino monetariamente, al menos sí, a través del aplauso, del elogio y del reconocimiento del hombre por lo poco e intrascendente de la labor que realiza. Pero entre tantos, y quizá los más contraproducentes para cualquier enseñanza, nos encontramos los vacilantes, los irresolutos que ambicionando poseer grandes conocimientos sin estar preparados para comprenderlos, dando tumbos al ir allá, y más allá; ciertamente no estamos ni allá ni acá.

Dentro del estudiantado espiritual-astral nos encontramos también, quiénes nos hacemos impostores al tergiversar la Obra y al confundir a Dios por otra cosa, a pesar del conocimiento adquirido; lo cual demuestra que el conocimiento sin moral, sin amor, es letra muerta, es podredumbre para el alma, porque en vez brindar amor, benevolencia ante la falta de nuestros hermanos, y compartir el conocimiento, lo que hacemos es esparcir oscuridad, falacia y engaño, al sembrar odios, rencores y sentimientos de venganza, cuando deberíamos de actuar sobre el corazón del hombre como el bálsamo refrescante de las heridas, y no como el ácido que carcome e irrita aún más las llagas del alma.

Bien sea por misericordia, por gracia de aquella Majestad Divina; por amor del hombre a su hermano el hombre, o a la Enseñanza o por la necesidad de evolución, yacen entre nosotros hermanos fraternales, hermanos idealistas, verdaderos estudiantes de la Obra que trabajan según la esencia de la Enseñanza por el bien de la humanidad. Son pocos, pero aún se conservan firmes, leales.

Entonces pregunto; ¿Cuál es nuestra meta, nuestra labor, nuestra misión?

Os digo hermanos míos, que es la oportunidad, el tiempo preciso de llenar el corazón con verdadero amor fraterno, las mentalidades con conocimiento, y revestir los actos con la sabiduría que da las Leyes del Padre Supremo; como es también la oportunidad ideal y perfecta para desechar las vaguedades, lo superfluo, y la oscuridad que retrasa y desvía del camino recto, del sendero espiritual; porque quién se considere verdadero apóstol de nuestro amado Maestro, debe de dejar a un lado el egoísmo, el orgullo, la envidia, y todo aquello que daña a el espíritu. Todo verdadero amador de mi Padre debe de ser más humilde que el mismo humilde, más lleno de amor y de perdón; y antes de pedir perdón al Padre Supremo, pedir perdón primero a nuestro hermano, y darle la mano a nuestro hermano cuando se encuentre en el lodo; ése debería de ser el vibrar en nuestros corazones; la verdadera armonía espiritual.

Por lo cual, es claro que muchos somos los que debemos de cambiar tanto por dentro como por fuera, o retirarnos para dar paso a la nueva generación de estudiantes con verdadera vocación, con verdadera voluntad, con verdadero amor a un Padre Supremo y a nuestros hermanos…

… «Más no os engañéis, no prestéis oídos a los engaños, a las fantasías, porque la mentira se ha apoderado de la mentalidad de muchos que dicen ser enviados de un Padre, porque la mentira aprendida en sus labios destila veneno para engañar hasta los más confiados» Dijo un Espíritu amigo…

Entonces, ¿Cuál es nuestra verdadera esencia, espíritus o materias? ¿Cuál fue nuestro propósito al ingresar a la Enseñanza? y ¿Cuál fue nuestro juramento ante un Padre?

Al menos mi propósito es el de limpiar mi espíritu; por ello, he aquí ante vosotros un hombre avergonzado, agobiado espiritualmente, que lucha por recomponer su camino, dando el primer paso con el reconocimiento de sus faltas al indagar, al desnudar el pasado de su alma cicatera con la firme intención de aprender de mi errores para mejorarme a mí mismo cada día; he aquí un hijo ingrato entre los ingratos al despreciar la Misericordia del Padre Supremo, cuando me ha concedido una armadura pasajera para el tránsito de mi espíritu por este mundo, cuando me ha concedido cierto discernimiento, y la más grande oportunidad como espíritu encarnado, de llegar a esta sublime Enseñanza para avanzar en conocimiento que es luz para mi espíritu; pero que a pesar de ello he olvidado de dónde vengo, y hacia donde debo dirigirme, al haber extraviado mi camino; como he aquí también ante vosotros a un hombre que quizá el mayor logro alcanzado hasta el momento, consista en haber dado inicio al reconocimiento de su errado proceder con el propósito de levantarse y empezar de nuevo…

(…) Para tener siempre presente… “Como en los tiempos de Bolívar, Martín, Santander y Páez, y otros cuantos que lucharon por la libertad; nosotros luchamos por la libertad sublime, por la Ley Astral, Espiritual y universal” Nos enseñó el Maestro Ismael Garzón Triana.

Entonces, sabed hermanos de mi espíritu, que no es cobardía el no luchar, el no entrar en confrontación para defender la Patria ni los derechos de nuestros hermanos cuando no se viene espiritualmente a ello; cada quién cumple su tarea, cada quién cumple una misión; y así como el siervo al servicio espiritualmente del Padre Supremo viene a cumplir una misión específica de despertar conciencia en sus hermanos a través del conocimiento de los Mandatos Divinos sin acusar al hermano que lucha, que batalla en el fragor de la guerra por una causa justa, pero que éste no apoya, que no trabaja espiritualmente porque están en su afán, en su lucha en el campo, en el terreno de la batalla; tampoco aquél debe de juzgaros ni señalaros por no hacer presencia ni parte en la lucha, porque mientras unos guerrean para defender sus derechos fundamentales así como su humanidad y la de sus hermanos, los que se encuentra al servicio ante un Padre Celestial, blanden sus espadas espirituales en complemento y apoyo, y claman y piden al Padre Supremo la luz, la fortaleza para quienes luchan en contra del hermano tirano, en contra del hermano opresor.

Os digo esto por dos sencillas razones:
La primera, es para que comprendáis, para que diferenciéis bien, que mientras unos son guerreros y traen sus insignias, sus estandartes y actúan como tal; los otros traen el conocimiento, la fuerza espiritual, y actúan también de acuerdo a ello, sin que la labor de uno sea menos meritoria que la del otro. Os lo repito, se complementan.

La segunda razón, es para tengáis siempre presente que el apoyo de una causa no debe de haceros abandonar ni desviaros de la vuestra; que el apoyo a vuestros hermanos que defienden vuestros derechos, no os faculta para lastimar ni en palabras ni en hechos, ni juzgar a vuestro hermano que somete, que maltrata, que subyuga, que persigue, porque entonces estaríais obrando de igual manera de aquello que rechazáis; más vuestra verdadera labor espiritual consiste en clamar al Padre Supremo la fortaleza para los espíritus que defienden una causa justa, lo mismo que clamar con amor ante aquella Majestad Divina, la luz para aquél hermano opresor que se encuentra enfermo por la oscuridad que ha cubierto su espíritu al rehusarse a actuar de acuerdo a los Mandatos Divinos, a pesar de llevarlos grabados en su conciencia.

Por lo tanto, respetuosamente hago las siguientes preguntas a mis hermanos que deseen hacer parte de la nueva página Estudios Astrales Espirituales Ante Dios, próxima a iniciar labores con conocimientos profundos propios de un verdadero estudiante de los Mandatos Divinos.

¿Quiénes desean participar? ¿Quiénes están dispuestos a cambiar, a luchar para vencer las malas inclinaciones? ¿Quiénes están dispuestos a escribir sus nuevas páginas sobre papel dorado?

Entonces, hago extensiva esta invitación a todo aquél estudiante o simpatizante de la Enseñanza ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS que deseé brindar a su espíritu la oportunidad de adquirir el conocimiento de las Leyes del Padre Supremo y no el odio ni la venganza, así como la verdad y no el engaño; donde se estudie las causas espirituales sin argucias ni imposiciones para comprender naturalmente lo que nos aleja o lo que verdaderamente nos puede acercar al sendero espiritual.

Ciertamente, al dar inicio a un nuevo año lectivo lleváis consigo papel en blanco para plasmar lo aprendido en cada asignatura; entonces os pregunto, ¿Quiénes están dispuestos a crear un nuevo espacio en su vida, para plasmar en blanco y compartir a la humanidad vuestro nuevo aprendizaje?

No os digo que eliminéis, que borréis ni os apartéis absolutamente de nada, porque cada quién va identificando su camino a seguir, de acuerdo a su voluntad, de acuerdo a su firmeza y de acuerdo a su amor hacia al Padre Supremo; sólo os pido no mezclar, no confundir la Enseñanza ni el conocimiento espiritual con el pasatiempo frívolo e insustancial propio de la cotidianidad de la materia, pues esto no hace bien ni a la Obra ni a vuestro espíritu.

Por lo tanto, aprender a respetar las Leyes Espirituales diferenciándolas del entretenimiento, es fundamental para esclarecer nuestras mentalidades y poder comprender la magnitud de esta humilde Enseñanza, sin lo cual se hará imposible construir cimientos fortalecidos, gradas bien construidas en lo espiritual para dar el siguiente paso, que es extender y dar a conocer la Enseñanza a toda la humanidad con conocimiento de causa, porque ciertamente no podemos hablar de Dios, hablar de amor, de bondad, de reconcilio y perdón, al mismo tiempo que juzgamos a nuestro hermano, y confundimos a Dios por otra cosa.

LO QUE MAL SE APRENDE, MAL SE ENSEÑA

Os recuerdo que…
… “Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen”
-Cita del sabio de Alfonso X de Castilla-

Os dejo con esta pregunta:
¿Qué es lo que hacéis vosotros cuando os mudáis de morada?

Entonces haced lo mismo mudando vuestros viejos hábitos...

Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Independientemente de que vuestra opinión sea favorable o no, sobre el tema publicado; nos interesa el conocer vuestro punto de vista, pues toda evaluación que se haga dentro del marco del respeto es valiosa para nosotros porque nos ayuda a corregir errores y a mejorar los aciertos.

BIENVENIDOS.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.