"No creáis nada de lo que aquí os digo; más bien investigadlo"
Síntesis de la intemperancia, de la injusticia, del sufrimiento y del dolor.
(Tiempo de oscuridad) Por: -Héctor Fabio Cardona-
(...) Aprended hermanos míos a escuchar con los oídos, y a ver con los ojos del espíritu, y no con los de la materia, para que el Orgullo vestido de Vanidad no entre por vuestra vista, ni el Capricho seductor a las mentalidades por vuestros oídos. No consintáis que vuestros corazones se endurezcan, ni se confundan vuestros sentimientos para que no os hagáis sordos, ni ciegos ni indiferentes ante el dolor, ante el sufrimiento y penuria de vuestros hermanos menores y de los menos favorecidos; porque los acontecimientos inevitables de los tiempos venideros, difíciles para la raza humana ya están presentes y el mundo entero ya es flagelado por los Elementos que agitan como hojas al viento y sin control en los cuatro puntos cardinales, los endebles y frágiles cimientos sobre los que reposan las esperanzas de supervivencia de una sociedad en decadencia moral y espiritualmente, que sobre puebla este planeta, este plano de expiación, de sufrimiento, de miseria y de dolor, en el cual ya escasean los alimentos, la vegetación, y los bienes más preciados en este mundo; el aire respirable, y el agua por la cual llegarán cruentas guerras.
El hombre está en peligro de perecer al arrasar el medio ambiente, al igual que por las enfermedades que derivan de su mala alimentación, así como por el veneno que inyecta en su sangre, por los malos pensamientos que alberga en su corazón, y por el colapso del suelo ante los estertores, ante las convulsiones agónicas en las entrañas de la Madre Tierra, como mujer que va a dar a luz, porque la Tierra precisa expeler por el hastío, los desechos con los que el ser humano ha contaminado aire, tierra, mares, lagos y ríos, al verter los tóxicos en la atmosfera y fuentes de agua, tras la extracción, y el saqueo de los recursos naturales que sustentan y dan firmeza al suelo; mismo que con mayor frecuencia se desploma en las canteras dejando sepultadas en aquellos socavones las humanidades de quienes unos extraen por necesidad, y otros por avaricia, aquél metal o aquella piedra para calmar el hambre y la de los suyos, o con la intención de incrementar la fortunas de quien ya tiene, pero que su desmedida ambición le incita a poseer más...
Bajo los propios píes de quienes en su mezquina forma de pensar y enceguecidos por la codicia de los mercantes, la vanidad de la moda y la voracidad de los consumidores que han colocado precio al ecosistema en general que equilibra las fuerzas de la Naturaleza y que hacen posible la vida en este planeta; el suelo tiembla, el suelo se hunde desestabilizando estructuras, colapsando construcciones, incomunicando poblaciones. La tierra gime, la tierra se estremece y rasga su vestidura enseñando su poderío, las montañas debilitadas al ser atravesadas con túneles transportadores de contaminación, se sacuden y se precipitan engullendo todo orgullo, toda avaricia, toda maldad, toda mezquindad. Todos tenemos cuota de responsabilidad, tanto aquél que explota, como aquél que consume. Es la defensa de la Madre Tierra, es la renovación natural, es la poda de la mala hierba, de las especies que causan el mal y siembran el terror.
¿Por qué ésta humanidad ciega y ensordecida no acata el llamado? ¿No os dais de cuenta hermanos de mi espíritu que estáis extirpando sin piedad el vientre de aquella Madre que os posibilita la vida, que os sustenta y os brinda lo necesario para el cumplimiento de vuestra misión en vuestro paso por este mundo? Detened ya, aquél holocausto, el comercio, así como el consumo de los despojos de vuestros hermanos menores que despectivamente llamáis animales, haciendo de este martirio, de esta tortura y crueldad, una matanza injustificada, una feria de productos que van desde los huesos hasta su piel, con los restos de aquellos seres que tienen deseos, necesidad y derecho de vivir, como lo tenéis vosotros.
Os pregunto ¿Por qué hacer comercio con lo que no os pertenece, con aquello que es un bien común? Os recuerdo; “La Tierra no es del Hombre, el hombre es de la Tierra” pero todo lo compráis, todo lo vendéis; hasta las Leyes de nuestro Padre las habéis tasado. Es la consigna del humano langosta que todo lo devora, todo lo destruye a su paso, porque el respeto, la moral, es tan sólo un vago recuerdo en las mentalidades que se dejan arrastrar por la ambición y el apetito desmedido; y por egoísmo e impiedad, desencadenan desigualdad, hambrunas, miserias, enfermedades, pandemias en la humanidad, al traer a la superficie metales y sustancias que amenazan vuestra permanencia en este globo, por la aparición de extrañas enfermedades tanto corporales como mentales que muchas no tienen cura, porque que su origen es espiritual, como consecuencia de vuestra irreverencia, de vuestro mal vivir.
El hombre ya no vive, el hombre vegeta porque ya no piensa; sus nobles ideales han sido depuestos por sus instintos primarios, por su ambición, y porque el camino que recorre ha sido cuidadosamente allanado con sofismas, con sustancias que dejarán no solamente estériles sus materias, sino también su pensamiento. Es la manada que cae dócilmente en aquella trampa “Que no mata, pero que tampoco libera” Es un juego de aparente libertad; donde cada día nacen nuevos “ESCLAVOS LIBRES”, que el sistema cultiva tal y como vosotros cultiváis a aquellos que llamáis animales, para serviros en vuestros malsanos propósitos.
Tened presente que vuestros ancestros lucharon y entregaron sus vidas en los campos de batalla para romper las cadenas que os despojaban de vuestra libertad; pero hoy vosotros aceptáis mansamente el yugo que se os impone mental y espiritualmente, y que vosotros mismos elaboráis eslabón por eslabón, la cadena invisible que nuevamente os esclaviza, y que además pagáis por ella para colgárosla. Al menos aquellos esclavos conservaban el carácter, la voluntad, la libertad de pensar a pesar de ser sometidos con el látigo que con furia destrozaba sus espaldas; pero vosotros no corréis ese riesgo porque ya habéis sido conquistados, amansados desde temprana edad sin daros cuenta., y por ello aceptáis como borregos lo que se os impone.
¿Entonces de qué os quejáis? Cuando sois vosotros los artífices de vuestros propios sufrimientos al renunciar a la facultad del pensamiento transitando el camino fácil, endosando nuevamente al sistema vuestras responsabilidades como individuos, como sociedad y como padres; porque erróneamente creéis, pero la verdad es que ya no tenéis la potestad, ni mucho menos autoridad sobre vuestros hijos, porque son rebaños cultivados y orientados por el sistema, que prematuramente arrebata a el hijo de la madre que trabaja; y que ésta, constreñida por la presión y la necesidad, endosa a el sistema la educación de aquél que ya no lacta, y que poco ve. Ya no hay diálogo ni comprensión en los hogares, cada quien en los afanes que se ha impuesto, en su espacio, en lo suyo… así se incentiva la desobediencia, se pierden los valores, se desvanece el vínculo afectivo entre padres, hijos y hermanos.
Se procrea a temprana edad, se legaliza el aborto; mientras las niñas o adolescentes-madres, legisladores, médicos, enfermeras y colaboradores responsables de aquel atentado, se encausan, dando paso a las venganzas espirituales por impedir que aquellos hermanos nazcan y puedan cumplir su misión, expiar sus faltas, y así continuar con el ciclo evolutivo.
La humanidad ha endosado su libre albedrío a tal punto que ya no es consciente que deambula como autómatas pendientes de su dispositivo digital (emisor-receptor de datos) mediante el cual se comunica, se interrelaciona con todos, menos con los suyos; y mediante el cual recibe las órdenes subjetivas que los esclavizan al “sugerirle sutil, pero constantemente” qué hacer, qué decir, qué usar, y hasta qué comer; aprovechando el vacío espiritual, la falta de valores.
Comprobad lo que os digo alzando por un momento vuestra mirada y veréis; no hombres, mujeres o niños libres, sino entes embelesados por las pantallas en calles, colegios, parques, bibliotecas; mientras comen, mientras conducen, mientras…bueno, comprobadlo vosotros mismos hermanos.
Es así como se incuba cada vez desde más temprana edad, el germen de un modernismo, de un estatus, de una supuesta independencia y derechos en niños y jóvenes, que no es más que el incentivo a la rebeldía en contra de quienes realmente pueden hacer algo por ellos; sus padres.
De esta manera una industria infame apoyada por leyes corruptas, dicta que comprar, así como la moda a seguir, incentivando el capricho y arrebatando la autoridad de los hijos a los progenitores, rompiendo los vínculos afectivos, porque al disgregar las familias, su triunfo está casi asegurado, y aunque muchos lo saben, no hacen nada para despertar de ese sueño, porque es más cómodo y más seguro asentir que refutar; y cual jinetes apocalípticos, los amos galopan llevando a todos los rincones del mundo publicidad consumista, moda, industrialización; elaborando y dictando las leyes que garanticen y hagan legales sus ambiciones, devastando el planeta, bosques, mares; presentando alimentos perjudiciales para la salud como sanos y nutritivos, mientras otros sólo venden placebos porque la idea es aliviar y no curar; así unos pocos llenan sus arcas deshonrosamente mientras siembran caos, codicia, vicio, lujuria y vanidad en la mentalidad del niño y del adolescente para arraigarlo sutilmente en el corazón del hombre, que posteriormente lo llevará a su propia destrucción.
Son los tiempos del hombre sin mente, son los días venideros, los tiempos no deseados; se cosecha aquello que se ha sembrado; la desobediencia, la opulencia, la maldad, los vicios, el irrespeto están por doquier. Muchos delitos, muchos vicios y tóxicos son legalizados para encantar a los huérfanos de afecto, porque cada decisión está calculada en votos y en ganancias.
Os digo que juventud que no se educa, son semillas que no germinarán, árboles que no darán fruto, ni proveerán sombra alguna; son niños sin futuro porque pocos alcanzarán la pubertad, y menos el número aún, de los que se nutrirán con aquel conocimiento que engalana y ennoblece a el espíritu.
Surgen nuevos líderes, nuevos amos. Un nuevo peón asume el poder con promesas que no podrá cumplir porque obedece a los intereses de su amo, no a los del pueblo; juega con el hambre, con la salud y doblega a la humanidad por la necesidad, se compran conciencias, y de ahí obtiene el poder para gobernar. Se arman las naciones con pretexto de defensa, se fortalecen los ejércitos para “disuadir”, mientras se oprime aún más, a un pueblo ya oprimido restando presupuesto a la educación pública; es la castración del conocimiento en las mentes de quienes nacieron obreros.
La malversación de fondos a gran escala de las arcas del estado por servidores públicos deshonestos envestido de poder y consentidos por jurisdicciones corruptas hacen de estos recursos, caudales personales; cuando no son más que los ahorros del pueblo que nunca gana, y que sí, siempre pierde, cuando los recursos públicos deberían de estar destinados para servicio de la comunidad. Es la ingratitud, el pago que reciben los votantes; y no el derecho a la educación, porque ese privilegio es sólo de los amos; como tampoco hay garantía al derecho fundamental de la salud, aun cuando ven morir a muchos esperando un tratamiento que nuca llega. Es la retribución del error por la mala elección; pero como la masa pronto olvida mientras haya entretenimiento, mientras embotan sus mentes ya confusas con aquel mundo de farándula, fiestas y noticias falsas con las que se seduce y se doblega una y otra vez a los desheredados de carácter, de pensamiento y de voluntad; nuevamente se empezará el ciclo de manipulación con obsequios y ágapes lisonjeros antes de los nuevos referéndums, para que el pueblo valide y refrende con su participación, la legalidad que ha de investir de poder a quienes seguirán vulnerando los derechos y explotando a un pueblo que ignora que está dormido sólo porque camina por sí solo.
Llegan los tiempos del caos y de la confusión, así como el crujir de dientes. Los lamentos se escuchan aquí y allá; pero es tarde, no se atendió el llamado y el bruto que dormitaba ha despertado, se ha fortalecido y tiene el poder. Ha sido autorizado por la misma humanidad para que la subyugue; se ha escuchado el clamor de las masas alucinadas por los encantos del terrestre, dominada por la avaricia, la envidia, y sometida por el entretenimiento, por las bajas pasiones, y con paso lánguido, endémico y sin voluntad, se encaminan hacia la destrucción, hacia el abismo de su propia inmolación…Es la manada ciega y ensordecida por el orgullo y la avidez.
Se ha dividido la fe, se trafica, se comercia con la fe.
Todos son convidados según su avaricia, todos participan según sus intereses, unos despiertan y se alejan de la turba, los violentos empuñan las armas y los débiles y serviles, corean temerosos los gritos de hostilidad que les gritan sus amos, radiándolos a los cuatro vientos con el disfraz de libertad.
Se desecha la razón, se rechaza la educación, se ha desatendido el llamado de los guías de la humanidad, se declina la inscripción en el libro de los guerreros espirituales, de los ejércitos de Luz, para enrolarse como siervos sumisos en los áscares de la oscuridad…
Tiempo de reflexión, tiempo de reconciliación.
(Despertar de consciencia) Por: Héctor Fabio Cardona.
(...) Sé que muchos os preguntaréis; si éste hermano habla tanto de paz, de amor y de comprensión, ¿por qué señala el mal que daña a la humanidad, y no ser más bien, un noble pacificador? ¿Acaso no es eso, también juzgar?
Os diré; se hace necesario reconocer el mal que se cierne sobre la humanidad para despertar consciencia y avanzar seguro en la senda de la verdad; tal como el caminante reflexivo analiza el sendero que ha de transitar, y porque quien conoce el nido donde yacen las víboras, aprende a no introducir su mano en él.
Os digo; “quién ejerza la violencia física, verbal o espiritual en contra de sus hermanos para defender la Ley y la Verdad, no defiende la Ley ni mucho menos la verdad, porque tanto la Ley como la Verdad son una, son inmutables y brillan por si mismas porque nada las puede tapar", por lo cual, la Verdad y la Ley se exponen con el conocimiento de los hechos, con libertad de expresión, con participación, con respeto, con sociabilidad, y nunca con imposición ni temores infundados.
Hermanos de mi espíritu, que vuestras palabras no inciten a vuestros hermanos a el odio, que vuestro pensamiento no se una a aquel clamor de la turba delirante y exigente de libertad y reparación a través de medios violentos; reaccionad para que vuestras manos no lleguen a empuñar el arma con la cual derramaréis la sangre de vuestros hermanos.
Unid vuestros pensamientos a las mentes nobles, a los que trabajan por la libertad del espíritu mediante el conocimiento; elevad vuestras súplicas al Padre Supremo para que la Luz de su Espíritu Divino vibre e irradie sobre el pueblo oprimido, y aleje la oscuridad en los espíritus avaros y opresores para que haya reconciliación y paz en este mundo de expiación, de prueba, y prisión para los espíritus.
Sabed que la animadversión sólo genera odios y resentimientos, no la propaguéis…pero sé conscientes de lo bueno y lo malo; como también, de, a quién servís.
Sé sembradores, no cegadores de oportunidades, contribuid a la liberación de vuestros hermanos, no a su esclavitud tras incentivar la venganza en sus corazones, enseñadles que el perdón libera, mientras que el recelo subyuga, sé clemente con vuestro enemigo, y obtendréis clemencia ante nuestro Padre por vuestras faltas…
Apegaos a las enseñanzas de vuestros Maestros, se consecuentes con su legado y fieles a la no violencia. No hagáis eco de la mezquindad humana, ni os pongáis al lado de quien oculta la verdad, como tampoco del egoísmo ni de las ansias de guerra de los violentos, no os convirtáis en mensajeros ni aliados del mal, tampoco exaltéis los corazones belicistas, porque cuando suenen los tambores de guerra, cuando haya guerra, sus efectos no harán distinción entre unos y otros.
“La guerra es la disputa de dos amos que se conocen, que se odian pero que no pelean entre ellos; porque tienen esclavos que no se conocen, que no se odian, pero que pelean por ellos”.
Sabed hermanos míos que cuando os unís en oración con fe hacia aquella Majestad Divina clamando por la paz; comprended bien, sois asistidos por los ejércitos espirituales de Luz…más cuando desesperáis y dais cabida en vuestro corazón al sentimiento de la venganza arrastrando con vuestra insensatez a vuestros hermanos, tenedlo también claro; sois escuchados y asistidos, pero por aquellas huestes, por aquellos ejércitos oscurecidos que procuran la maldad, la perdición y destrucción del hombre…
Entonces se hace imperioso para la paz del planeta y de los hogares, reconocer las Leyes Espirituales, enseñar el respeto hacia todos y hacia todo, silenciar las amenazas, suavizar las palabras, educar a los hijos y reducir la agresividad…no ingiráis este vino embriagador de guerra, ni lo deis a beber a tampoco a vuestros hermanos.
No pretendáis mediante la circulación de noticias “JUSTICIA O LIBERTAD”, mostraros como benefactores ni como palomas de paz, cuando en verdad incitáis sólo a malos sentimientos a un pueblo ya enardecido; ello os hace palomas, sí, pero con pico de plomo.
Os pregunto ¿acaso hais vivido en carne propia los efectos de una guerra? Si no lo habéis vivido, bien por vosotros y los vuestros; pero no deseéis, no incentivéis, no alentéis a una nación oprimida, desesperada, acorralada y vulnerable, a obtener su libertad mediante el combate, porque ignoráis lo que es la anarquía, aquella siembra de muerte y de destrucción a su paso; no llevéis sobre vuestra conciencia el peso de vuestra contribución para que se disparen las armas homicidas en contra de vuestros hermanos opresores, o contra la multitud no combatiente.
Sé pacificadores, constituíos en aquel dique disipador de destrucción dispuesto en la playa que reduce los efectos destructivos de la onda marina; así, DETENED TAMBIÉN vosotros toda propagación de resentimiento, de odio, de sed de venganza. Clamad libertad, pero mediante la solución pacífica y Justicia Divina, para que no os adhiráis como eslabones conformadores de cadenas de muerte y destrucción, ni seáis el virus propagador y cegador de vida y esperanza de vuestros hermanos…
No os digo con esto que renunciéis al derecho de vuestra libertad o que renunciéis al sentir patrio, ni al apoyo entre los pueblos; pero os digo, hay muchas maneras de ayudar, y una de ellas es respetando la Ley. Una Ley injusta no se anula con violencia, porque se estaría violando la misma ley; más estás, se derogan con el conocimiento, con la educación moral, con leyes participativas, justas y equitativas sólo cuando hay educación, cuando hay unión; pero lastimosamente los humanos hemos sido divididos desde nuestra infancia.
¿Anheláis la libertad? Todos anhelamos la libertad. Entonces trabajad, luchad primeramente por la libertad de conciencia, compartid vuestros conocimientos sin tasa, sin medida, con verdadero amor al prójimo, y veréis pueblos libres, pueblos robustecidos en lo moral, y enriquecidos intelectualmente para impedir que compren sus voluntades y endosen su libre albedrío, y así impedir pasar de una familia gobernante a otra.
Los señalamientos y hostilidades, así como las persecuciones a quienes se resisten, diezman la esperanza de los débiles de espíritu, pero avivan la llama de la lucha por la libertad de conciencia en quienes así les ha sido asignada esa misión.
No dejéis el conocimiento de las Leyes Espirituales en aquellos álbumes que tapan y ocultan para que no sean conocidas y se pierdan, ni las dejéis egoístamente en vuestras mentalidades sólo para vuestro servicio; dadlas a conocer a todo aquél que tenga sed de conocimiento mientras haya oportunidad, porque llegará el día en que todo será censurado, todo será prohibido, todo será perseguido. Sé verdaderos Soldados espirituales cumpliendo con vuestro deber y con vuestro juramento.
SABED HERMANOS MÍOS; QUE, ASÍ COMO HOY, MUCHOS SE UNEN PARA OPRIMIR, PARA DAÑAR A SUS SEMEJANTES, MAÑANA ÉSTOS, SERÁN REUNIDOS TAMBIÉN, PERO PARA SER OPRIMIDOS. -El que tenga oídos, que oiga-.
Mientras no se rompan los lasos, las causas, las cadenas que ligan a los espíritus en interminables venganzas; mientras no haya respeto, se continuará con aquel círculo vicioso de ir y venir en una y otra encarnación con el propósito de cobrarse las deudas. De ahí la importancia de aprender y de enseñar perdonar, para también ser perdonados, y no aferrarse a una inútil venganza.
“Cuando el hombre respete las Leyes, el mundo volverá a la normalidad”.
Vuestro amigo y hermano…
Héctor Fabio Cardona
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