En este día especial de REUNIÓN MASCULINA rindo con amor, este breve, pero sincero y sentido homenaje a nuestro amado Maestro Ismael Garzón Triana, autor de la Obra Estudios Astrales Espirituales Ante Dios, con este escrito que, con respeto, honestidad, profundo conocimiento y discernimiento de la Enseñanza, plasmó maravillosamente nuestro hermano Luis Alberto Aguilar Bolívar.
Héctor Fabio Cardona...
Mayo 25 de 2021
Estimado lector...
(Por Luis Alberto Aguilar Bolívar)
Estos escritos Espirituales son una enseñanza sencilla, clara y necesaria para la humanidad, que aporta para quienes la desconocen, un despertar de sabiduría sin engaños ni dogmas; la Verdad universal. Trae consigo todos los pasos que debemos dar para escalar el más alto nivel de prosperidad intelectual. Nos hace saber que tenemos recursos inagotables que debemos utilizar para nuestro bien. Que debemos creer en la eficacia de nuestra acción sobre los mundos materiales y espirituales, dirigiendo con voluntad nuestro pensamiento a las profundidades de nuestro corazón. Es allí donde se encuentra prisionero nuestro espíritu conocedor de las existencias pasadas en el plano terrestre; escuela y universidad para descubrir lo sabio, lo bello, lo divino y lo grande que son nuestras acciones, respetando las Leyes eternas de la Naturaleza, Leyes del Supremo Dios, Leyes de amor, de Paz y de Justicia para la armonía de los seres sobre la tierra.
El autor de esta Enseñanza ha tenido que sobrellevar la ingratitud de la humanidad, que ignora y desconoce el interés del Maestro de sacarnos de la oscuridad a quienes nos encontramos en ella; lo cual es la verdadera salvación para nuestro espíritu. Por esto ha tenido que vivir en soledad en esta, y en cada una de sus cruzadas pasadas.
Para entender estos escritos; o mejor decir, esta Enseñanza espiritual, es necesario reconocer y ser conscientes que, como seres humanos somos espíritus encarnados. Se llaman espíritus desencarnados a quienes han fallecido (muerte material) pues el espíritu sigue vigente con el mismo nombre que llevó a la hora de la muerte hasta que vuelva a reencarnar. Otro nombre le pondrán a la hora de nacer o bautizar, y así sucesivamente continuarán los eslabones de las vidas venideras hasta llegar a la diestra del Padre Supremo Dios.
La reencarnación es una Ley Natural evolutiva por Mandato Divino; es una acción de progreso y embellecimiento indefinido del espíritu. El alma existe, no se puede negar, y tiene su razón de existir. El ser humano es cuerpo, alma y espíritu... siendo este de más valor en la vida Universal. El espíritu es energía, es Luz y Sabiduría. El hombre es materia humana, el más perfecto laboratorio que Dios ha creado. Al llegar a la muerte se deshace, y cada uno de sus componentes regresan a su lugar. La vida del espíritu es eterna como lo es Dios creador de todo cuanto existe. El alma es el transmisor de energía del espíritu a la materia.
Esta OBRA del más alto nivel de elevación, ha sido descartada por las diferentes sectas religiosas y por algunos escritores equivocados que la han desconocido para velar y ocultar la realidad de la vida de los espíritus y su reencarnación, sin medir las consecuencias que acarrean estos hechos al perjudicar el progreso intelectual del espíritu.
Cabe resaltar que el Maestro ISMAEL GARZÓN TRIANA, Maestro de Maestros, profeta y mensajero del Padre Supremo Dios, nunca ha sido comprendido por la humanidad, como lo ha testimoniado en sus escritos.
Muchos creen que hablar de espiritismo es hablar de brujería. En realidad, ella existe y no hay que dudar; es lo mismo el hechicero y la maldad, como se ve en la humanidad.
Por tal razón, esta OBRA nos orienta y enseña la forma de protegernos de ella y de todos los males que perturban nuestra paz.
Dijo el autor: “Espero que comprendan y estudien palabra por palabra”, para comprender el resplandor de sabiduría que nos deja el Maestro.
Lucharé por esta noble causa y procuraré con lo que esté a mi alcance, darle la mejor publicidad sin llegar a desnaturalizar sus escritos. Igualmente mantener en alto el nombre del autor como ha sido su deseo, para que no sea borrado del plano terrestre. Por tal razón, es mi deber en homenaje de agradecimiento al Maestro ISMAEL y a las demás Entidades que están inscritas en esta Obra, dar a conocer y extender de la mejor forma posible, como lo dije anteriormente, esta grandiosa OBRA.
Es para mí, una ventana para ver la Luz y abrir el portal hacia el regreso al infinito. La filosofía Espiritual, LAS TREINTA Y NUEVE PÁGINAS y las Oraciones, son testimonios y lecciones; son semillas de amor, paz, y felicidad para la humanidad, capaces de consolar y fortalecer al hombre en sus dolores, modificando su carácter y descubrir sus capacidades intelectuales.
Soy para usted sí me lo permite, un maestro. Con humildad enseño y seguiré luchando en mi estudio para avanzar y conocer más de estas enseñanzas, que me permiten comprender algo del mundo en que vivimos y así mitigar la sed de mi espíritu.
DEBER.
(Por Luis Alberto Aguilar Bolívar)
Es mi deber luchar y darles mayor publicidad a estos escritos; Obra del Maestro Ismael Garzón Triana, quien nos ha dejado como patrimonio para la humanidad con la finalidad de darnos claridad de la existencia de la vida espiritual universal. Estos Estudios nos conducen a una prosperidad constante de acuerdo con nuestra voluntad de estudiarla y analizar el porqué de la desigualdad de la capacidad de la humanidad en los problemas de la vida; descifrando los niveles del ser humano, nos orienta y nos guía por el camino recto para coronar el más alto nivel intelectual, y así llegar a la diestra de nuestro Padre Celestial.
Nuestro andar debe ser constante y firme, encontraremos en nuestro camino, un cambio a nuestra cultura más cercana de unos a los otros, respetando nuestros valores en la humildad, amor y respeto como verdaderos hermanos.
Como fruto de esta enseñanza es la sanidad tanto espiritual como corporal.
El deber primordial en nuestra vida terrenal es el de reconocer que nuestra vida material depende de la energía de nuestro espíritu movilizador; por tal razón, somos espíritus encarnados; para coronar nuestra meta es necesario que el espíritu encarne o reencarne cuantas veces sea conveniente cada renacimiento y cada nueva vida.
-ESPERANZA-
Por (Luis Alberto Aguilar Bolívar)
Queriendo descifrar el laberinto de la vida, luchando y buscando una salida progresiva, me encuentro al frente del portal del Universo. Desde allí diviso el resplandor de la luz del infinito, mansión de lo sabio y lo divino. Me acompaña una culpa dolorosa al ver la soledad que me rodea y no poder conquistar la victoria deseada de llegar con una ofrenda a las estrellas. Cada día me veo más cerca de mi partida, de esta hermosa tierra colombiana tan querida, sin poder cosechar una luz como grata compañía para regresar con ella a la diestra de mi PADRE ¡Me pregunto! De tantos defectos contraídos, ¿Cuál de ellos me impidió esa conquista? ¿Cuál de ellos alejó el amor para con ella? Si de mi corazón brota amor para el mundo y la dulce sazón de la armonía.
Sólo encuentro ingratitud y el desprecio de la humanidad envuelta en el orgullo, vanidades y fantasías unidas por el engaño y la mentira; buscando el placer de embellecer la imagen de su cuerpo en esta vida, aprovechando el libre albedrío, sin pensar en el camino pedregoso esperando su caída.
Abrigo la esperanza de algún día poder llegar a donde mi PADRE con un ramillete de pensamientos e ilusiones, y el aroma perfume de las flores.
Sólo Dios sabe la lucha en que me empeño para iluminar con mi antorcha el camino de aquellos que se encuentran prisioneros en los corazones de la ingrata humanidad, sin mirarse en el espejo de la vida que refleja el pasado, el presente y el destino que desea conquistar el alma y el espíritu en su camino.
En este simple papelito, queda plasmado mi pensamiento para el recuerdo de aquellos que lo lean, y en el espacio registrado para siempre el contenido. Ellos saben y conocen el amor con que escribo, con la esperanza de conquistar al peregrino.
-AVENTURA-
Por (Luis Alberto Aguilar Bolívar)
En el andar por el camino anhelado de llegar algún día a encontrarme con mi PADRE en el Celeste, no pensé que primero tenía que prepararme buscando nobleza, el amor y el respeto.
Luché buscando a alguien que me guiare, y tan solo encontraba soledad, tristeza y un desierto indeseable.
Mi visión se perdía en el horizonte imaginándome que allí se unía el Cielo con la tierra, pero no fue así, un Sol ardiente cubría mi memoria y percibía que alguien me miraba.
Mirando al Cielo vi que un Ángel me acompañaba, empujaba una nube para que la sombra me abrigara del Sol que sus rayos mi cabellera calcinaba, y a la sombra de aquella nube mi memoria refrescaba. De repente un fulgor de alegría me invadía y sentía que mi corazón con fuerza palpitaba al encontrar el OASIS esperando mi llegada. Qué suspiro, qué descanso; allí calmé mi sed y mi cansancio, mis ojos admiraban ese encanto verde como el hermoso campo.
Continué mi camino mirando al Cielo, agradeciendo al SUPREMO CREADOR por ese hallazgo que jamás yo imaginaba.
Un eco del Cielo escuchaba motivándome, que mi marcha continuara, buscando aquellos que están abandonados en los corazones de la ingrata humanidad.
No es tan fácil el andar y atravesar aquel desierto, pero no hay razón para detener la marcha a la gloria de mi Padre, logrando una victoria deseada como ofrenda, que a mí me ilusionaba...
Luis Alberto Aguilar Bolívar
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