Los estudiantes de la Obra, LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, que debían educarse y prepararse mediante las Leyes Espirituales para ser verdaderos espiritistas, trasgredieron dichas Leyes, pisotearon la Enseñanza de su Maestro, se corrompieron, y se hicieron simples espiritualistas; mismos, que en poco tiempo están luchando con toda desfachatez para imponer su criterio y convertir una Filosofía Espiritual en una religión más, con el propósito de instaurar normas a su conveniencia sin importar que este conocimiento, que esta luz que fue enviada por el Padre Supremo a través del Gran Espíritu de la Verdad; es decir, del Ángel de la Supremacía para iluminar la oscuridad de los espíritus encarnados en la tierra, se tergiverse para extraviar y confundir aún más a la humanidad. Por eso es, que nunca explican la Obra, y nunca lo harán porque sus espíritus están atrofiados por la ignorancia, producto de su desobediencia, y porque además, terminaron siendo esclavos de aquellos espiritualitas religiosos disfrazados de espiritistas, y no siervos al servicio del Padre Supremo.
Las religiones infunden terrores a través de la narrativa de castigos y penas eternas; los espiritualistas con su doble moral las hacen realidad, porque la luz que recibieron para compartir, para expandir, la ensombrecieron con elegante juego de palabras donde impostan comunicaciones, mensajes del más allá, así como representaciones para hacerse con el poder y ser siempre los únicos y los primeros. Y para lograr que tal propósito perdure en el tiempo, ponen trabas al aspirante, al estudiante, para asegurarse que nunca esclarezca sus facultades. Pero ganado lo tienen los ahora llamados practicantes espirituales porque desobedeciendo al Padre Supremo, prefirieron seguir al hombre, y éste les negó la oportunidad de estudiar la Obra y las Leyes que rigen el mundo espiritual, que permiten conocer y comprender, cómo es que se encausa, y cómo es que progresa el espíritu.
Todo esto lo ignoran por la pereza, y muchas veces por la envidia espiritual; y por ello, a pesar de que el Maestro Ismael dijo FILOSOFÍA ESPÍRITUAL, hoy están a punto de convertirla en una confesión religiosa con el apoyo irrestricto de algunos directores de algunos centros, que se han hecho déspotas y fanáticos, tratando como esclavos a sus hermanos, y perjudicándoles con explicaciones erróneas y con prácticas equivocadas.
Pero los hermanos que cumplen su misión como obsesores, y que pertenecen a la faz de la tierra, están atentos para castigar a los incrédulos, a los ingratos; y lo hacen de forma tal, que ellos no se enteran que están siendo absorbidos por la oscuridad, porque han fijado en sus mentalidades los deleites de las bajas pasiones, de la codicia, de la avaricia, donde todo les parece lícito, donde todo les parece normal, al sobreponer sus intereses mezquinos de materia a los intereses nobles del espíritu, hasta fascinar, someter y subyugar a estos hermanos autócratas, impidiéndoles también a ellos reconocer la verdad, porque a causa de su desobediencia han perdido los dones que les concedieron para ser trabajadores de la luz, pasando a engrosar los áscares de la oscuridad.
Pero si culpable es el dirigente, culpable es también el médium, el espiritista; es decir, el estudiante, porque en vez de seguir lo plasmado en la Obra, lo que hacen es seguir la guía, el capricho del dirigente ambicioso de turno.
Aún hay tiempo para recapacitar hermanos de mi espíritu; no apoyéis ni aprobéis tales cambios; porque «El bien que hagas, con creces lo recibirás, y el mal que hagas, tu espíritu lo pagará...»
-Héctor Fabio Cardona-
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