¿Cuál es la Enseñanza verdadera?
Tengo para deciros que, “Verdadera es la Ley de mi Padre cuando se cumple y se hace cumplir con Amor, con Indulgencia y con Caridad, porque el Universo entero es bañado y reconocido por la Luz Radiante del Padre Supremo” pero al no cumplirse con rectitud, con honestidad; se corre el riesgo de caer en el fanatismo y en el mal hábito de pasar la vida entregando buenos consejos sobre lo aprendido, pero dando malos ejemplos a través de acciones contrarias, a la enseñanza que se pretende defender y hacer representar.
Hermanos míos; mal haría al indicaros como verdaderas y superiores a algunas enseñanzas, y desmeritar al censurar y tildar de impostoras a otras, porque estaría faltando a el respeto a mis hermanos que luchan por conservarse en el sendero espiritual que les correspondió o que eligieron transitar. Cierto es, que por sus esfuerzos unos van más adelante, otros van hombro a hombro, y algunos vamos más atrás, con mayor o menor conocimiento unos de otros; pero os digo que, aunque la lucha es individual, la meta es la misma; es la de luchar por la luz para nuestros espíritus.
“Cualquier sentencia es injusta,
si antes no se ha escuchado la otra parte”
Jorge Eliécer Gaitán.
Cuando se juzga a un hermano por su forma de pensar, por su credo, raza, o condición social; se falta a la Caridad que debemos tener como hermanos hijos en Espíritu de un mismo Padre Creador de todo cuanto existe, máxime cuando quien juzga es ESTUDIANTE, siervo conocedor y defensor de las Leyes Espirituales. Se falta también a el respeto de hermano a hermano al ignorar y al agraviar a quienes no comulgan con secta o enseñanza alguna, o a quienes difieren en el modo de enseñar, ya que muchos prefieren la práctica de dar a conocer la Enseñanza, dejando a los virtuosos la práctica y el ejemplo de las buenas costumbres. Pero sea cual sea el rol asumido; podéis estar absolutamente seguros que no es difamando ni desprestigiando a vuestro hermano, como conseguiréis ser verdaderos defensores de una Causa Divina.
Os pregunto ¿quién puede decir que no ha sido, o ha actuado en su pasado remoto como lo que juzga y señala hoy?
Ningún espíritu encarnado en este plano Tierra de expiación y de prueba, es perfecto ni ha alcanzado la superioridad, ni es poseedor de la verdad absoluta, pues el sólo hecho de venir a movilizar materia en este plano de expiación, de sufrimiento y de dolor, indica ya, imperfección en el espíritu encarnado; salvo aquellos Espíritus Misioneros que vienen a traer enseñanzas, conocimiento y luz para la humanidad, a través de las Leyes que envía nuestro Padre Celestial a este plano, pudiendo evidenciarse en éstos hermanos emblanquecidos su rectitud, su elevada condición moral, y su mansedumbre hacia quienes les rodean, trasmitiendo con sus actos bondadosos, que son espíritus misioneros, espíritus encarnados; no como consecuencia por falta alguna de su parte, sino por la tarea asignada a desempeñar para el bien de la humanidad, porque ningún espíritu es estático.
Los demás somos insignificantes estudiantes de esta enseñanza, con el anhelo de hacer propias, por medio de nuestras acciones, de nuestros buenos ejemplos, aquellos conocimientos que, en muchas ocasiones son esbozados con prodigalidad a través de los labios del encarnado, pero que en la mayoría de las veces no alcanza a salir de su corazón.
Hermanos, donde no hay respeto hacia los semejantes, donde no hay Amor, Humildad, Comprensión, Tolerancia, Benevolencia con las faltas de sus hermanos, y Caridad ante sus necesidades espirituales y corporales; tened siempre presente que es un Portal que ni está emblanquecido, ni hay principio de Verdad espiritual, porque esa verdad ha sido desvirtuada por la falta de la Piedad para con sus hermanos.
Aprended a discernir mediante la observación, pero sin constituiros en jueces de nadie, y confirmaréis por vuestros propios medios, lo que dijo aquél Gran Maestro de Maestros, el humilde Jesús del Galilea, “Conoceréis a el árbol por sus frutos”
“Ninguna secta es mala; los malos somos quienes no la sabemos llevar…”
Ismael Garzón Triana.
Entonces tened siempre presente hermanos de mi espíritu que, ningún Mensajero del Padre Supremo, ningún Ángel, Arcángel, Guía Espiritual o Maestro, está sometido al capricho o la voluntad de los mezquinos intereses del humano, y no conceden oro ni riquezas, fama ni reconocimiento; como tampoco acuden a vuestro llamado para banalidades, ni para cumpliros deseos cual vulgares genios, ni para desvelaros el futuro, ni para ayudaros a doblegar las voluntades de vuestros hermanos cuando no comulgan con vuestros pensares.
Éstos mensajeros son espíritus esclarecidos, espíritus evolucionados que, como siervos de aquella Majestad Divina, asisten con amor a la humanidad, y a todo aquél que clama ayuda, que lucha y se esfuerza para vencer su inclinación al mal, con el deseo de progresar espiritualmente y poder regresar a la diestra del Padre Supremo.
Todo es por merecimiento; comprended bien estas palabras…
Cuando un hermano de ésta enseñanza, o de cualquier otra que mi Padre ha concedido para el bien de la humanidad, tergiversa los Mandatos al juzgar, al calumniar y deshonrar a sus hermanos por odio, por incapacidad y por envidia espiritual, convirtiéndose en talanquera y piedra de tropiezo; que no se mire aquél proceder desacertado como parte de esta u otra enseñanza emblanquecida, porque ese hermano es asistido sí, pero por las fuerzas contrarias, de similar condición moral a la de su espíritu.
Os digo que un actuar así, no es la esencia de la enseñanza que legó a la humanidad el Maestro Ismael Garzón Triana en los ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS; Son Leyes esclarecidas, pero mal interpretadas por quienes ambicionan la maldad, y por quienes el capricho de su materia les conduce a rehusar el sendero del conocimiento y de la verdad. Mal se procede cuando se conoce parte de una verdad, pero se insiste a través de la mala intención, expandir esa verdad a medias, u ocultarla para que otros no esclarezcan sus mentalidades; porque duele pensar que “El alumno supere al maestro”
Esta enseñanza es amor, comprensión, luz, conocimiento, verdad, reconcilio, perdón y reparación; y os digo que no son las enseñanzas espirituales ni filosóficas las que deben de adaptarse a él humano en su precaria e irreflexiva forma de pensar, o pretender que éstas viren según su antojo o según sus intereses particulares; es el humano quien debe ajustarse a esas Leyes, y honrarlas con su respeto, con el ejemplo de sus propias acciones, para ser confiable, para ser creíble; y así poder tener la oportunidad de llegar al corazón de sus hermanos, y poder expandir con verdadero amor y sin egoísmo, lo que con amor y sin egoísmo, sin tasa y sin medida, se ha entregado desde la altura.
No juzguéis a nadie para que nadie os juzgue a vosotros hermanos míos; que vuestra conciencia sea vuestro propio y único juez; sé firmes en vuestras decisiones y ante la defensa de vuestros nobles ideales; pero a la vez, se nobles e indulgentes, y no confundáis nunca la firmeza con el atropello; y sabed que debéis de ser prudentes con todo aquello que admitís como verdad, como también sed humildes para no apartar de vosotros por soberbia, el verdadero conocimiento que pueda tocar en determinado momento a vuestras puertas. Sed reflexivos, mansos de corazón en cada aspecto de vuestras vidas; pues el error está latente a cada paso que se da, como presente está en todo momento la oportunidad de adquirir conocimiento, cuando se cultiva un corazón apacible, noble e indulgente.
Os invito a escudriñar, a estudiar las Leyes Espirituales que también están impresas en la conciencia de todo ser humano; y que, si aprendéis a recogeros en meditación aislándoos del bullicio, poco a poco os aislaréis también de los vicios que subyugan a el humano, y empezaréis a esclarecer vuestras mentalidades.
Clamad al Padre Supremo para que os cubra con su Luz Divina, para que os conceda la guía, y sean despejados vuestros senderos, así como vuestra mentalidad y podáis tener buen discernimiento, buen entendimiento, para no someter; pero tampoco dejaros subyugar de nadie.
Os digo, las Leyes de mi Padre son humildes y sencillas de razonar, son enviadas con Amor, y transcritas con claridad para que toda cimiente de hombre las pueda discernir y llevarlas a la práctica. Atended el llamado de vuestro Corazón, Templo de Dios y estación de sabiduría, pues allí reside aquella chispa Divina de mi Padre, que es el espíritu, y quién es el portador del conocimiento adquirido a través de sus cruzadas.
Por lo cual, razonable, es decir que el ser humano aprendería mucho más a través del silencio de sus propios pensamientos, y de la concentración para nutrirse con los recuerdos del pasado, que muchos llaman intuición; que con aquello que su ansía y su desmedida avaricia de conocimiento lo lleven a almacenar numerosas obras para adquirir lo que no está aún en posibilidad de asimilar, de investigar; quiero decir, “Demasiada luz suele cegar también”.
Me refiero a que muchos leemos, estudiamos, citamos de memoria aquellos pasajes bíblicos, párrafos enteros de una obra, de una enseñanza, de una filosofía, desmenuzamos las erudiciones, profundizamos, escudriñamos para desvelar en sí el conocimiento, vamos allá, acá, y más allá, quizá movidos sólo por la fascinación de aquellas palabras insignes con las cuales vienen impregnadas las Verdades, las Leyes; pero ¿qué es lo que hacemos? nos elevamos en orgullo y nos cubrimos con la capa oscurecida de la soberbia, al pretender pasar por sabios, por eruditos en la enseñanza con el deseo de ser más que nuestros hermanos; sólo por un cargo temporal asignado, o un breve conocimiento adquirido.
Os digo hermanos de mí espíritu que el orgullo y el egoísmo son malos consejeros, envilecen el alma, ciegan y oscurecen la mente; mientras que la humildad y la Caridad la despejan, haciéndoos buenos receptores del conocimiento para que el humano pueda conducirse por la senda de la Verdad, mediante las Leyes Espirituales, como también de toda enseñanza o filosofía que se deseé seguir con respeto y amor.
Sois mis hermanos, y os comparto con amor, lo que mi espíritu se niega a retener…
Vuestro servidor, amigo y hermano;
Héctor Fabio Cardona.
Hermano héctor lo felicito por su dedicacion y amor en compartir la enseñanza del maestro ismael, pero sobre todo lo felicito por no responder a los insultos. Siga adelante entregando conocimiento no mire a tras ni a los lados, no importa que lo ataquen que lo señalen que lo calumnien, pues todo eso no es mas que envidia espiritual porque usted ha hecho en 1 o 2 años, lo que quienes lo difaman y hablan mal de usted no han querido hacer en 50 años.
ResponderEliminarGracias por este espacio que permite comentar sin que nuestros nombres sean expuestos ya que a usted lo tienen como una persona que está confundiendo a quienes lo leen pero la verdad es bien distinta, son ellos que se han valido de bajezas para confundirnos y amenazarnos para que no le sigamos a usted ni leamos lo que publica. Nunca vaya a cambiar ni se vaya a llenar de orgullo por lo que hace porque el conocimiento no es suyo es de nuestro padre eterno.
Al correo de esta pagina le hare llegar unos documentos de la enseñanza que mi señor padre recibió hace mas de 40 años. Gracias por entregar la enseñanza.
Buena tarde hermano (a)
EliminarAgradezco vuestras palabras de aliento, de confianza y apoyo; y como dice usted, nunca me detengo a mirar si mis hermanos hacen o dejan de hacer, si cumplen o no cumplen, sólo me limito a compartir las Leyes del Padre Supremo con respeto para que sea aprovechado este conocimiento por mis hermanos que así lo deseen.
A quienes me desprestigian a espaldas por realizar tal labor, les digo que sólo el Padre y mi conciencia pueden juzgarme. A cada quién, según sus obras; ya que sus cargas nunca serán las mías, ni las mías nunca serán las de mis hermanos.
Gracias por vuestro aporte, por vuestra participación y por vuestro ofrecimiento, el cual acepto gustoso.
soy seguidora de los estudios en Popayán desde hace mas de 30 años, y creo hermano que usted se esta encausando al entregar al publico lo que es nada mas de los estudios.nunca los directores antiguos han irrespetado la enseñanza como usted lo hace ahora y sin autorizacion de la asociacion que es peor porque ellos tiene los derechos de autor. La enseñanza debe de darse unicamente en los recintos y no andar exiviendola como una mercancia por todas partes como hace usted.
ResponderEliminarBuena tarde hermana anónima...
EliminarMuchos nos escudamos en un anonimato para lanzar acusaciones sin sentido; muchos nos colocamos aquellas máscaras para tener el valor de decir lo que no nos atrevemos a decir en un diálogo honesto, frontal y respetuoso.
Me alegra que sea seguidora de la Enseñanza del Maestro Ismael; pues seguro estoy, que ha tendido el tiempo suficiente para reconocer que la Obra es , Reconcilio, Perdón, Paz, Amor y Justicia. Y cuando hablamos de justicia, nos referimos a la Justicia Divina, no aquella justicia de los hombres que es motivada por los egos, por el orgullo, por la animadversión, por la malquerencia y por la envidia espiritual. Por lo tanto he de decirle hermana de mi espíritu, que si me estoy encausando por expandir la Enseñanza de mi amado Maestro; pues me siento tranquilo al encausarme tratando de hacer algo con amor y respeto, y no por no hacer nada por el egoísmo y por la desidia.
Soy respetuoso de los derechos de autor de la Obra, que dice al pie de la letra: ESTA OBRA ES PROPIEDAD DE LOS ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS; POR LO CUAL ES PROHIBIDO EL COMERCIO CON ELLA. Y como veis hermana de mi espíritu, no me lucro con la Obra de mi Padre; más sí doy cumplimiento a aquello que dice...
(...) Cuántos hay que poseen las grandes cantidades de riquezas y olvidan que, si esto tienen, es porque de ello mismo pudiera imprimir esas Leyes y darlas a todo aquel amador de Dios. También publicarlas por todos los medios que en el terrestre existen.
¿Cuántos son los siervos de Dios que se ocultan entre el dinero, y sólo se acogen en el orgullo de poderes para humillar a otros?
Entonces ¿qué ha de ser de la vida de estos espíritus que como siervos les han dado todo para divulgar las Leyes de Dios y han hecho lo contrario, han comerciado con las Leyes de Dios el Padre Supremo? por la misma razón confunden esas Leyes y las tapan para que nadie las comprenda.
Respetuosamente os digo que no hayo razón justificada alguna, para que yo deba pedir permiso a hombre alguno para poder entregar a mis hermanos, lo que es de nuestro propio Padre Creador. Y si llevar los mensajes del Supremo a mis hermanos, es faltar a el respeto a una Enseñanza que ha sido dejada para el bien de la humanidad, y no sólo para unos pocos; entonces seré juzgado con la frente en alto ante mi Padre por cumplir sus mandatos, y no por incumplirlos...
“Quién no se equivoca nunca hermana, es porque ciertamente nunca hace nada”
Feliz tarde hermana.