Ruego el favor de silencio, porque se trata de obtener tiempo para decir las cosas que tengo que decir: ¿Qué nos pueden decir cuando estamos realizando la batalla de una nueva expresión y de una nueva realidad?
Que tiemblen los vacilantes, yo me siento y sé que estoy respaldado, pero si no lo estuviera tengo que repetir aquí la frase “Más vale una bandera limpia solitaria sobre una cumbre, que cien banderas tendidas sobre el lodo”
-Jorge Eliécer Gaitán-
(…) Una vez más comparto este texto con vosotros, hermanos de mi espíritu...
Dad al César lo que es del César:
Entonces los FARISEOS se fueron, y consideraron entre sí, cómo le sorprenderían en lo que hablase. - Y le envían sus discípulos juntamente con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios en verdad, y que no te cuidas de cosa alguna; porque no miras a la persona de los hombres. - Dinos pues, qué te parece; ¿Es lícito dar tributo al César, o no?
Mas Jesús, conociendo la malicia de ellos, dijo: ¿Por qué me tentáis hipócritas? -Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario - Y Jesús les dijo: ¿De quién es esta figura e inscripción? - Dícenle: del César, dijeron los FARISEOS. Entonces Jesús les dijo: "Pues pagad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Y cuando esto oyeron, se maravillaron, y dejándole, se retiraron.
La cuestión propuesta a Jesús fue motivada por la circunstancia de que, teniendo los judíos horror al tributo impuesto por los romanos, lo habían hecho cuestión religiosa, formándose un partido numeroso para negárselo: el pago del tributo era para ellos, pues, una cuestión irritante de actualidad, sin lo cual la pregunta hecha a Jesús: "¿No es libre el pagar o dejar de pagar el tributo al César?" no hubiera tenido ningún sentido. Esta pregunta era un lazo; porque según su respuesta, esperaban excitar contra él, ya sea a la autoridad romana, ya a los judíos disidentes. Pero, “Jesús, conociendo su malicia", elude la dificultad dándoles una lección de justicia, diciendo que a cada uno debe dársele lo que le corresponde.
Esta máxima: "Dad al César lo que es del César" no debe entenderse de una manera restrictiva y absoluta. Como todas las enseñanzas de Jesús, es un principio general resumido bajo una forma práctica y usual, y deducido de una circunstancia particular: Ese principio es consecuencia del que dice que debemos obrar respecto a los otros como quisiéramos que éstos obrasen con respecto a nosotros; condena todo perjuicio material y moral causado a otro, toda violación de sus intereses, y prescribe el respeto a los derechos de cada uno, como cada uno desea que se le respeten los suyos; se extiende al cumplimiento de los deberes contraídos con la familia, la sociedad, la autoridad, lo mismo que con los individuos.
Por ningún motivo hermanos de mi espíritu admitáis el sometimiento de vuestras voluntades, de vuestro libre albedrío, de vuestra libertad de expresión y de pensamiento; pues evidentemente hoy estáis subyugados, os han esclavizado mansamente como borregos, valiéndose de vuestro temor, de vuestra ignorancia, de vuestra pereza mental y desidia.
Recordad lo que hoy os digo hoy hermanos de mi espíritu, si continuáis sin estudiar, sin esclarecer vuestras mentalidad para comprender los Mandatos Divinos, mañana harán lo mismo con vuestros espíritus, porque si hoy les consentís esto, mañana no tendréis voluntad ni carácter para resistiros a los atropellos venideros.
Me dirijo a aquellos que se encuentran sometidos y os digo; alzad vuestra mirada al Padre Supremo para clamarle la luz para aquellos hermanos que hoy os han esclavizado mal interpretando, mal utilizando vuestro amor y obediencia a la Enseñanza; dobla rodilla, inclinad vuestra cabeza, haced reverencia ante aquella Majestad Divina, más nunca ante los hombres, porque sois espíritus y no polvo…
¿Qué puede importar que la OSCURIDAD doblegue nuestras materias pasajeras mientras no dobleguen nuestros espíritus imperecederos, porque ciertamente estamos sostenidos por el Padre Supremo y al servicio del Padre, y no al servicio ni sostenidos por quién comercia con las Leyes Espirituales?
Entonces os digo; pensad una y dos veces y tres veces y más, el apoyo que daréis en aquel, vuestro concilio, en aquel vuestro cónclave próximo a realizarse, y sé consientes que lo derivado de vuestro consentimiento o de vuestra omisión o silencio por cobardía, en el momento de decidir cambiar la esencia, el nombre o el contenido de la Obra ESTUDIOS ASTRALES ESPIRITUALES ANTE DIOS, tendrá recompensa si actuáis correctamente, o consecuencias sobre vuestros espíritus sino lo hacéis. Sabed que si cambiáis tan sólo una tilde, una letra de la Enseñanza del Maestro Ismael Garzón Triana, la estaréis desvirtuando y os haréis acreedores a grandes causas. -GRAN CONMEMORACIÓN LA QUE LA QUE ESTÁIS GESTANDO EN NOMBRE DEL MAESTRO, DESVIRTUANDO, TERGIVERSANDO SU LEGADO-
De aquellos que creen ser más sabios que el mismo sabio como para cambiar, modificar o reemplazar parcial o totalmente esta Obra; huid de ellos, dejadles solos y que, con su erudición y su gran conocimiento, se inspiren y escriban a su amaño, a su antojo, su obra personal que puedan manipular, extender y comerciar como ellos ansían.
Os repito una vez más; la Obra del Maestro Ismael no es una RELIGIÓN, es una hermandad espiritual. Así mismo nuestros recintos no son iglesias y nunca lo serán; son Estudios.
Como dijo el Maestro Jorge Eliécer Gaitán - “NO VEN LA VERDAD NI LA REALIDAD PORQUE TIENEN ATROFIADA LA LUZ DEL ESPÍRITU"
Al igual que dijo MARTÍN LUTERO “(…) “Ya que su serenísima majestad y sus altezas exigen de mí, una respuesta sencilla, clara y precisa, voy a darla, y es ésta; yo no puedo someter mi fe ni al papa ni a los concilios, porque es tan claro como la luz del día, QUE ELLOS HAN CAÍDO MUCHAS VECES EN EL ERROR, ASÍ COMO EN MUCHAS CONTRADICCIONES CONSIGO MISMOS. Por lo cual, si no se me convencen con testimonios o con razones evidentes, y si no se me persuade con los mismos textos que yo he citado, y si no sujetan mi conciencia a la Palabra de Dios, yo no puedo ni quiero retractar nada. Heme aquí; no me es dable hacerlo de otro modo.” ¡Que Dios me ayude! MARTÍN LUTERO…
Vuestro amigo, hermano y servidor,
-Héctor Fabio Cardona-
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